Arquitectura barroca: características generales, exponentes y obras
La arquitectura barroca se desarrolló entre finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVIII aproximadamente. Surgió en Italia y desde allí se extendió a toda Europa. Se irradió también en América Latina por medio de la colonización.
En la arquitectura barroca domina la riqueza ornamental, la monumentalidad, el efectismo, la teatralidad y la espectacularidad. Sin embargo, el barroco no fue un estilo unificado, sino una tendencia que se interpretó de manera particular en cada país y región.
Por eso cabe preguntarse, ¿cuáles son las características generales de la arquitectura barroca? ¿Quiénes fueron sus máximos exponentes y obras? ¿Cuál es el contexto de la arquitectura barroca y cuál fue el papel que cumplió?
Características de la arquitectura barroca
En una conferencia titulada Lo barroco y lo real maravilloso, Alejo Carpentier afirmaría que el barroco se describe como un estilo signado por el:
… horror al vacío, a la superficie desnuda, a la armonía lineal geométrica, estilo donde en torno al eje central (...) se multiplican lo que podríamos llamar los “núcleos proliferantes”, es decir, elementos decorativos que llenan totalmente el espacio ocupado por la construcción, las paredes, todo el espacio disponible arquitectónicamente, con motivos que están dotados de una expansión propia y lanzan, proyectan las formas con una fuerza expansiva hacia afuera. Es decir, es un arte en movimiento, un arte de pulsión…
¿Cómo se expresan estas características concretamente?
Dinamismo compositivo y movimiento aplicado a la arquitectura
La arquitectura barroca pretende otorgar a sus estructuras dinamismo compositivo, en lugar del carácter reposado renacentista. El movimiento será una de sus búsquedas principales. Esto se aplicará, por ejemplo, en el uso de ondulaciones para muros interiores y fachadas, así como también en las columnas.
Proyección arquitectónica policéntrica
Las edificaciones barrocas poseen diversos centros o ejes constructivos según la complejidad del diseño. En lugar de restringirse a figuras con un único eje central, como el círculo, el cuadrado y la cruz griega, crean un efecto policéntrico mediante otras figuras o mediante nuevas y atrevidas combinaciones de las figuras mencionadas.
Preferencia por la línea curva
La arquitectura barroca prefiere el uso de las líneas curvas y las superficies ondulantes. En este sentido, abandona las líneas rectas y las superficies planas.
Preferencia por las plantas elípticas y mixtilíneas
Como consecuencia de lo anterior, en el barroco se prefiere el uso de plantas elípticas, aunque también formas complejas mixtilíneas, es decir, que combinan líneas curvas y rectas. Se usan también formas de la naturaleza para la proyección de plantas inusuales.
Búsqueda de la infinitud
El propósito del dinamismo fue diluir los límites espaciales y crear un efecto de continuidad e infinitud mediante la forma abierta, que implica el suavizado de líneas y volúmenes segmentados. También se pretendió lograr este efecto por medio de la decoración.
Riqueza ornamental e integración de las artes
El barroco admitió la riqueza ornamental de gran exuberancia, una decoración que recargaba todo el espacio. Los arquitectos se valieron de todas las artes, integrando arquitectura, pintura y escultura en un todo complejo. Fueron válidos también los juegos de espejos y las ilusiones ópticas (llamadas trampantojo), estas últimas aplicadas en muros, bóvedas y cúpulas.
Uso de la luz en función de los efectos pretendidos
En lugar de optar por una luz diáfana y natural, la arquitectura barroca se caracteriza por crear efectos atmosféricos mediante la manipulación y regulación de las entradas de luz. La búsqueda de los efectos del claroscurso es una constante. El investigador Conti señala que esto:
Es posible contraponiendo pronunciados salientes, pronunciados «vuelos» como dicen los arquitectos con bruscas y amplias entradas. También es posible «troceando» las superficies, encrespándolas de distinta manera.
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Nuevo uso de órdenes arquitectónicos
Los arquitectos barrocos desarrollan especialmente el orden salomónico, el orden colosal y las columnas tipo estípite, a los que eventualmente suman órdenes de estilo oriental.
El orden salomónico, inspirado en la descripción bíblica del Templo de Salomón, consiste en un fuste torso o entorchado, cuya torsión suele dar seis vueltas. Con frecuencia, esta columna torneada es ricamente decorada con diversos motivos.
El fuste salomónico se erige sobre una basa y culmina en un capitel. Este último suele rematarse con motivos tomados de los órdenes clásicos conocidos, especialmente el orden toscano y el compuesto.
El orden colosal o gigante consiste en columnas colosales cuya altura se extiende a lo largo de varios niveles o plantas. Ya en el Renacimiento se hicieron proyectos con este tipo de columnas (muchos no llegaron a construirse), pero su uso se hizo extendido en el barroco.
Estípite es una palabra que designa a las columnas troncopiramidales invertidas, las cuales son de origen micénico. Fueron muy utilizadas en el barroco, especialmente en el barroco latinoamericano. Podían decorarse con todo tipo de formas vegetales, animales o antropoformas.
Otros elementos arquitectónicos frecuentes:
- Arcos ovales, elípticos y de doble curva.
- Aletas o aletones: elemento decorativo en forma de ala, usado para ocultar las cubiertas o como solución estructural a los contrafuertes medievales.
- Volutas: adornos en forma de espiral, usados para el remate de capiteles, aletas y otros elementos arquitectónicos.
- Frontones de nuevo diseño, con preferencia por los fragmentados y/o curvos.
- Ventanas ovales, curveadas, mixtas.
- Escaleras complejas, retorcidas y majestuosas.
- Nichos y hornacinas de uso frecuente.
- Introducción de óculos decorados en fachadas y techos.
- Evolución de la galería a sala de recibimiento para albergar colecciones artísticas.
Desarrollo del urbanismo
La arquitectura del barroco también dio un lugar importante al desarrollo de complejos urbanísticos como jardines, áreas ciudadanas o cierto tipo de residencias. Desarrollaron ampliamente las avenidas y las plazas redondas y elípticas, inscritas dentro de una red conectada. Asimismo, con frecuencia existía una relación de conjunto entre el edificio barroco y el espacio circundante.
Tipos arquitectónicos más importantes
Dentro de la variedad de edificaciones del barroco, destacan dos tipos arquitectónicos: los palacios (ciudadanos, reales o campestres) y las iglesias (catedrales, parroquiales o conventuales). Esto va de la mano con el crecimiento del absolutismo, por un lado, y la afirmación del poder eclesiástico, por el otro.
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Arquitectura barroca en Italia
Italia fue el origen y centro de irradiación del barroco. Fue especialmente relevante en materia de arquitectura religiosa, influida por la necesidad de reafirmación de la Iglesia católica frente al impacto de la Reforma protestante. Su arquitectura se caracterizó por el uso de plantas y muros sumamente complejos. Asimismo, de acuerdo con el investigador Conti, Italia le confirió gran exuberancia en las proporciones a los elementos arquitectónicos del Renacimiento, como la cúpula y las columnas. Se reconoce la siguiente periodización:
- Barroco temprano: se desarrolla entre 1584 y 1625. Abarca las primeras manifestaciones del espíritu barroco, de manera que aún pueden registrarse algunos aspectos de la arquitectura renacentista.
- Alto barroco: se desarrolla entre 1625 y 1675. Es el período de consolidación del barroco, donde el estilo define su verdadera identidad. Entre sus máximos representantes están Bernini y Borromini.
- Barroco tardío: período que va de 1667a 1750. Coincide con la expansión del barroco a América y con el declive progresivo de la influencia del papado tras la muerte del papa Alejandro VII.
Arquitectos del barroco italiano y obras más importantes
- Carlo Maderno (1556 - 1629): se le considera el padre del barroco italiano. Sus trabajos más emblemáticos son: fachada de la Basílica de San Pedro; fachada de la iglesia de Santa Susana y fachada de San Andrés della Valle.
- Giacomo della Porta (c. 1540 - 1602): colaborador de Miguel Ángel, de manera que este artista dejó una importante influencia en su trabajo. Asimismo, recibió clases de Jacopo Barozzi de Vignola. Entre sus obras más conocidas se encuentran: iglesia del Gesù y la cúpula de la Basílica de San Pedro.
- Gian Lorenzo Bernini (1598 - 1680): arquitecto, escultor y pintor italiano. Entre sus trabajos arquitectónicos más emblemáticos están el baldaquino de la Basílica de San Pedro en Roma y la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
- Francesco Borromini (1599 - 1667): su verdadero nombre era Francesco Castelli. Entre sus obras destaca la iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes.
- Baltasar Longhena (1597-1682): arquitecto y escultor veneciano. Entre sus construcciones destacan la iglesia de San Salvador y la iglesia Santa María de la Salud, Venecia.
Arquitectura barroca en Francia
La arquitectura barroca francesa fue el principal instrumento de propaganda de los monarcas absolutistas Luis XIII, Luis XIV y Luis XV. Los franceses destacaron en la arquitectura palaciega y urbana, dispuesta al servicio del poder absolutista francés. Además de servir a la causa política, este estilo fue aplicado por la alta burguesía en las construcciones hoteleras y viviendas.
El barroco francés fue más clásico y contenido que el italiano en lo que a exteriores se refiere. Sus fachadas fueron más severas, sus plantas menos complejas y las proporciones más comedidas. Procuraron eliminar las “arbitrariedades italianas” y se abocaron a efectos más delicados. Sin embargo, los interiores contrastan con las fachadas por la extrema riqueza ornamental.
Arquitectos del barroco francés y obras más importantes
- Salomon de Brosse (1571- 1626): una de sus obras más conocidas es el Palacio del Luxemburgo, construido entre 1615 y 1620.
- François Mansart (1598 - 1666): su obra mejor divulgada es el palacio de Maisons-Laffitte, erigido entre 1630 y 1651.
- Jules Hardouin-Mansart (1646 - 1708): llevó a cabo importantes y memorables obras como la Orangerie y el Gran Trianón (incluidos en el conjunto del Palacio de Versalles).
- Louis Le Vau (1612 - 1670): fue el arquitecto del rey Luis XIII. Entre sus máximas obras están el palacio de Vaux-le-Vicomte y las ampliaciones del palacio de Versalles.
- Robert de Cotte (1656 - 1735): responsable por la finalización de la capilla del palacio de Versalles y la construcción del Palacio Rohan.
- Ange-Jacques Gabriel (1698 - 1782): ampliamente conocido por el Castillo de Menars, la Plaza de la Concordia y el palacio de Compiègne. Fue el último arquitecto de Versalles.
Arquitectura barroca en España
En términos generales, se pueden referir cuatro estilos en la arquitectura barroca española:
- Primer barroco: abarca desde finales del siglo XVI hasta buena parte del XVII. Bebió de la inspiración del estilo de Juan Herrera, y se caracterizó por su austeridad, que por veces llegaba a dar una imagen sombría, muy lejana de la vivacidad del barroco italiano.
- Segundo barroco: se caracteriza por abrir paso paulatinamente a una mayor ornamentación.
- Estilo churrigueresco: plenamente vigente en el siglo XVIII, se caracterizó por la exuberancia decorativa impulsada por el estilo de los hermanos Churriguera.
- Estilo bornónico: preferido por la dinastía de los Borbones, que optó por un estilo afrancesado, de rasgos académicos y clasicistas opuestos al churrigueresco. Se caracterizó también por los espacios amplios y el ritmo sereno y ordenado.
Arquitectos del barroco español y obras más importantes
- Juan Gómez de Mora (1586 - 1648): inscrito en el primer barroco español. Algunas de sus obras más conocidas son la Plaza Mayor, el Ayuntamiento y el Colegio de los Jesuitas en Salamanca.
- Alonso Cano Almansa (1601 - 1667): inscrito en el segundo barroco español. Es conocido por la fachada de la catedral de Granada.
- Felipe Sánchez (? - 1712): también inscrito en el segundo barroco español, autor del proyecto de la basílica del Pilar de Zaragoza.
- José Benito Churriguera (1665-1725): conocido por la iglesia de San Cayetano en Madrid y el palacio de Goyeneche, completado por su hermano Alberto.
- Joaquín Churriguera (1674-1724): destacó por el Colegio de Calatrava de Salamanca.
- Alberto Churriguera (1676-1750): autor de Plaza Mayor de Salamanca.
- Teodoro Ardemáns (1661-1726): del período borbónico, autor de la Real Colegiata de la Granja de San Ildefonso.
- Santiago Bonavía (1695 – 1759): entre sus obras destacan el palacio de Aranjuez y la basílica de San Miguel.
- Ventura Rodríguez (1717- 1785): conocido por la cúpula de la capilla del Palacio del Infante don Luis (Boadilla del Monte), y el monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).
Arquitectura barroca en Latinoamérica
José Lezama Lima dice que el barroco latinoamericano se caracteriza por el “plutonismo”, es decir, un “fuego originario que rompe los fragmentos y los unifica”. Para él, el barroco latinoamericano es la conjunción de las diferentes culturas yuxtapuestas que forman una estética en permanente tensión pero con pleno sentido.
La arquitectura barroca latinoamericana acogió buena parte de la estética española, al valerse de elementos como las columnas salomónicas y estípites. Pero también hizo uso de elementos indígenas locales, lo que explica su gran diversidad. Tanto sus fachadas como espacios interiores fueron profusamente decorados, haciendo gala de un auténtico horror vacui. Conozcamos algunos ejemplos de la arquitectura barroca latinoamericana.
Arquitectura barroca en México
En la arquitectura barroca de México podemos mencionar como ejemplo la Catedral Metropolitana de Ciudad de México. Esta catedral contó con el trabajo de muchos arquitectos a lo largo de los siglos. En el siglo XVIII, plenamente barroco, destacaron los aportes de los arquitectos:
- Jerónimo de Balbás (1673 - 1748): introdujo el estilo estípite. Diseñó y construyó el retablo de los reyes de la catedral.
- Lorenzo Rodríguez (1704 - 1774): realizó el diseño y la ejecución del Sagrario de la catedral.
Otro ejemplo digno de mención es la iglesia de San Francisco Javier en Tepotzotlán, estado de México, hoy parte del Museo Nacional del Virreinato. En la construcción participaron los arquitectos y artistas:
- Diego de la Sierra (1656- c. 1711): además de colraborar en la iglesia Francisco Javier de Tepotzotlán, también ejecutó la portada norte de la catedral y el claustro del hospital de san Pedro, ambas construcciones en Puebla.
- José Durán (1652 - siglo XVII): realizador de la bóveda de la iglesia. También inició el proyecto de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
- Ildefonso de Iniesta Bejarano y Durán (1716 - 1781): responsable de la fachada y la torre del la iglesia Francisco Javier. También realizó la Iglesia de la Santísima y el Acueducto de los Remedios.
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Arquitectura barroca en Perú
En la arquitectura barroca de Perú señalamos como ejemplo la Catedral del Cuzco, conocida también como Basílica de la Virgen de la Asunción. Como arquitectos participaron:
- Juan Miguel de Veramendi (? - 1573): desarrolló el plano inicial e inició los trabajos, pero no pudo continuar por problemas legales.
- Juan Correa (siglo XVI).
- Miguel Gutiérrez Sencio (siglo XVII): fue el responsable del trazado y los muros de la basílica.
Arquitectura barroca en Ecuador
En la arquitectura barroca de Ecuador podemos mencionar como ejemplo la Iglesia de la Compañía, en Quito, realizada a partir de los planos traídos desde Roma.
Participaron en ella varios arquitectos y constructores. Entre ellos estaban Martín de Azpitarte, Gil de Madrigal y Marcos Guerra, entre otros.
Contexto y función de la arquitectura barroca
El barroco se enmarca al mismo tiempo el fin de una era y el nacimiento de otra. Respondió, de hecho, a una época en crisis, precipitada por la confrontación entre los avances científicos, la Reforma y la Contrarreforma, las guerras de religión, el crecimiento del absolutismo, la expansión occidental y la colonización de América.
La arquitectura barroca se convirtió en un brazo propagantístico de la Iglesia, por un lado, y del poder de los reyes absolutistas por el otro. Por eso, el barroco fue la expresión del poder conquistado por los grupos de élite de aquellas sociedades cada vez más complejas, incluso también de los sectores burgueses más adinerados.
Durante la Ilustración, en la segunda mitad del siglo XVIII, el barroco comenzó a ser observado con desconfianza, ya que sus "excesos" decorativos se asociaban a todo aquello que el Iluminismo cuestionaba, tales como el absolutismo político y el fanatismo religioso.
Por ende, el vocablo portugués antiguo “barroco”, que designaba un tipo de perla irregular y extravagante, fue usado para describir peyorativamente a este estilo. Como respuesta a la exuberancia y dramatismo del barroco, la Ilustración respondió con la estética neoclásica, más austera y racionalista. Solo a partir del siglo XIX, el barroco volvió a mirarse con la valoración que merece.
Referencias
Carpentier, Alejo: Lo barroco y lo real maravilloso. Conferencia dictada en el Ateneo de Caracas el 22 de mayo de 1975.
Conti, Flavio: Cómo reconocer el arte barroco. Barcelona: Editorial Médica y Técnica, 1980.
Lezama Lima, José: La expresión americana, en El reino de la imagen, Editorial Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1981.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia, en línea.
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