A un hombre de gran nariz: análisis del poema de Quevedo
Francisco de Quevedo (1580 - 1645) es uno de los autores españoles más destacados del Barroco, en particular del Conceptismo. Su obra se caracteriza por su versatilidad y dualidad, ya que en ella se encuentra tanto la seriedad como lo cómico.
"A un hombre de gran nariz" es uno de los textos más famosos de la poesía satírica del Siglo de Oro. Quevedo lo utiliza como un arma de ataque en su constante enfrentamiento con su contemporáneo Luis de Góngora.
Así, es un claro ejemplo de la literatura como medio de confrontación y del ingenio como herramienta de descalificación.
Poema
Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,
Érase un peje espada mal barbado;Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.Érase el espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egito,
Los doce tribus de narices era;Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.
Explicación
En este poema el hablante lírico ridiculiza la nariz del destinatario, describiéndola con una serie de hipérboles que la convierten en un objeto grotesco y desmesurado.
Con un tono burlón y mordaz, se exageran sus dimensiones, comparándola con elementos desproporcionados como un elefante, un espolón de galera o un dios mitológico.
El poema se inscribe dentro de la feroz enemistad entre Quevedo y Góngora, quienes intercambiaron insultos a través de la literatura. La intención es humillar a su adversario y demostrar su superioridad en el arte de la injuria ingeniosa.
Estilo
El conceptismo
La literatura barroca se caracterizó por su "oscuridad". Se trataba de obras complejas que requerían de un gran esfuerzo y cultura para ser comprendidas y realmente valoradas.
Existieron dos tendencias que compartían esta búsqueda: el culteranismo y el conceptismo. El culteranismo buscaba desarrollar la forma, con versos de sintaxis compleja, ornamentación y riqueza sensorial.
Por su parte, el conceptismo se basaba en las asociaciones ingeniosas de ideas y conceptos. Es decir, decir lo máximo utilizando el mínimo de elementos
Francisco de Quevedo es uno de los mejores ejemplos de conceptismo. Su lírica juega constantemente con el lenguaje y con la contraposición de ideas que permiten vislumbrar alusiones y significados "ocultos" dentro de sus poemas.
Así, este poema es un claro ejemplo de conceptismo. Cada verso es una imagen que refuerza la idea central: la desmesura de la nariz, que simboliza el exceso y la exageración, atributos que Quevedo atribuía también a la poesía culterana de Góngora.
Poesía satírica
Es un género literario que emplea la burla, la ironía y la exageración para criticar o ridiculizar a personas, instituciones, costumbres o defectos humanos.
Su propósito puede ser moralizante, denunciando vicios y corrupción, o simplemente humorístico, con un tono mordaz e irreverente. Por otro lado, también es un medio para demostrar el ingenio.
Durante el Siglo de Oro la sátira fue bastante popular. La burla y el insulto refinado se convirtieron en una forma de demostrar el talento literario.
En la tradición española, autores como Quevedo, Góngora y Lope de Vega cultivaron este tipo de poesía como una herramienta de crítica y enfrentamiento intelectual.
Soneto
El poema sigue la estructura del soneto, con 14 versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Se trata de una composición poética que fue característica en el Siglo de Oro, pues su rigor métrico la convertía en un desafío para los escritores.
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Recursos retóricos
- Hipérbole: Recurso central del texto. Quevedo exagera la nariz de Góngora hasta lo absurdo, dándole dimensiones colosales.
- Metáfora: Se utilizan múltiples metáforas para describir la nariz, como "espolón de una galera", "alquitara", "naricismo supremo", dotándola de una identidad propia.
- Ironía: El tono irónico impregna todo el poema, ya que el hablante lírico finge describir la nariz con seriedad cuando en realidad la ridiculiza.
- Anáfora: La repetición de "érase" al comienzo de los versos genera un ritmo acumulativo que enfatiza la desmesura progresiva de la nariz.
- Enumeración: Se presentan una serie de imágenes grotescas de forma encadenada, lo que refuerza la acumulación de exageraciones.
Temas principales
La burla y la ridiculización
Quevedo utiliza el humor y la exageración para ridiculizar a su oponente. De esta manera, la nariz se convierte en un símbolo de su propia deformidad moral e intelectual.
El uso de hipérboles refuerza el tono burlesco. Así sucede cuando compara la nariz con un "alquitara" o un "espolón de galera", transformándola en una entidad independiente de su portador, algo tan grande que casi tiene vida propia.
El ingenio y la competencia literaria
En el Siglo de Oro la habilidad para la burla y el insulto refinado era una demostración de talento literario. Este poema es una muestra de cómo la literatura podía ser usada como arma en disputas personales y estéticas.
Quevedo busca degradar a su adversario mediante una estructura bien organizada y un uso magistral de la ironía y la metáfora.
Símbolos
- La nariz descomunal: Representa el objeto central de la burla y la exageración, convirtiéndose en un símbolo de ridiculización absoluta.
- El espolón de galera: Sugiere el tamaño y la aspereza de la nariz de Góngora, dándole un carácter grotesco.
- El elefante: Una imagen humorística que refuerza la idea de desproporción y ridículo.
- Un alquitara: Referencia a un aparato de destilación, insinuando que la nariz es tan grande que podría servir para producir perfumes.
Contexto de escritura
La enemistad entre Quevedo y Góngora fue legendaria. Quevedo despreciaba el estilo culterano de Góngora, al que consideraba artificioso y recargado. Como defensor del conceptismo y de una poesía más sobria, veía en él a un poeta elitista, cuya obra era accesible sólo a unos pocos.
De este modo, la hostilidad entre ambos se manifestó en numerosos escritos, con ataques mutuos en forma de poemas y epigramas. Según algunas anécdotas, Quevedo llegó a comprar la casa de Góngora para expulsarlo de ella, en un acto de humillación personal.
El conflicto también tenía una dimensión social y política. Góngora, de origen converso, fue atacado con alusiones antisemitas en varios de sus escritos, lo que muestra que su pelea trascendía lo puramente literario y se convertía en una lucha personal e ideológica.
Impacto del poema
En su tiempo este poema reforzó la imagen de Quevedo como un maestro del ingenio y la sátira, por lo que consolidó su reputación dentro de la poesía conceptista.
La burla despiadada contra Góngora fue celebrada por quienes compartían el rechazo al culteranismo, mientras que los seguidores de Góngora lo consideraron una ofensa injusta. Este tipo de ataques literarios eran comunes en la época y formaban parte del juego literario del Siglo de Oro.
Por ello, el poema ha sido ampliamente estudiado como un ejemplo del poder de la sátira en la literatura del Siglo de Oro. Por su parte, la rivalidad entre Quevedo y Góngora se convirtió en una de las más emblemáticas de la literatura española y sus intercambios de insultos han sido objeto de análisis en numerosos estudios filológicos.
Además, ha servido de inspiración para posteriores escritores satíricos, que ven en Quevedo un modelo de agudeza y mordacidad.
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