Los girasoles de van Gogh: análisis y significado de las series de Arlés y París
Los girasoles es el nombre con que popularmente se conocen siete lienzos de Vincent van Gogh, los cuales conforman una serie llamada Los girasoles de Arlés, pintada entre 1888 y 1889. Estos lienzos son las obras más divulgadas del pintor postimpresionista. Además de esta serie, existe otra conocida como Los girasoles de París, pintada por Van Gogh un año antes, en 1887.
Los cuadros de Los girasoles pertenecen al género del bodegón o naturaleza muerta, dentro del cual destacan las pinturas florales. La pinturas florales eran muy comunes en la tradición artística, especialmente en Holanda, pero raramente incluían girasoles, ya que se consideraban flores toscas. Sin embargo, Van Gogh apreciaba su sencillez, alegría y aspecto silvestre.
Llama la atención que un motivo tan sencillo represente una de las obras cumbre del arte contemporáneo. ¿A qué podemos atribuir este fenómeno? ¿Cómo podemos entender el genio de Van Gogh a través de sus girasoles? ¿Cuáles son sus características y su significado?
Los girasoles de Arlés
Vincent van Gogh se refiere al proyecto de Los girasoles de Arlés como una “sinfonía azul y amarilla”. Esa es nuestra primera clave de análisis: el artista pretendía consolidar un conjunto armónico aprovechando el contraste entre tonos cálidos y fríos. La técnica elegida para todo el conjunto fue el óleo sobre lienzo.
Cada uno de los cuadros contiene formas simples y coloridas que, de acuerdo a los expertos, evocan el gusto de Van Gogh por el arte japonés. De este japonismo provenía también la técnica conocida como cloisonismo, muy utilizada por Gauguin, a quien Van Gogh admiraba tanto. El cloisionismo consiste en pintar superficies planas de color con siluetas claramente delimitadas por líneas gruesas.
El color amarillo tuvo un papel protagónico en la serie. De hecho, en algunos de los cuadros el pintor demuestra su capacidad expresiva y persuasiva usando apenas tres tonos de amarillo, lo que sin duda constituyó una genialidad en la época. Las vibrantes tonalidades amarillas usadas por el holandés fueron posibles gracias a los avances industriales en materia de pigmentación a finales del siglo XIX.
Ahora bien, ¿qué vemos en cada lienzo? Apenas girasoles dispuestos en un jarrón. Un dato curioso es que estos girasoles son de dos variedades diferentes de la flor: encontramos girasoles teddy bear u osito de peluche y girasoles big smile o girasol sonriente. Ambas son, además, variedades de girasoles enanos.
1. Jarrón con cinco girasoles
Jarrón con cinco girasoles fue el primer lienzo de la serie de Arlés. En este lienzo vemos tres girasoles erguidos en un jarrón y dos girasoles marchitos sobre la mesa. De uno de los girasoles caídos brota un discreto botón.El fondo destaca con diferentes tonos de azul que nos recuerdan al lienzo La noche estrellada. Los amarillos evocan la vibrante luminosidad del lienzo El café de Arlés.
El jarrón tiene un color verde pálido y se sostiene sobre una superficie tornasolada. Los pétalos parecen llamas del sol ardiente, mientras que el núcleo de las flores difiere entre sí. Cada flor es singular; ninguna se repite. Mientras que algunas lucen llenas de vida, otras se apagan ante nuestros ojos.
2. Jarrón con quince girasoles
En Jarrón con catorce girasoles, Van Gogh sorprende con una revolución de tonos cálidos. Una paleta de amarillos, ocres y naranjas se combinan con económicas apariciones del verde, que apenas marca la presencia de los tallos. Es una atmósfera incandescente y luminosa. Los catorce girasoles muestran diferentes etapas de floración, pues unos son frondosos y otros han perdido pétalos. Podemos distinguir la superposición de pinceladas, cuya textura no ha sido disimulada por el artista.
3. Jarrón con quince girasoles
Se trata de una versión del lienzo anterior (Jarrón con catorce girasoles) en la que introduce sutiles diferencias. La superficie que soporta el jarrón se separa claramente del fondo por una raya azul. Lo mismo ocurre en el jarrón, cuya base destaca de la superficie y, al mismo tiempo, marca su separación con la mitad superior del jarrón, donde vemos en un vivo azul la firma de Vincent.
Este era uno de los lienzos destinados a la habitación de Paul Gauguin. De acuerdo con un artículo de Alastair Sooke, las gruesas líneas azules que contornean el jarrón y la mesa podrían entenderse como un homenaje de Van Gogh al pintor. Sooke también sostiene que al ser este el primer cuadro de la serie en firmar, Van Gogh estaba consciente de haber logrado algo significativo.
4. Jarrón con quince girasoles
Esta pieza es la segunda versión que Va Gogh hizo sobre el lienzo Jarrón con catorce girasoles. El vibrante amarillo de los pétalos destaca sobre el pálido fondo. El centro de las flores se vuelve más llamativo. Una de ellas destaca en el conjunto por su centro azul celeste que introduce vibración visual. Las mitades del jarrón se separan por una línea azul y, debajo de esta, vemos la firma de Vincent. La delimitación entre la superficie y el fondo ya no es azul sino castaña.
5. Jarrón con doce girasoles
Jarrón con doce girasoles muestra un diálogo entre el amarillo y el azul turquesa, lo que marca su diferencia con el lienzo anterior. Vemos, de hecho, pinceladas de blanco aplicadas directamente sobre el lienzo en el fondo turquesa. En general, destaca la textura creada por las gruesas pinceladas. Los límites están claramente contorneados con líneas de tonos tierra.
En la docena de flores predominan los tonos ocres y el centro de algunos girasoles combinan colores tierra intensos con pequeñas partículas amarillas que brindan luminosidad. En esta oportunidad, el jarrón ha ganado nueva vida. Ya no es opaco y plano, sino que es brillante y con volumen algo más definido que en los anteriores.
6. Jarrón con doce girasoles
En esta versión de Jarrón con doce girasoles, Van Gogh entrega una paleta novedosa, enriquecida con diferentes tonalidades. Entre el amarillo y el azul pálido destacan los colores tierra, el ocre y el naranja vibrante. Contrasta estos colores con la una mitad interior del jarrón, de un opaco tono violáceo. Esta contrasta con la luminosidad de la mitad superior, encendida en luz. El fondo, al igual que el cuadro anterior, es turquesa, lo que permite que el amarillo de las flores destaque.
7. Tres girasoles en un jarrón
El lienzo Jarrón con tres girasoles Van Gogh explora más la gama de los verdes. Las flores, siempre en un luminoso y radiante amarillo, estallan contra un fondo verde agua. Son sostenidas por un jarrón que combina diversas tonalidades de verde y que logra, mediante aplicaciones de blanco, ganar brillo y algo de volumen.
Notamos un cambio importante en la superficie. Aunque casi todos los cuadros de la serie muestran el trazo del pincel, aquí el efecto es menos homogéneo. El contraste entre brochazos de diferentes tonalidades es más abierto, como es más abierta la separación entre ellos. Negros, amarillos, castaños, ocres, verdes y blancos se superponen de manera clara y se distinguen uno del otro. Nada parece estable. La escena vibra en su conjunto. Van Gogh ha construido un lenguaje único y personal.
Ver también: La noche estrellada de Vincent van Gogh
El motivo de los girasoles estuvo presente en la obra de Vincent van Gogh antes de desarrollar la serie de Arlés (Provenza). Los girasoles formaban parte de los elementos que decoraban algunas de sus escenas, hasta que poco a poco fueron convirtiéndose en un tema. Pero sobre todo, antes de la serie de Arlés, Van Gogh pintó otros lienzos de girasoles, menos divulgados, conocidos actualmente como Los girasoles de París.
Los girasoles de París
Hacia 1887, Van Gogh se encontraba en París. La influencia del impresionismo lo animó a indagar en su propio lenguaje, así que tomó a los girasoles como excusa para explorar un nuevo uso del color.
De este modo nació la primera serie de sus cuadros de girasoles, que hoy conocemos como Los girasoles de París, antecedente inmediato de los famosos Girasoles de Arlés (Provenza).
Este grupo de bodegones se caracteriza por la representación de girasoles cortados y marchitos, convertidos en semillas. Los girasoles ocupan todo el espacio pictórico y están representados de tal manera que se aproximan a su tamaño natural.
1. Cuatro girasoles cortados
En el lienzo 1, Van Gogh representa cuatro girasoles cortados y mustios. Impresiona el modo en que usa la coloración a través de la superposición de tonalidades en el lienzo y el uso de patrones de líneas arremolinadas en el centro de las flores.
El fondo es complejo: por la línea superior del lienzo, es oscuro. Hacia los laterales adquiere más luz y calidez, mientras que en el centro parece flotar sobre el azul.
2. Girasoles convertidos en semillas
Dos girasoles cortados destaca por el uso de brochazos gruesos para construir textura y luminosidad. Dominan los tonos tierra, verde y amarillo. El lienzo contraste con el anterior a causa de su pequeño tamaño.
3. Dos girasoles cortados marchitos
Este lienzo representa dos girasoles en los cuales destacan de manera particular los patrones casi matemáticos de sus centros florales, es decir, de sus semillas. Domina una paleta de tonos amarillos que contrastan con tonos oscuros para las líneas, así como pinceladas verdes y naranjas.
4. Dos girasoles cortados
En esta versión de los girasoles cortados, destaca la aparición del fondo azul sobre el cual se enmarcan las flores. De este modo, rompe con los tonos terrosos de los dos lienzos anteriores. Resultan particularmente llamativos los gruesos empastes de pintura en las pinceladas. Parece ser el anuncio de la “sinfonía azul y amarilla” que será la serie de Arlés un año más tarde.
Significado de Los girasoles de Van Gogh
Si bien Los girasoles de París fueron los primeros en ser creados, estos lienzos tenían un propósito más experimental y plástico que expresivo. Es realmente en Los girasoles de Arlés que Vincent van Gogh llega a hacerse dueño de los girasoles.
En Los girasoles de Arlés, el amarillo expresa alegría y celebra la vida tocada por la luz divina. Recordemos que la flor de girasol recibe ese nombre porque se orienta en dirección al sol. Por este hecho, sumado a su forma y color, los girasoles son símbolos solares para Van Gogh. ¿Pero qué significa esto? Van Gogh asoció el color amarillo al sol y a la vida, y asoció también el sol a Cristo, a quien consideraba luz del mundo.
Recordemos también que cuando Van Gogh concibió la serie de Arlés, estaba entusiasmado por la visita de Paul Gauguin, quien se sumaría al proyecto de la Casa Amarilla. De este modo, el entusiasta corazón del holandés vibraba de agradecimiento en Los girasoles de Arlés, dos de los cuales estaban destinados la habitación de Gauguin.
El misterio de la vida y el tiempo
Debemos destacar otro aspecto. En cada uno de los lienzos de Los girasoles de Arlés, vemos diferentes estados de floración de los girasoles: girasoles en botón, girasoles maduros y girasoles mustios o marchitos.
Tal como sugiere el crítico inglés, Alastair Sooke, podríamos interpretar la obra como la expresión del paso del tiempo y las edades, símbolo de la vida y los caprichos del tiempo. Después de todo, esta es una de las significaciones atribuidas al género del bodegón.
La belleza escondida
Vincent van Gogh quería ser conocido expresamente como el pintor de girasoles y, de hecho, declaraba a su hermano “los girasoles son míos”. Pero ¿por qué? Al principio de su carrera, el pintor incursionó en la pintura floral, que era un género bastante desarrollado en Holanda. Ciertamente, estas obras vendían bien y Van Gogh quería incorporarse en el mercado artístico.
Comenzó pintando algunos cuadros florales apegados a la tradición, pero muy pronto se halló experimentando con colores y técnicas, pero también con el motivo: los girasoles. Casi nadie pintaba girasoles. Los artistas los consideraban toscos. Sin embargo, Van Gogh era capaz de ver la belleza escondida en ellos.
Quizá, podemos ver a Van Gogh como uno de esos girasoles únicos y particulares, verlo en todas sus etapas personales: Van Gogh naciendo y vibrando en su plenitud, Van Gogh buscando la luz divina, Van Gogh mostrando su belleza escondida, Van Gogh sin raíces deshojándose en un jarrón. Quizá por eso, para Paul Gauguin, Los girasoles eran “completamente Vincent”.
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Historia de Los girasoles de van Gogh
La serie Los girasoles de Arlés fue concebida como un proyecto de doce lienzos destinados a decorar la Casa Amarilla de Arlés, donde vivía Van Gogh. El artista quería convertir la casa en la residencia de un movimiento de pintores. Su primer (y único) residente fue su amigo Paul Gauguin, de modo que dos de esos lienzos estaban destinados a su habitación. En una carta dirigida a su hermano Theo, mercader de arte, Van Gogh declara:
En la esperanza de vivir en un taller nuestro con [Gauguin], quisiera hacer una decoración para el taller. Nada más que grandes girasoles... En fin, si ejecuto este plan, alcanzaré una docena de cuadros. El conjunto será una sinfonía en azul y amarillo, pues, trabajo todas estas mañanas, desde que se levanta el sol, porque las flores se marchitan en seguida y se trata de hacer el conjunto de un trazo... (Carta del 15 de agosto de 1888)
Vincent van Gogh estaba muy emocionado por la visita de Gauguin y por la idea de convertir la Casa Amarilla en una residencia artística. Gauguin valoraba mucho Los girasoles, y los percibía como “completamente Vincent”. De hecho, quería adquirir algunos de los lienzos, pero Vincent tenía algunas reticencias.
Durante su visita en la Casa Amarilla, la amistad entre ambos no tardó en agriarse. Gauguin realizó un retrato del artista holandés llamado Van Gogh pintando girasoles. Vincent se sintió vulnerado y, a partir de entonces, comenzaron los conflictos. Gauguin decidió marcharse de la Casa Amarilla, pero aún así, la hostilidad de Vincent no cesó, llegando al punto de automutilarse una oreja.
Los lienzos perdidos de Los girasoles de Arlés
En la actualidad, dos de los lienzos de la serie Los girasoles de Arlés no están al alcance del público. Un de ellos fue destruido y el otro fue adquirido por un coleccionista privado. Por su parte, dos de los lienzos que aún se conservan estuvieron a punto de desaparecer en la primera mitad del siglo XX. Descubramos qué pasó en cada caso mencionado.
Jarrón con cinco girasoles. Calcinado. El primer lienzo de la serie de Arlés, llamado Jarrón con cinco girasoles, fue adquirido por el coleccionista japonés Koyata Yamamoto, cuya amistad con el escritor y artista Saneatsu Mushanokoji despertó su interés por Van Gogh. Tras la compra, la pintura llegó a Japón en el barco a vapor Binna, en 1920, y fue exhibida exitosamente durante el 1921.
Como su marco era muy pesado, la obra cayó de la pared en la exhibición. Yamamoto decidió no volverla a exhibir e intentó preservar el lienzo en una bóveda de seguridad en un banco. Su petición fue rechazada, ya que el banco no quiso hacerse responsable por los daños que la humedad pudiese ocasionar. El coleccionista tuvo que mantener la obra en su casa. Lamentablemente, el lienzo se calcinó durante los bombardeos sobre la ciudad de Ashiya en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial.
Jarrón con catorce girasoles. Colección de la Galería Nacional de Londres. Este lienzo estuvo en riesgo de desaparecer tras la declaración de guerra en 1939, pues la pieza se encontraba bajo la custodia de la Tate Gallery de Pimlico (Tate Britain), en Londres. Afortunadamente, se trasladó al castillo de Muncaster, al noroeste de Inglaterra. Fue retirada temporalmente del recinto para restaurarla, trabajo ejecutado por el alemán exiliado, Helmut Ruhmann. Desde la finalización de la guerra, en 1945, se incluyó en la colección de la Galería Nacional de Londres.
Doce girasoles en un jarrón. Colección de la Neue Pinakothek. Hitler consideraba que el arte de Van Gogh (y el arte contemporáneo en general) era degenerado, lo que casi provoca la desaparición de esta pieza. El director de la Neue Pinakothek logró esconder la obra en el depósito, y evacuarla durante la guerra al castillo de Neuschwanstein. Cuando los nazis vieron la guerra perdida, quisieron destruir el castillo para evitar que cayera en manos de los aliados, pero los subalternos se negaron. Al finalizar la guerra, la pieza volvió a la Neue Pinakothek.
Jarrón con tres girasoles. Colección privada. Durante la primera mitad del siglo XX, la pieza Jarrón con tres girasoles fue adquirida por un coleccionista privado de Estados Unidos. La obra se exhibió por última vez en el año 1948. Desde entonces, no se ha vuelto a ver de manera pública. Se desconoce su paradero actual.
Referencias
Alastair Sooke: Van Gogh’s Sunflowers: The unknown history, BBC, 21st January 2014. On-line. Consultado el 03 de mayo de 2021.
Charles, Victoria: Vincent Van Gogh: el pintor de girasoles, 2019, Parkstone International, Colección Grandes Maestros.
Montes de Oca, Alejandro: El atravesamiento de la imagen en la mirada de van Gogh, Tramas 23 • UAM-X • MÉXICO • 2004 • PP. 55-77.
Van Gogh Museum: 5 things you need to know about Van Gogh's 'Sunflowers'. On-line. Consultado en 29 de abril de 2021.
Van Gogh, Vincent: Cartas a Theo, 1998, Barcelona: Idea Books, S.A. Traducción de: Francisco de Oraa.
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