La pascualita: conoce todo lo que se esconde tras la leyenda

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 3 min.

La leyenda de la Pascualita es un relato que forma parte de la tradición oral de la ciudad de Chihuahua, México. Se trata de un maniquí, una mujer vestida de novia, que se encuentra en la vitrina de una tienda que lleva su nombre.

Debido a que es una figura sorprendentemente realista, comenzaron a circular rumores de que cobraba vida por la noche y de que tenía poderes sobrenaturales.

La pascualita

¿Cómo surgió la leyenda?

En 1930 la tienda "La popular", especializada en vestidos de novia, instaló un maniquí que impactó a la comunidad por su realismo. En particular, sus ojos y sus manos parecían los de una persona de carne y hueso.

Luego, los habitantes del pueblo notaron que la dueña del negocio, Pascuala Esparza, compartía un gran parecido con la figura.

De este modo, comenzaron a surgir rumores de que la hija de esta mujer había muerto el día de su boda por la picadura de un alacrán. Acongojada por la pérdida y en un acto de desesperación, había decidido embalsamarla y así conservar su belleza para siempre.

En un comienzo la "eterna novia" fue llamada Chonita en honor a la Virgen de la Encarnación, pues llegó un 25 de marzo a Chihuahua, día que se celebra la Anunciación del arcángel Gabriel. Más adelante, la historia se popularizó y la gente comenzó a llamarla Pascualita.

La Pascualita como símbolo de Chihuahua

Debido a la publicidad que generó la leyenda de la Pascualita, la dueña de "La popular" no afirmó ni desmintió ninguna de las historias que circulaban alrededor de ella.

Algunos decían que enamoraba a los hombres hasta arrebatarles la cordura, mientras que otros comenzaron a atribuirle milagros. El relato más popular era que la mujer que compraba el vestido que llevaba el maniquí, lograba tener un matrimonio muy feliz.

Sin embargo, muchas personas sólo iban a la tienda para poder mirarla y algunos intentaron dañarla para comprobar si realmente estaba viva.

Por ello, Pascuala Esparza contó la verdad que se recoge en el libro Nueve Leyendas de Chihuahua (2003). En el capítulo "La hija de la Pascualita", Jorge Luis González Piñón explicó que la dueña adquirió el maniquí en Ciudad de México. La figura provenía de Francia y tenía detalles increíbles como pliegues en las manos, ojos de cristal y pestañas.

La Pascualita hoy

Actualmente la tienda de novias cambió su nombre a "La pascualita". Su popularidad fue tan grande que la historia se convirtió en un fenómeno internacional, por lo que ha sido prestada para exposiciones.

Debido al paso del tiempo, el año 2018 fue restaurada y, según varias voces, quedó irreconocible.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.