5 pinturas para descubrir a Hilma af Klint (analizadas)

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 6 min.

Hilma af Klint (Suecia, 1862 - 1944) fue la verdadera pionera del arte abstracto, trabajando en un estilo radicalmente diferente a lo figurativo que dominaba en su época.

Aunque su obra precedió a artistas como Kandinsky, Mondrian y Malevich, fue poco reconocida durante su vida y tuvieron que pasar muchísimos años para que alcanzara el reconocimiento.

La artista estuvo profundamente influenciada por movimientos espirituales como la teosofía y el espiritismo, que buscaban explorar el mundo más allá de lo visible.

1. Cisne Nº 17 (1915)

El cisne
El cisne N° 17
Fundación Hilma af Klint, Estocolmo, Suecia

El Cisne Nº 17 forma parte de su serie "Pinturas para el Templo", un conjunto de obras que exploran el viaje del alma y las fuerzas universales.

El cisne, aunque no aparece figurativamente, es un símbolo de transformación, pureza y conexión entre mundos opuestos (terrenal y espiritual).

Por su parte, el círculo, como forma perfecta, representa la totalidad, la unidad cósmica. El hecho de que esté dividido alude a la coexistencia de opuestos y su integración en un todo mayor. Este concepto se alinea con la filosofía espiritual de af Klint, que veía el universo como un equilibrio dinámico de energías.

Este cuadro ejemplifica su enfoque visionario, donde el arte era una herramienta para explorar dimensiones espirituales y filosóficas.

2. La paloma (1915)

La paloma
La paloma
Museo de Arte Moderno de Estocolmo, Suecia

Para Hilma af Klint el arte se convirtió en una manera de canalizar energía y plasmar visiones astrales. Por ello, sus pinturas comenzaron a diversificarse hacia la abstracción.

El círculo fue una figura recurrente en su obra, simbolizando la unidad, el infinito y la conexión espiritual. Por su parte, la figura de un corazón, ubicado en el núcleo de la composición, sugiere amor, equilibrio y armonía.

La espiral central representa la conexión entre planos, como lo terrenal y lo divino. Los colores se dividen en tonos cálidos (amarillos, rosados) y fríos (azules, grises), significando contraste y complementariedad entre el espíritu y la materia.

Es importante señalar que la paloma es un símbolo universal de paz y aquí se puede interpretar como un canal entre mundos.

3. Los diez mayores I, Niñez (1907)

Los diez mayores
Los diez mayores I
Museo de Arte Moderno de Estocolmo, Suecia

En 1907 Hilma af Klint creó una serie de diez pinturas a las que bautizó como "Los diez mayores" en los que buscaba plasmar las cuatro etapas de la vida. Así, los dos primeros (de tonalidades azules) correspondían a la infancia, luego los dos naranjas para la juventud, los cuatro morados para la vida adulta y los dos grises para la madurez.

La artista obtuvo la inspiración de una sesión de espiritismo. En 1896 fundó, junto a otras cuatro amigas, un grupo llamado Las Cinco, donde practicaban la meditación y el espiritismo.

Según su diario personal de 1931, recibió instrucciones de sus guías espirituales para realizar estos cuadros en los que intentaba reflejar la existencia humana. Para ella, aunaban lo científico y lo espiritual, disciplinas que aundas permiten alcanzar una verdad superior.

4. Retablo N° 1 (1915)

Retablo N° 1
Retablo N° 1
Museo de Arte Moderno de Estocolmo, Suecia

Esta es una obra clave dentro del trabajo de Hilma af Klint, incluida en su serie "Pinturas para el Templo". Encapsula su visión espiritual y esotérica, representando una conexión entre lo terrenal y lo divino.

El título "Retablo" no resulta casual, ya que alude a su carácter ritual. La base ancha y la cúspide que apunta hacia un círculo dorado sugieren un viaje de ascensión espiritual. La pirámide, dividida en segmentos, representa diferentes etapas de este proceso.

La cima, rodeada de rayos y colores vivos, puede interpretarse como la iluminación o lo divino. Así, los tonos que se desplazan desde rojos en la base hasta azules y violetas en la cúspide simbolizan la transición desde lo material (rojo) hacia lo elevado (azul/violeta).

De este modo, la estructura invita al espectador a reflexionar sobre su propio proceso de ascensión y su lugar dentro de un cosmos interconectado. A través de la geometría sagrada y el simbolismo, af Klint presenta un puente entre el arte, la ciencia y la espiritualidad.

5. El árbol del conocimiento (1913)

El árbol del conocimiento
El árbol del conocimiento
Fundación Hilma af Klint, Estocolmo, Suecia

Este cuadro pertenece a la serie "Pinturas para el Templo". Por ello, también hay una búsqueda espiritual en el lienzo.

De este modo, el árbol está representado de manera simbólica, con una organización vertical que sugiere un viaje ascendente hacia el conocimiento o la iluminación espiritual.

La parte inferior representa las raíces o el origen, con formas redondeadas que aluden a la base terrenal o el subconsciente. Por su parte, las ramas superiores se expanden en patrones más detallados y luminosos, asociándose con el mundo espiritual o la trascendencia.

Aquí la pintora busca representar el "Axis mundi", figura que conecta las raíces terrenales con las ramas espirituales, uniendo diferentes planos de existencia.

Sobre Hilma af Klint

Hilma af Klint

Hilma af Klint (1862–1944) fue la pionera del arte abstracto. Nació en Solna, Suecia, y estudió en la Real Academia Sueca de las Artes, donde se formó en un estilo académico tradicional.

Sin embargo, su obra más importante surgió de su interés por la espiritualidad, la teosofía y el esoterismo. Estas influencias la llevaron a desarrollar un lenguaje artístico profundamente simbólico y no figurativo años antes de artistas como Kandinsky o Mondrian.

Entre 1906 y 1915, af Klint creó su serie más ambiciosa, "Las pinturas para el templo", compuesta por más de 190 cuadros visionariaos que reflejaban su conexión con lo místico.

Convencida de que el mundo no estaba preparado para comprender su arte, Hilma estipuló en su testamento que sus obras no debían mostrarse al público hasta al menos 20 años después de su muerte.

Por décadas, sus creaciones permanecieron prácticamente desconocidas, guardadas en cajas. No fue hasta finales del siglo XX que comenzaron a exhibirse y captar la atención del público y los críticos.

Su gran salto a la fama llegó en el siglo XXI, especialmente con la exposición en el Museo Guggenheim de Nueva York en 2018-2019, titulada "Hilma af Klint: Paintings for the Future". Este evento se convirtió en el más visitado en la historia del museo, consolidándola como una figura fundamental del arte moderno.

Estilo Artístico

El estilo de af Klint es notable por ser precursor del arte abstracto, con formas geométricas, espirales, diagramas y colores vibrantes.

Su obra está impregnada de simbolismo y un profundo interés por representar lo invisible: las fuerzas espirituales, los dualismos (masculino-femenino, materia-espíritu) y el cosmos.

En sus composiciones combinaba estructuras orgánicas con elementos científicos y místicos, creando un lenguaje visual que trasciende lo terrenal y busca lo trascendental.

Bibliografía:

  • Hodge, Susie. (2020). Breve historia de las mujeres artistas. Blume.

Ver también:

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.