¿Quién es Gregorio Samsa?: un análisis del protagonista de La metamorfosis
Gregorio Samsa es el protagonista de la novela La metamorfosis, publicada por Franz Kafka en 1915. Este personaje y su circunstancia vital marcó la historia de la literatura y convirtió a su autor en un ícono de la narrativa moderna.
¿Qué le sucede a Gregorio Samsa?
El comienzo de La metamorfosis es uno de los más famosos en la literatura. Desde el inicio, el narrador omnisciente plantea una situación fantástica: el protagonista despierta convertido en un insecto.
Cuando Gregorio Samsa despertó una mañana de un sueño inquieto, se encontró en la cama convertido en un monstruoso insecto. Yacía sobre su dura espalda, parecida a una coraza, y veía, cuando levantaba un poco la cabeza, su estómago abombado, de color marrón, dividido por durezas arqueadas, sobre el que la manta, a punto de deslizarse hasta el suelo, apenas podía mantenerse. Sus numerosas patas, de una delgadez deplorable en comparación con su volumen corporal, vibraban desvalidas ante sus ojos.
"¿Qué me ha ocurrido?" . pensó. No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, tal vez algo pequeña, aparecía tranquila entre las habituales cuatro paredes.
No hay ninguna explicación lógica para esta transformación, simplemente es algo que sucede y que su entorno acepta de mala manera.
Así, la vida de Gregorio se convierte en un infierno, pues debe aprender a sortear la cotidianidad en esta nueva forma que hace difícil cualquier movimiento o actividad. Además, sufre las consecuencias de un aspecto que le repulsa a su familia y lo condena a la soledad.
¿Qué significa esta transformación?
La metamorfosis es una de las novelas clave del siglo XX y ha sido ampliamente estudiada. Por ello, a lo largo de los años han surgido varias interpretaciones.
Lectura biográfica
Varios expertos han establecido un paralelo entre el personaje de Gregorio Samsa y el propio Kafka. El autor tuvo una vida bastante breve, signada por la enfermedad y por relaciones tormentosas.
En 1908 Kafka comenzó a trabajar en una agencia de seguros. Aunque era un empleo estable que le permitía mantenerse y ayudar a su familia, era un oficio que jamás disfrutó y que implicaba una carga. De hecho, a su amigo y albacea Max Brod le confió en una carta:
Todo cuanto no es literatura me hastía y provoca mi odio, porque me molesta o es un obstáculo para mí.
De este modo, tanto Kafka como Samsa tienen un trabajo monótono que deben mantener por obligación.
Por otro lado, en 1917, el escritor fue diagnosticado con tuberculosis luego de vivir sus primeros episodios de hemorragia. Esta condición fue empeorando con los años y lo condujo a una temprana muerte. Pasó varias temporadas en sanatorios y padeció muchísimo. En una carta a Brod, fechada en 1921, declaró:
Lo que se ve allí en la cama es mucho peor que una ejecución, incluso que una tortura. La tortura no la hemos inventado nosotros mismos, sino que la hemos copiado de las enfermedades… . Toda esta vida miserable en la cama, la fiebre, las dificultades respiratorias, tomar medicamentos.
Debido a esto, hay voces que consideran que el hecho de que Samsa se transforme en un insecto y se encuentre ligado a su dormitorio, se relaciona estrechamente con los periodos de enfermedad que sufría el autor.
En última instancia, la tesis que más avala la lectura biográfica es la relación que mantenía Kafka con su padre. En 1950, Max Brod publicó póstumamente uno de los textos más desgarradores de su amigo, Carta al padre. Allí desnuda su alma y expresa cómo lo hacía sentir su progenitor, un hombre duro y autoritario, que jamás lo hizo sentir validado.
Como padre eras demasiado fuerte para mí…tu sola presencia física ya me oprimía. Me acuerdo, por ejemplo, cuando nos desvestíamos juntos en la casilla de baño. Yo delgado, débil, pequeño; tú fuerte, enorme, corpulento…Así aparecíamos ante la gente, yo tomado de tu mano, un pequeño esqueleto inseguro…
No se trataba sólo de una diferencia corporal, sino que era alguien que lo invalidaba incluso en el aspecto intelectual.
Tenías una confianza ilimitada en tu propio criterio…gobernabas el mundo. Tu opinión era la correcta, todas las demás eran desorbitadas, extravagantes, locas…
Así, se puede entender que Kafka se sentía como un insecto frente a su padre y fue una situación que jamás pudo compartir o discutir con él. Aquella larga carta que el mundo enteró conoció, jamás fue leída por su destinatario original. Por ello, se cree que la situación de Gregorio funciona como una alegoría de cómo se paraba Kafka frente al mundo: forzado a trabajar en algo que odiaba, enfermo y continuamente opacado por su padre.
Lectura existencial
Otra de los análisis más aceptados tiene que ver con la transformación como una metáfora sobre el individuo enfrentado a la soledad y al desamparo de la realidad moderna.
La obra de Kafka ha sido tan influyente en la literatura que se acuñó el adjetivo "kafkiano" para describir el absurdo de la existencia y cómo el ser humano se encuentra sometido a fuerzas frente a las que no tiene control.
Eso es exactamente lo que experimenta Gregorio Samsa. Los principales temas que se trabajan en la novela están relacionados con el sinsentido y la alienación que sufre el protagonista.
En primera instancia, no hay ninguna explicación lógica para que se haya convertido en un insecto. Luego, su desgracia está signada por la arbitrariedad y la reacción de su familia viene a reforzar la idea del hombre solo ante al mundo.
Lectura social
Hay varias investigaciones que entienden La metamorfosis como una parábola sobre la falta de empatía y solidaridad humanas.
Esta lectura avala la idea de que Kafka buscaba hacer una crítica social. Según esta mirada, el autor estaba denunciando la falta de tolerancia hacia el “otro” visto como un ser distinto y extraño.
El análisis hace sentido si se considera que Kafka era judío y pertenecía a una comunidad excluida socialmente y sometida a todo tipo de restricciones en la Praga del periodo.
Una de las principales características de la novela es la capacidad que tiene para generar empatía hacia Gregorio Samsa. Desde el principio, el lector despierta junto al protagonista en una realidad de pesadilla. De este modo, aprende junto a él cómo funciona su nuevo cuerpo y sufre las consecuencias de su terrible destino.
Así, se trata de una obra que apela a la compasión humana, a que el receptor sea capaz de ponerse en el lugar del "otro" y pueda entender que, más allá de las diferencias, hay un ser vivo que merece un mejor trato.
Lectura política
Dentro de las investigaciones sobre La metamorfosis, existen autores que defienden una mirada política. Sin duda, esta es una interpretación más libre, pues no hay ningún escrito o registro de que Kafka haya estado interesado en la política o quisiera reflejarlo en su obra.
Según esta interpretación, el hecho de que Gregorío Samsa se convirtiera en insecto es una crítica hacia el sistema capitalista, en el que sólo se puede "ser alguien" en la medida en que se produce.
Por ello, cuando el protagonista era hombre y tenía poder económico, era respetado y querido por su familia. Sin embargo, luego de la transformación que lo somete a ser un inútil, Samsa se vuelve prescindible y es castigado por quienes le rodean.
La vida que llevaba antes de la transformación era completamente deshumanizada, ya que sólo giraba en torno a su oficio. De hecho, cuando se convierte, continúa preocupado por el trabajo, lo que viene a demostrar cuán alienado estaba de sí mismo.
De igual manera, la única autoestima del protagonista proviene del hecho de ser el sostén de la familia. Samsa tenía grabado que sin él, no podrían sobrevivir. No obstante, logran encontrar trabajos y ser independientes, por lo que definitivamente su existencia -dedicada a producir - pierde sentido.
¿Cómo era Gregorio Samsa?
Samsa es descrito como un hijo y hermano ejemplar, además de ser un empleado dedicado y responsable. Sin embargo, su existencia giraba en torno a las necesidades de los demás. El pobre hombre jamás pudo hacer lo que realmente quería, nunca siguió sus impulsos, deseos o emociones.
Por ello, la transformación viene a recalcar físicamente lo que él ya sentía en su cuerpo humano: la falta de libertad. Aunque este cambio podría haber augurado algo positivo, Samsa queda preso dentro de un cuerpo monstruoso y es encerrado en una habitación por su familia, convirtiéndose en un estorbo.
Paulatinamente va perdiendo su identidad, lo que se subraya cuando le es imposible comunicarse al perder el lenguaje. Es en ese momento cuando abandona definitivamente el mundo racional y civilizado.
De esta manera, Samsa deja de ser alguien y se convierte en "algo". Una de las grandes reflexiones de la novela es que lo más terrible no es la transformación en sí, sino que el trato que recibe de los que se supone deben quererlo incondicionalmente. Es su familia la que lo convierte en un insecto.
Al comienzo sienten espanto, asco y rechazo. Cuando la situación parece definitiva, Gregorio pasa a formar parte de la rutina y luego es víctima de la indiferencia y el abandono.
A pesar de todo el dolor que su familia le inflige, Samsa es un mártir. Hasta el final, los disculpa y parece quererlos. No hay en su actitud ningún rastro de rabia u odio. Es el más sensible, considerado y gentil en toda la historia
¿Cómo muere Gregorio Samsa?
La familia de Samsa desea olvidar el inconveniente de un hijo y hermano que es un problema. Por ello, es encerrado en su habitación. Las dos veces que intenta salir de ahí para interactuar, es golpeado con un periódico y una manzana, elementos sumamente simbólicos, pues reflejan el mundo de la razón. Al perder el habla, el protagonista ya había sido expulsado de ese mundo y estas situaciones vienen a reforzar la idea.
Después del ataque, la manzana queda incrustada en su caparazón y comienza a infectarse. Además, no recibe los alimentos, cuidados o atención necesaria.
Samsa pierde el impulso vital, decide retirarse permanentemente y dejar de ser una carga para los demás. Así, no muere a causa de una acción violenta o repentina, sino como resultado de un proceso gradual de deterioro físico y emocional.
En una noche fría, se recuesta y muere en silencio, con un sentimiento de alivio y resignación. Este desenlace destaca el tema central de la obra: la alienación y la deshumanización, tanto en el ámbito personal como en las relaciones familiares.
Bibliografía:
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