Art nouveau (arte modernista): características, representantes y obras
El art nouveau, arte modernista o modernismo fue un movimiento artístico y decorativo internacional, desarrollado entre 1890 y 1914 aproximadamente. El ‘arte nuevo’, como su nombre en francés, se trataba de un estilo original, juvenil y moderno. Abarcó todas las artes, aunque se destacó especialmente en la arquitectura y las artes aplicadas.
Los antecedentes del art nouveau pueden encontrarse en el movimiento inglés Arts & Crafts (‘artes y oficios’), fundado por William Morris en 1861, el cual revalorizaba la artesanía tradicional y la naturaleza en contra de la creciente industrialización. El art nouveau también valoró las artes aplicadas y la naturaleza, pero a diferencia del Arts ands Crafts, aprovechó los materiales y técnicas disponibles en la era industrial para crear un estilo moderno.
La importancia de este movimiento reside en que fue el último en abocarse a la observación de la naturaleza y el primero en abrir un vínculo con la era industrial. Gracias a esto, no solo cerró el siglo XIX y abrió el XX, sino que preparó la transición entre dos eras artísticas totalmente distintas. Conozcamos sus características, representantes y obras a continuación.
Características del art nouveau
El arte académico del siglo XIX estaba dominado por el historicismo, particularmente en arquitectura (neoclásico, neorrománico, neogótico, neobizantino, etc.). El art nouveau reaccionó contra eso y propuso un estilo moderno y propio para la época. Procuraba liberarse de la imitación y apostaba por un estilo urbano que se irradiara en todas las artes. De este modo, acompañó los intereses y gustos de la burguesía. De allí surgió un deseo profundo de originalidad y libertad que definió las características del movimiento. Veamos.
Inspiración en la naturaleza
Los artistas del art nouveau se inspiraron en las formas de la naturaleza. No se trataba simplemente de retratar animales o plantas. Los modernistas no imitaban la naturaleza. La observaban, la estudiaban y usaban sus principios formales para buscar nuevas ideas. Por ello, estudiaron los tallos, las raíces, las formaciones rocosas, las osamentas, los caparazones y toda clase de elementos. De allí tomaron las líneas y formas geométricas que le dieron originalidad y belleza al nuevo estilo.
Dominio de la línea ondulante
Ya que en la naturaleza la línea recta no existe, el art nouveau adoptó la línea ondulante como rasgo distintivo, tanto en las artes aplicadas como en las bellas artes. Se manifestó en dos vertientes, frecuentemente superpuestas: una de inspiración vegetal, con líneas asimétricas, sinuosas y entramadas, y otra basada en la geometría.
Asimetría y dinamismo
La asimetría fue otro rasgos común en el art nouveau. Esta característica permitía acentuar la sensación de dinamismo y ligereza con la que se interpretaban los tiempos modernos.
Eclecticismo
El arte modernista se caracterizó también por la variedad y la mezcla de estilos. En lugar de una estética uniforme, favoreció diversas soluciones formales por la influencia de distintas corrientes estéticas, como el arte japonés, el arte de la India, el simbolismo, etc.
Riqueza ornamental
En el art nouveau proliferan los elementos decorativos u ornamentales, a través de los cuales se procuran composiciones rítmicas y armoniosas. Los artistas aplicaron la línea en círculos concéntricos y, especialmente, el efecto coup de fouet. Este consiste en la ondulación de una larga línea que recuerda el golpe de un látigo.
Gusto por lo elegante, lo lujoso y lo exótico
El art nouveau es refinado, lujoso y elegante. Usa materiales caros y procura acabados finos y delicados. Asimismo, comparte el mismo gusto por el arte japonés que otros movimientos contemporáneos, como el simbolismo y el postimpresionismo. Todo esto hace del art nouveau un estilo esteticista, donde el disfrute de la belleza es el valor supremo.
Materiales y técnicas de la era industrial
Los artistas y diseñadores del art nouveau valoraron las técnicas disponibles en la época industrial. Por ejemplo, la reproducción mecánica, la xilografía y el cartelismo. Asimismo, aprovecharon los materiales nuevos o le dieron nuevo uso a los ya conocidos. Algunos materiales comunes en el art nouveau fueron el hierro, la cerámica, el vidrio, los cristales, la madera, entre otros.
Pintura modernista o del art nouveau
La pintura del art nouveau se conoce también como pintura modernista. Coincidió generacionalmente con el postimpresionismo y se inspiró en la literatura simbolista. Bajo la influencia del simbolismo de Jean Moréas, hizo énfasis en la imaginación, lo onírico, lo extraño y lo artificial, y rechazó los temas históricos o cotidianos del arte academicista. También dieron espacio a la sensualidad y el erotismo.
Los pintores del art nouveau no compartían un estilo unificado, pero sí algunos rasgos comunes. Entre ellos:
- contornos pronunciados;
- líneas ondulantes y entrelazadas;
- motivos vegetales;
- decorativismo.
Además de la pintura como disciplina específica, el art nouveau asistió al auge de las ilustraciones y del diseño gráfico, que representó una verdadera revolución en su tiempo, tal como se aprecia en la obra de Aubrey Beardsley y Alfons Mucha.
Arquitectura en el art nouveau
La arquitectura modernista tuvo como punto de partida el diseño y la ejecución de la casa de Víctor Horta, arquitecto belga que revitalizó el diseño de finales del siglo XIX. La casa destacó por su vitalidad y libertad estética.
Los arquitectos de este período volvieron la atención sobre las formas geométricas presentes en la naturaleza, como las figuras hiperboloides, helicoides y paraboloides, entre otras. Por ejemplo, las espirales de un caracol tienen forma helicoide; los huesos de las piernas tienen forma hiperboloide y la hoja de un árbol (o una hojuela de papa frita) tienen forma paraboloide.
Junto a esto, los arquitectos aligeraron los muros y dejaron la herrería al descubierto. Así, se valieron de un uso innovador del hierro. También dieron nuevo uso a otros materiales como el vidrio, la cerámica, la loza y la madera, y reintegraron la escultura a la arquitectura de forma innovadora.
Artes aplicadas en el art nouveau
El art nouveau destacó particularmente en las artes aplicadas. Se habla de artes aplicadas cuando se imprimen valores artísticos en el diseño y confección de objetos utilitarios. Abarcan disciplinas como la cerámica, el arte del vidrio, la ebanistería, la orfebrería y el diseño gráfico (carteles, empaques de productos, tipografías y otros).
Los artistas usaron motivos inspirados en el reino vegetal para embellecer los objetos. Favorecieron también la línea curva sobre la línea recta, aunque siempre a partir del estudio geométrico.
Escultura del art nouveau
En el arte modernista, la escultura casi siempre estuvo integrada a la arquitectura, ya que esta alianza era la que permitía, justamente, renovar la estética del siglo XIX. En este aspecto, el art nouveau nos recuerda al arte medieval.
Sin embargo, sí hubo expresiones de escultura modernista exenta (es decir, independiente), a pesar de no haber sido el interés fundamental del movimiento. Al igual que el resto de las artes, se destacó por la línea ondulante y sinuosa, en función de crear un efecto dinámico. También se aprecia la asimetría, el gusto por elementos exóticos, el eclecticismo y la sensualidad.
Artistas y obras más representativos del art nouveau
Víctor Horta (1861-1947)
Arquitecto belga, considerado el impulsor del modernismo en arquitectura. Sus trabajos abarcaron gran diversidad de proyectos, como viviendas, almacenes y centros políticos. Su revolucionario concepto de distribución del interior se caracterizó por la fluidez espacial. Algunas de sus obras son la Casa Tassel, la Casa Solvay, la Casa Horta, la Casa del Pueblo y el Hotel Autrique.
Henry van de Velde (1863-1957)
Arquitecto, pintor y diseñador industrial belga, impulsor del modernismo. Para él el diseño era un concepto total, que integraba el diseño arquitectónico con el diseño industrial y de interiores. Algunas obras importantes dentro del estilo fueron la Villa Hohenhof (Hagen), Escalera del Sanatorio (Trzebiechów) y el edificio Van-de-Velde (Weimar).
Antonio Gaudí (1852-1926)
Arquitecto español. Ha llamado la atención no solo por la belleza de sus obras, sino por los particulares métodos para proyectar sus diseños, basados en maquetas más que en planos.
Se distinguió de otros modernistas en su interés por estudiar los estilos históricos, particularmente el gótico. Sin embargo, no pretendió revivirlo sino utilizarlo para expandir las posibilidades creativas del nuevo arte.
Gracias a sus investigaciones, que incluyeron el análisis mecánico de las estructuras, desarrolló un lenguaje completamente original y renovador. Entre sus obras más conocidas están el Templo Expiatorio La Sagrada Familia, el Parque Güel y la Casa Batló.
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Héctor Guimard (1867-1942)
Arquitecto francés. Destacó por su intento de imitar las formas de la naturaleza en sus edificios, e hizo de la línea curva un elemento distintivo. Su imaginación aplicada a la decoración interior y exterior de sus construcciones le mereció ganar el Concurso de Fachadas de la Ciudad de París. Algunas de sus obras más conocidas son Hotel Mezzara, las entradas del Metro de París y la Maison Coilliot, entre otras.
Lluís Domènech i Montaner (1849-1923)
Arquitecto español, también relacionado con la política. En sus obras se combinan la rica ornamentación con la racionalidad de las estructuras. Entre sus obras más conocidas destacan el Palacio de la Música Catalana, el Castillo de los Tres Dragones y el Hospital de San Pablo.
Charles Rennie Mackintosh (1868-1928)
Arquitecto y acuarelista escocés. Se inició en el movimiento Arts and Craft. Con el tiempo, adoptó el estilo art nouveau. Se inclinó por las formas geométricas y el gusto por las líneas rectas, conquistando con ello un estilo propio. Entre sus obras más conocidas están la Escuela de Arte de Glasgow, la Hill House en Helensburgh y la Casa Mackintosh, que diseñó junto a su esposa, la arquitecta Margaret Macdonald Mackintosh (1864-1933).
Louis Comfort Tiffany (1848-1933)
Diseñador industrial, decorador de interiores y pintor norteamericano. Destacado por su trabajo en vidrio (especialmente la línea de lámparas que lleva su nombre), aunque también es conocido por sus pinturas y sus diseños en cerámica y joyería. Entre sus obras destacan Paisaje boscoso en tres paneles; Vaso Tiffany y Flores, pescado y fruta.
Renée Lalique (1860-1945)
Diseñador, joyero y vidriero francés. Desarrolló una serie de piezas de joyería muy reconocidas, al igual que candelabros, frascos de perfume, relojes y toda clase de objetos utilitarios. Fue famoso por ser el primero en esculpir en vidrio. Entre sus obras destacan las piezas de orfebrería Tiara y Libélula, que forman parte de la colección Gulbenkian.
Alfons Mucha (1860-1939)
Pintor, ilustrador, diseñador y escultor checo. Ampliamente reconocido por la representación de mujeres rodeadas de elementos vegetales. Además de sus obras pictóricas, destacó en el arte del cartel, el diseño de tapices, joyería, empapelado y otros elementos. Entre sus obras destacan: Destino, Noche de invierno, cartel Cycles Perfecta y envoltorio de Savonnerie de bagnolet.
Aubrey Beardsley (1872-1898)
Pintor e ilustrador británico. Su técnica preferida fue el dibujo con tinta, que le permitió trabajar con zonas de contraste. Trató temas mitológicos, históricos y eróticos. Su estética tuvo rasgos simbolistas, hedonistas y fatalistas. Entre sus trabajos más conocidos están las ilustraciones para la obra Salomé, de Oscar Wilde, y para Lisístrata, de Aristófanes.
Gustav Klimt (1862-1918)
Pintor austríaco. Asociado al simbolismo y al movimiento modernista vienés. Su estilo se caracterizó por la rica ornamentación, la sensualidad y el lujo, que introduce a través del uso de polvo de oro. Entre sus obras más conocidas destacan El beso, Retrato de Adele Bloch Bauer I, El árbol de la vida y Esperanza.
Ver también El beso, de Gustav Klimt
Fernidand Hodler (1853-1918)
Pintor suizo. Representante del simbolismo y el art nouveau, cuya obra adquirió algunos rasgos expresionistas. Fue conocido por un estilo que él denominaba paralelismo, que consistía en agrupar simétricamente las figuras en torno a un centro de referencia. Entre sus obras destacan La noche y El consagrado.
Contexto histórico del art nouveau
A finales del siglo XIX, la revolución industrial ya estaba consolidada. El contexto estuvo marcado por grandes invenciones que revolucionaron el mundo: el fonógrafo, el automóvil, el gramófono, la pastilla de jabón, la aspirina, el cinematógrafo, el avión y toda clase de maquinarias.
En el arte circulaban múltiples corrientes como el simbolismo, el postimpresionismo y el movimiento Arts and Crafts, por solo nombrar algunos. En la Europa industrializada se respiraba novedad y dinamismo, y el art nouveau se alineó con el deseo de modernización de la pujante burguesía. Pronto, el estilo extendió su influencia hasta América.
El nombre art nouveau provino de una tienda llamada La Maison de l’Art Nouveau, abierta por Siegfried Bing en París en 1896. Él movimiento se conoció también como Sezessionstil en Austria, Liberty o Floreale en Italia, Paling stijl en Bélgica, Jugendstil en Alemania, Modern Style en los países de habla inglesa y modernismo en España. En América Latina suele usarse art nouveau para distinguirlo del modernismo hispanoamericano, un movimiento literario de origen independiente.
A pesar de su impulso modernizador y burgués, el art nouveau no llegó a convertirse en un estilo masivo. Esto fue consecuencia de los modos de producción complejos y el alto costo de sus materiales. Hacia 1910 entró en declive, mientras el art déco se abría paso.
Tras el inicio de la primera guerra mundial en 1914, el art nouveau llegaría a su fin en Europa. En cambio, su influencia se mantendría en América algunos años más.
Ver también:
- Art deco
- Modernismo hispanoamericano
- Obras más famosas de Gustav Klimt (analizadas)
- Postimpresionismo: qué es, características y artistas
- Cubismo: qué es, características, autores y obras
- Realismo: qué es, características y representantes
- Movimientos artísticos del siglo XIX