La casa de Bernarda Alba: resumen, personajes y análisis
La casa de Bernarda Alba es una obra de teatro en tres actos escrita por Federico García Lorca en 1936 y estrenada en 1945.
Se centra en la vida de Bernarda Alba y sus cinco hijas tras la muerte de su segundo marido. La trama aborda temas como la opresión, la moral tradicional, la envidia y el deseo.
La obra es una crítica a las normas sociales que limitan la libertad, particularmente la de las mujeres, por lo que se ha convertido en un clásico de la dramaturgia moderna.
Resumen por actos
Acto I
Tras la muerte del esposo de Bernarda Alba, se instaura un periodo de luto riguroso de ocho años, impuesto por ella, quien ejerce un control absoluto sobre sus hijas.
Durante el velorio, surgen tensiones y se introduce el conflicto principal. Angustias, la hija mayor y única heredera de una fortuna significativa, está comprometida con Pepe el Romano, lo que genera celos y rivalidades entre las hermanas.
Acto II
La tensión aumenta cuando se revelan los sentimientos reprimidos de las hermanas hacia Pepe el Romano. Adela, la hija más joven, mantiene una relación secreta con él, mientras Martirio también demuestra interés.
Por su parte, Angustias sospecha de la fidelidad de Pepe y se enfrenta a sus hermanas. La criada y Poncia, el ama de llaves, observan los eventos y critican las estrictas normas impuestas por Bernarda.
Acto III
La trama llega a su clímax cuando Adela y Pepe se encuentran clandestinamente y Martirio los descubre. Esto desata una confrontación violenta entre las hermanas, en la que Bernarda interviene con un arma.
Adela, creyendo que Pepe ha muerto a manos de su madre, se suicida ahorcándose. Al final, Bernarda insiste en mantener las apariencias, ordenando que se diga que Adela murió virgen, reafirmando su obsesión por la moral y el honor.
Listado de Personajes
- Bernarda Alba: Madre autoritaria que impone el luto y las normas estrictas en su hogar.
- Angustias: Hija mayor, heredera de la fortuna y prometida de Pepe el Romano.
- Magdalena: Segunda hija, resignada y melancólica.
- Amelia: Tercera hija, sumisa y poco destacada.
- Martirio: Cuarta hija, enfermiza y resentida, también enamorada de Pepe.
- Adela: Hija menor, rebelde y apasionada. Es quien desafía las normas impuestas por su madre.
- Poncia: Ama de llaves. Crítica de Bernarda, actúa como confidente y observadora.
- La Criada: Representa a las clases bajas y la frustración por la opresión social.
- María Josefa: Madre anciana de Bernarda. Simboliza la locura y el deseo de libertad.
- Pepe el Romano: Presente sólo en la conversación, es el desencadenante de los conflictos.
Análisis
Contexto histórico y de producción
La obra se sitúa en una España rural y profundamente conservadora, marcada por la desigualdad de género y las estrictas normas sociales.
Lorca escribió la obra en 1936, poco antes de ser asesinado durante la Guerra Civil Española. Debido a esto, no pudo ver su obra representada en vida.
La casa de Bernarda Alba fue concebida como "un drama de mujeres en los pueblos de España" y, según el autor, buscaba reflejar la realidad social de las mujeres oprimidas de su tiempo.
Primera representación
La obra se estrenó el 8 de marzo de 1945 en el Teatro Avenida de Buenos Aires, Argentina, bajo la dirección de Margarita Xirgu, amiga cercana de Lorca y defensora de su legado. Fue realizada en otro país debido a la censura del régimen franquista en España.
Por ello, La casa de Bernarda Alba no pudo representarse en el país de su creador hasta 1964, cuando la censura permitió montajes más abiertos.
Recepción inicial
En Argentina, la obra fue muy bien recibida, destacando su crítica a las normas sociales y el profundo retrato psicológico de los personajes.
En España, el impacto fue mayor cuando finalmente se representó, pues reflejaba las tensiones sociales del país bajo la dictadura.
Temas principales
La represión y el autoritarismo
Bernarda simboliza la autoridad patriarcal y la sociedad conservadora de la época. El control que ejerce sobre sus hijas es absoluto, desde imponer un luto de ocho años hasta determinar con quién pueden relacionarse.
En este sentido el bastón que porta resulta clave en la configuración del personaje. Así, se trata de una representación literal de su poder.
El deseo y la pasión
Lorca retrata la fuerza del deseo en el contexto de una España conservadora en la que existía un estricto código de conducta social. Adela es el personaje que encarna la pasión en su forma más pura, al buscar el amor de Pepe el Romano a pesar de las consecuencias.
Este deseo reprimido se refleja también en los demás personajes. Así, Martirio también está enamorada de Pepe, mientras que las demás hermanas viven entre la resignación y la frustración.
La hipocresía social
Una de las grandes críticas que realiza la obra es la preocupación por la opinión social. De este modo, Bernarda se preocupa más por el "qué dirán" que por la felicidad de sus hijas. La obsesión con la honra y la apariencia es un reflejo de los valores sociales de la España rural de principios del siglo XX.
La obra denuncia cómo las normas sociales oprimen particularmente a las mujeres, quienes son vigiladas, juzgadas y controladas constantemente.
El deseo de libertad
La figura de Adela representa la lucha por la libertad individual. Su rebeldía y amor prohibido la convierten en el personaje más moderno de la obra. Sin embargo, su destino trágico refleja la imposibilidad de escapar de un sistema opresivo.
Símbolos
El bastón de Bernarda
Representa el poder despótico. Cuando Adela lo rompe, significa su rechazo directo a la autoridad y el intento de liberar su propio destino.
El color blanco y negro
El negro predomina como símbolo del luto, muerte y la represión. Por su parte, la casa se presenta "blanquísima" en la descripción inicial, lo que simboliza la pureza aparente y la obsesión de Bernarda por las apariencias. Sin embargo, el interior es oscuro y opresivo, lo que refleja la verdadera naturaleza de la vida allí.
El calor
Lorca utiliza el calor como símbolo del conflicto interno, la incomodidad y la pasión reprimida. Es un elemento omnipresente que aumenta la sensación de asfixia en los personajes.
Los personajes
Bernarda Alba
Figura despótica y controladora, encarna las normas sociales de la época. Su obsesión con el honor y el control de su familia la convierten en una heroína trágica y paradójica: en su afán de proteger a sus hijas, las asfixia emocionalmente.
Su frase final, “¡Silencio!”, muestra su insistencia en mantener las apariencias, incluso después de la tragedia.
Adela
Es el personaje más vital y rebelde de la obra. Representa la juventud, la pasión y el deseo de libertad. Su amor por Pepe el Romano la lleva a desafiar las reglas familiares, convirtiéndola en una víctima del sistema opresivo.
Martirio
Amargada y resentida, Martirio es el reflejo de lo que la represión puede causar en una persona. Su amor no correspondido por Pepe el Romano la lleva a traicionar a Adela, lo que intensifica la tragedia.
Angustias
La hija mayor y heredera de la fortuna de su padre, es vista como una opción estratégica por Pepe el Romano. Representa el conformismo y el pragmatismo, pues acepta un matrimonio sin amor para cumplir con las expectativas sociales.
Poncia
Como ama de llaves, actúa como una voz crítica dentro de la casa. Aunque está subordinada a Bernarda, es la única que se atreve a cuestionarla y a evidenciar las tensiones que se viven en el hogar.
María Josefa
La madre de Bernarda representa el deseo de libertad que ha sido completamente reprimido por la sociedad. Su locura y palabras delirantes expresan la verdad que nadie quiere escuchar.
Las ganas que exhibe de casarse y salir a la calle contrastan con el encierro y el luto obligatorio que impone Bernarda.
Pepe el Romano
Aunque nunca aparece en escena, es un símbolo del deseo, el poder masculino y es la causa de las tensiones en la familia. Su carácter invisible refuerza la idea de que la obra no trata tanto de él como de las mujeres que lo rodean.
Legado cultural e impacto histórico
Un clásico del teatro universal
La casa de Bernarda Alba se ha convertido en una obra fundamental del teatro contemporáneo. Su universalidad radica en la exploración de temas como el autoritarismo, la opresión y la lucha por la libertad, que trascienden el contexto español.
Representaciones internacionales
La obra ha sido adaptada y representada en múltiples idiomas, consolidando a Lorca como uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. Su resonancia es especialmente notable en contextos donde las mujeres enfrentan opresión, lo que la convierte en un símbolo de resistencia.
Influencia en el arte y la cultura
Lorca influyó en generaciones posteriores de escritores y dramaturgos. Su capacidad para mezclar lo poético y lo trágico ha inspirado obras que exploran temas similares de represión y libertad.
- Cine y televisión: Existen varias adaptaciones cinematográficas, como la versión de 1987 dirigida por Mario Camus. También ha inspirado series, cortometrajes y documentales que exploran su significado.
- Música y danza: La obra ha sido adaptada a óperas, ballets y composiciones musicales, lo que resalta su versatilidad artística.
- Feminismo: La casa de Bernarda Alba es frecuentemente estudiada en el ámbito académico como un texto que denuncia la opresión de las mujeres y se ha interpretado como una obra protofeminista.
Conexión de La casa de Bernarda Alba con otras obras de Federico García Lorca
El universo de la "trilogía rural"
La casa de Bernarda Alba se considera parte de la "trilogía rural" de Lorca junto con Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934). Estas obras exploran temas como:
- La represión social y cultural: En las tres obras, los personajes están atrapados por las normas de la sociedad. En Yerma, la protagonista desea tener hijos pero no puede por la indiferencia de su esposo. En Bodas de sangre, el amor prohibido lleva a una tragedia. En La casa de Bernarda Alba, la opresión familiar culmina en el suicidio de Adela.
- El deseo frustrado: En todas las piezas, el deseo (de libertad, de amor o de maternidad) es reprimido, lo que desemboca en tragedias inevitables.
- El escenario rural y las figuras femeninas son constantes en las tres obras. Las mujeres de Lorca suelen estar al centro, como víctimas de una sociedad patriarcal y conservadora.
Ver también: