El Estado soy yo
Qué es El Estado soy yo:
“El Estado soy yo” (l’Etat c’est moi) es el lema del absolutismo acuñado por el rey de Francia y Navarra Luis XIV (1638-1715) desde 1643 hasta su muerte.
Según los historiadores, la afirmación “el Estado soy yo” fue pronunciada por el rey Luis XIV al ver el desacuerdo que la corte en París tenía frente a la aprobación de los edictos presentados por el monarca. La frase indica lo absurdo que veía Luis XIV la discusión, ya que esperaba que todas sus propuestas fuesen aceptadas sin cuestionamientos.
A pesar de no haber certezas de que la frase fuese realmente dicha por Luis XIV, la atribución de este argumento refleja la esencia del apogeo del absolutismo que representaba. La frase “El Estado soy yo” resume la concepción del derecho divino de gobernar que el rey o monarca tenía de nacimiento, transmitido por herencia, lo que lo situaba por encima de la ley.
Luis XIV, conocido también como “el Rey Sol”, representa el auge del período histórico conocido como absolutismo monárquico, que se caracterizó por la concentración de todo el poder en el monarca o gobernante.
Significado histórico de “el Estado soy yo”
“El Estado soy yo” representa el período en Europa conocido como absolutismo monárquico que comienza desde los inicios del siglo XVII hasta finales del siglo XVIII, culminando con la Revolución francesa del año 1789.
La frase pronunciada por el monarca Luis XIV refleja el absolutismo monárquico e introduce el período histórico que surge con el nacimiento de la Ilustración en el mismo período. Debido a que albergaba todos los poderes en su persona, apoyado asimismo por el clero, también encarnó el papel de mecenas de las artes, incentivando el desarrollo intelectual y artístico para las clases nobles.
La Ilustración trajo para el siglo XVIII la ideología de la primacía de la razón y la idea del hombre como dueño de su destino histórico. Gracias a este movimiento creciente nace, como fase posterior al absolutismo, el régimen político conocido como despotismo ilustrado que transforma el lema “El Estado soy yo” por “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, que refleja la conciencia de los gobernantes como un padre protector de sus súbditos hijos sin sacrificar la autocracia o poder absoluto.
En el absolutismo y en el despotismo ilustrado, la nobleza fue despojada de su función política convirtiéndose en aristocracia cortesana que contribuyó junto con la burocracia, la compleja diplomacia y el ejército especializado, a la intensificación de las crisis demográficas (alta mortalidad), crisis en la agricultura (desigualdad), crisis de distribución de alimentos (hambruna).
El aumento de conflictos sociales y políticos y el creciente poder de la clase emergente mercantil llamada burguesía, desencadena el período de guerras civiles que concluirá en la Revolución francesa, marcando el inicio de la Edad Contemporánea.
Con la Revolución francesa como precedente se desatan otras revoluciones contra los gobiernos monárquicos como la Revolución de julio de 1830 retratado en el cuadro La libertad guiando al pueblo.