5 historias de terror verdaderas que no podrás creer


Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
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Las historias de terror han acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. En su ensayo El horror sobrenatural en la literatura, H.P. Lovecraft afirmó "lo desconocido al igual que lo impredecible, se convirtió para nuestros antepasados primitivos en una fuente tremenda y omnipotente de calamidades”.

En este listado se pueden encontrar casos reales que asustan al más valiente. Posesiones, asesinos y parásitos que parecen inverosímiles.

1. El verdadero caso tras El exorcista

Fotograma El Exorcista
Fotograma El Exorcista (1973)

En 1973 se estrenó la película El exorcista, dirigida por William Friedkin, que se convirtió en un enorme éxito.

Aunque se realizaron varios cambios, la historia estaba basada en un caso real que ocurrió en 1949. En Estados Unidos, un niño de 14 años comenzó a mostrar un comportamiento muy extraño, al tener episodios irascibles, hablar en latín y mostrar marcas extrañas en el cuerpo.

El chico fue internado en el hospital, pero ninguno de los médicos llegó a un diagnóstico concluyente. Aunque la familia era protestante, se involucraron sacerdotes católicos que afirmaron que se trataba de una posesión. Por ello, decidieron realizar el ritual de exorcismo, que duró bastante meses y en el que aseguran se movían muebles y el afectado demostraba una fuerza anormal.

El hecho fue recogido por el Washington Post el 20 de agosto de 1949. Esta noticia sirvió de inspiración para la novela El exorcista (1971) de William Peter Blatty, quien estuvo involucrado más tarde en el guion de la cinta.

2. Gusano parásito en el cerebro de una mujer

Gusano parásito
Imágenes del gusano parásito encontrado en el cerebro de la paciente

Esta historia despierta uno de los más temores más grandes de los seres humanos: tener un insecto vivo dentro. En Australia, una mujer que vivía al sureste de Nueva Gales del Sur, ingresó a fines del 2021 en el hospital local por diversos malestares. Llevaba tres semanas sufriendo de dolor abdominal y diarrea, que luego se extendió a tos y fiebre.

Sus síntomas persistieron, además de que se sumó depresión y episodios de olvido. Por ello, fue trasladada a Canberra, donde una resonancia magnética indicó anomalías en el cerebro.

Durante la operación, la neurocirujana Hari Priya Bandi se encontró un gusano parásito de 8 cm. de longitud. Estaba vivo y se retorcía.

Luego de varias investigaciones, se identificó que el parásito era Ophidascaris robertsi, un gusano que se encuentra normalmente en serpientes pitones. Este era el primer caso registrado en humanos.

La paciente vive en una zona donde habitan este tipo de serpientes y solía recoger hierbas que crecen alrededor del lago para cocinar. Lo más probable es que una pitón liberó al parásito a través de sus heces en plantas que ella más tarde consumió.

3. Condesa Báthory y la búsqueda de la eterna juventud

Fotograma La condesa
Fotograma La condesa (2009), donde Julie Delpy interpreta a Erzsébet Báthory

También denominada "la condesa sangrienta", Erzsébet Báthory (1560-1614) perteneció a la aristocracia húngara del siglo XVI. Es reconocida como una de las figuras más perversas de la historia. Llegó a asesinar a más de 600 mujeres para sus "baños de sangre", que creía la mantendrían joven y hermosa para siempre.

Sin embargo, no se trataba sólo de superstición. Se cuenta que era cruel y sádica, por lo que disfrutaba de golpear y torturar a sus sirvientes de distintas formas para su diversión.

En 1610 su arrojo llegó demasiado lejos al asesinar jóvenes de la nobleza. Fue así como las autoridades comenzaron a investigar y descubrieron todas las historias que circulaban a su alrededor. Con varios testimonios fue declarada culpable y encerrada en su propio castillo, en Čachtice, donde murió cuatro años después.

Aunque en 1980 aparecieron los primeros cuestionamientos sobre este relato y surgieron tesis que afirmaban que fue víctima de una conspiración, la condesa Báthory sigue siendo parte de la iconografía del terror.

4. El sadismo de la Quintrala

Monumento a la Quintrala, Graneros, Chile
Monumento a la Quintrala, Graneros, Chile

Catalina de los Ríos y Lisperguer (1604 - 1665) nació en Chile durante la época colonial. Formaba parte de una de las familias más ricas del país, por lo que su dinero le permitió mantener la impunidad durante mucho tiempo.

Se ha popularizado en el imaginario colectivo como una de las mujeres más sanguinarias en la historia de América Latina. El primero de sus asesinatos fue el envenenamiento de su padre en 1622. Luego, en 1624, acuchilló a un hombre.

Aunque fue forzada a casarse con Alonso Campofrío Carvajal para controlar su furia, con este hombre consiguió un cómplice. Así, se instalaron en su hacienda de La Ligua, donde se cometieron terribles hechos. Solían golpear, torturar y asesinar a sus trabajadores y a los indios de encomienda. Se cuenta que no hacía ninguna distinción y que sus víctimas eran hombres, mujeres e, incluso, niños.

En 1660 la Audiencia Real encargó una investigación. Fue encontrada culpable y trasladada a la capital, Santiago. No obstante, el proceso fue lento debido a sus influencias y murió en 1665 antes de recibir un castigo.

En la actualidad, se afirma que hay mucho de invención y leyenda en su historia.

5. Cigarras zombie

Cigarra
Cigarra

Aunque parece salido de un relato de ficción, existe un hongo que ocupa a las cigarras y las controla, convirtiéndolas en máquinas de procrear que pueden seguir transmitiendo la infección.

El parásito Massospora cicadina se apodera del insecto por la parte trasera, llenando su abdomen de esporas. Poco a poco, va consumiendo a su huésped, mientras maneja sus movimientos y acciones. Esto lo consigue, pues produce catinona, un tipo de anfetamina que funciona como un estimulante, algo parecido al speed.

Así, hace que las cigarras adquieran un comportamiento sexual desenfrenado para asi poder propagar el hongo de manera rápida y efectiva. Cuando ya ha logrado su cometido, el abdomen estalla y libera las esporas para un nuevo ciclo.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.