Mitos cosmogónicos: 7 historias que explican el comienzo del universo
Los mitos cosmogónicos son relatos tradicionales que explican el origen del universo, la Tierra y la humanidad según diferentes culturas.
Son narraciones sagradas que intentan dar sentido a la existencia, describiendo cómo surgió el cosmos a partir del caos, el vacío o alguna entidad primordial.
Estas historias forman parte de las cosmovisiones de los pueblos y están vinculados a sus creencias religiosas, filosóficas y sociales. Se transmiten de generación en generación, conservando la identidad y la memoria colectiva de cada cultura.
1. Mito romano de la creación del mundo
Al principio, el universo era un caos informe, una masa desordenada donde los elementos estaban mezclados en conflicto. No existía el cielo, el mar ni la tierra diferenciados y todo era inestable.
Un dios, o la propia naturaleza, puso orden, separando los elementos. Así, el fuego ascendió al cielo, el aire quedó en medio, la tierra se compactó por su peso y el agua la rodeó. Luego, el creador moldeó la tierra en forma de globo, estableció mares, ríos, montañas y bosques y dividió el mundo en zonas climáticas.
Para equilibrar la creación, dispuso los vientos en distintas regiones y colocó el éter puro sobre todo. Una vez ordenado el cosmos, los astros brillaron y cada elemento recibió sus seres vivos: los cielos, los dioses y las estrellas; el mar, los peces; la tierra, los animales y el aire, las aves.
Finalmente, se creó al hombre, un ser superior, ya sea a partir de un soplo divino o de la tierra mezclada con agua celestial. A diferencia de los animales, el hombre fue dotado de inteligencia y se le concedió la capacidad de mirar al cielo, marcando así su destino distinto y elevado.
Este relato se encuentra en La metamorfosis (8 d. C.) de Ovidio. El mito sintetiza elementos de la tradición griega y los adapta con una visión poética y ordenada del cosmos.
El relato se cruza con otras cosmogonías en la idea del caos primigenio, la imposición de orden por una divinidad y la creación del hombre con un destino especial.
Sin embargo, esta versión enfatiza la armonía y la estructuración del mundo como un acto deliberado de ordenamiento, lo que refleja la visión pragmática y jerárquica de la cultura romana.
2. Creación del mundo y del hombre en la tradición maya
Antes de la existencia de todo, en una noche infinita, se reunieron los creadores, Hurakán, Corazón del Cielo, y Kukulkán, la Serpiente Emplumada. Luego de conversar largo rato, decidieron crear el mundo, que surgió a través de la Palabra. Dijeron "tierra" y se hizo la tierra, dijeron "montaña" y desde las aguas brotaron los montes, y lo mismo sucedió con los árboles y los ríos.
Kukulkán sintió que tenían que animar los espacios con seres que se movieran. Por ello, crearon a los animales: venados, jaguares, pumas, búhos, quetzales y serpientes. Les asignaron dónde vivir y les pidieron hablar, pero no eran capaces, sólo emitían rugidos, graznidos y aullidos.
Así, surgió la idea del ser humano. Tomaron tierra y los moldearon con dos piernas, dos brazos y un rostro alargado. Sin embargo, se derritieron y no alcanzaron a proferir ninguna palabra. Entonces, procedieron a realizar seres de madera que pudieron moverse y hablar. No obstante, eran criaturas vacías y de corazón ingrato que no agradecieron haber sido creados.
Hurakán y Kukulkán se enojaron. Enviaron fuertes vientos y tormentas que arrasaron con todo. Los pocos que lograron sobrevivir, se convirtieron en monos que olvidaron haber sido humanos. Después, los dioses se retiraron, hasta que un tiempo después llegaron un coyote, un zorro, un loro y un cuervo para mostrarles granos amarillos que habían surgido en la tierra. De esta manera, supieron que el maíz sería la carne de la nueva humanidad que podría iluminar el mundo con su lenguaje.
Narrado en el Popol Vuh, este mito presenta una serie de elementos simbólicos que lo conectan con otras cosmogonías. No obstante, posee una identidad propia basada en la importancia del lenguaje y la relación con la naturaleza.
Aquí también se explica el origen del hombre. Lo interesante es que los humanos surgieron a base de prueba y error, hasta que los dioses descubrieron el mejor elemento para darle forma a su invención.
El punto central es que la verdadera humanidad sólo es posible cuando se encuentra el equilibrio entre lo divino y lo terrestre, simbolizado en el maíz, el alimento sagrado.
Este relato refleja una visión del mundo donde los dioses, los humanos y la naturaleza están intrínsecamente conectados en un ciclo de creación, destrucción y renovación.
Explora Leyendas mayas cortas que te encantarán
3. Mito de creación del mundo en la cosmovisión guaraní
Al principio solo existía Ñamandú, el Gran Espíritu creador, quien flotaba en el vacío acompañado de la sabiduría, el amor y la palabra. Desde su propio ser, generó la luz primordial y creó su morada en el cielo. Para sostenerse, hizo cuatro columnas sagradas en los puntos cardinales, con las cuales dio estabilidad al universo.
Luego creó el mundo y a los primeros dioses auxiliares: Karai(fuego),Jakairá(aire),Tupã(trueno) y ÑamandúTatá (luz del sol), quienes ayudarían a mantener el equilibrio. Después, formó la Tierra y el agua, estableciendo ríos, montañas y bosques.
Para dar vida al mundo, Ñamandú creó a los primeros humanos, los Abá, a quienes les otorgó alma y lenguaje, asegurando que tuvieran una conexión espiritual con la divinidad. Sin embargo, el equilibrio fue perturbado por la maldad y la desobediencia de ciertos seres, lo que llevó a la primera gran catástrofe.
Como castigo, Tupã envió lluvias y tormentas para purificar la Tierra, en un diluvio que destruyó gran parte de la humanidad. No obstante, algunos sobrevivieron y fueron los ancestros de los guaraníes, quienes recibieron el mandato de buscar la "Tierra sin Mal", un lugar de armonía eterna.
Los guaraníes son un pueblo indígena originario de América del Sur que se extendió desde el Amazonas hasta el Río de la Plata. Hoy en día viven principalmente en Paraguay.
Su mito de la creación presenta una cosmovisión donde la palabra, la naturaleza y la moralidad están profundamente entrelazadas.
Se destaca la importancia del equilibrio, la conexión con los elementos y la constante búsqueda de la "Tierra sin Mal" como un ideal de vida en armonía.
Aunque comparte estructuras con otros mitos cosmogónicos, su énfasis en la relación entre el hombre y la naturaleza lo diferencia, reflejando la espiritualidad de los guaraníes.
4. Mito de la creación del mundo (Japón)
En el principio, el universo era un caos sin forma, una masa informe similar a un océano de niebla. De este caos surgieron los primeros dioses primordiales, quienes poco a poco dieron estructura al cosmos. Sin embargo, eran entidades etéreas y no intervinieron activamente en la creación del mundo.
Con el tiempo, nacieron dos deidades fundamentales: Izanagi eIzanami, encargados de dar forma a la Tierra. Recibieron de los dioses superiores una lanza sagrada adornada con joyas, llamada Ame no Nuboko, con la que removieron las aguas caóticas. Al retirar la lanza, las gotas que cayeron formaron la primera isla: Onogoro.
Izanagi e Izanami descendieron a esta isla y se unieron en matrimonio para continuar con la creación del mundo. De su unión nacieron las islas del archipiélago japonés y posteriormente otras deidades, incluyendo a los dioses del viento, los mares, las montañas y el fuego.
El nacimiento del dios del fuego, Kagutsuchi, fue trágico. Sus llamas hirieron gravemente a Izanami, quien murió y descendió al Yomi, el inframundo.
Devastado, Izanagi intentó rescatarla, pero al verla convertida en un ser putrefacto, huyó horrorizado y selló la entrada al mundo de los muertos con una roca gigante.
Para purificarse tras su visita al Yomi, Izanagi se sumergió en un río y así nacieron las deidades más importantes del panteón sintoísta:
- Amaterasu, diosa del sol.
- Tsukuyomi, dios de la luna.
- Susanoo, dios de las tormentas y el mar.
Amaterasu se convirtió en la gobernante del cielo y su linaje divino daría origen a los emperadores de Japón.
El mito de la creación japonés es una historia que combina tragedia y purificación. Se diferencia de otras mitologías al poner énfasis en el concepto de la pureza y la relación entre los dioses y el linaje imperial.
Aunque comparte motivos universales como el caos primordial, la formación del mundo desde un océano primigenio y el descenso al inframundo, su estructura y simbolismo están profundamente ligados a la visión sintoísta del mundo. Así, la armonía, el respeto por la naturaleza y la conexión con lo divino resultan fundamentales.
Descubre Leyendas japonesas que te sorprenderán
5. Creación del mundo según los Vikingos
En la mitología nórdica el mundo surge del caos primordial representado por el Ginnungagap, un vasto abismo que existía antes de la creación. A un lado del abismo estaba Muspelheim, el reino del fuego, y al otro Niflheim, el reino del hielo.
Cuando los hielos de Niflheim entraron en contacto con las llamas de Muspelheim se derritieron y de las gotas surgió Ymir, el primer ser, un gigantesco y poderoso jotun (gigante de escarcha). De su sudor nacieron otros gigantes.
Poco después del hielo también emergió Audhumbla, una vaca gigante que con su leche alimentó a Ymir. Audhumbla lamió la escarcha salada hasta revelar a Buri, el primer dios, quien tuvo un hijo llamado Bor, padre de los dioses Odín, Vili y Vé.
Los dioses, al ver el caos en el que vivían, decidieron acabar con Ymir. Al matarlo, su sangre ahogó a casi todos los gigantes de escarcha, excepto unos pocos que lograron huir. Con su cuerpo, crearon el mundo:
- Su carne formó la tierra.
- Su sangre se convirtió en los mares y los ríos.
- Sus huesos dieron origen a las montañas.
- Su cráneo formó el cielo, sostenido por cuatro enanos llamados Nordri, Sudri, Austri y Vestri. (norte, sur, este y oeste).
- Su cerebro fue arrojado al aire y se convirtió en las nubes.
- Sus cejas se usaron para crear Midgard, el mundo de los humanos.
Luego, los dioses tomaron chispas de Muspelheim y las dispusieron en el cielo, creando el sol, la luna y las estrellas.
Para poblar Midgard, Odín y sus hermanos encontraron dos troncos y les dieron vida: Ask y Embla, los primeros humanos. Finalmente, establecieron Asgard, el reino de los dioses, conectándolo con Midgard a través del Bifröst, el puente arcoíris.
El mito nórdico de la creación presenta una visión donde el caos, el sacrificio y la inevitabilidad del destinoson fundamentales.
Comparte con muchas otras culturas la idea de que la creación surge del desorden, de un ser primordial sacrificado y de la interacción entre fuerzas opuestas. Esta narrativa resalta la visión vikinga del mundo como un lugar de lucha constante, donde incluso los dioses están sujetos al destino.
6. Creación del mundo (Egipto)
En la mitología egipcia, la creación del mundo varía según las distintas ciudades y sus deidades principales. Sin embargo, la versión más extendida proviene de la cosmogonía heliopolitana, centrada en el dios Atum.
Al principio, existía solo el Nun, un océano primordial infinito, oscuro y caótico. De este océano emergió Atum, el dios creador, quien se generó a sí mismo. Al estar solo, escupió y de su fluido nacieron Shu (el aire) y Tefnut (la humedad).
Estos dos dioses engendraron a Geb (la tierra) y Nut (el cielo), quienes al principio estaban entrelazados. Sin embargo, Shu los separó, levantando a Nut sobre él y dejando a Geb abajo, estableciendo así el cielo y la tierra.
De la unión de Geb y Nut nacieron cuatro hijos:
- Osiris: dios de la fertilidad y el más justo.
- Isis: diosa de la magia y la maternidad.
- Seth: dios del caos y la destrucción.
- Neftis: diosa de la protección y lo oculto.
Así quedó establecido el orden cósmico, donde cada dios desempeñaba su papel en el mantenimiento del equilibrio universal.
El mito egipcio de la creación es un relato de orden y equilibrio, en el que el universo surge del caos acuático y se organiza mediante la acción de un dios creador.
Su estructura es similar a otras cosmogonías, especialmente en la separación de cielo y tierra, el nacimiento de deidades a partir de un ser primordial y el establecimiento del orden frente al caos.
La fuerte influencia de la naturaleza egipcia (el Nilo, las estaciones, el desierto) hace que esta narración refleje la importancia de la renovación cíclica. Asimismo, presenta la lucha constante entre el orden y la destrucción.
Revisa Los dioses egipcios más populares que debes conocer
7. Creación del mundo en la cosmovisión hindú
La cosmogonía hindú presenta múltiples relatos sobre la creación del mundo, pero uno de los más importantes es el del huevo cósmico y Brahma.
Al inicio de los tiempos, sólo existía un océano primordial y un vacío infinito. En este vacío flotaba Hiranyagarbha (el huevo de oro) que contenía el germen del universo. Allí, tras un largo periodo, surgió Brahma, el dios creador. Cuando rompió el huevo, su mitad superior se convirtió en el cielo y la inferior en la tierra.
Luego creó a los dioses, los asuras (seres demoníacos) y los elementos del universo: el sol, la luna, los océanos, los ríos, las montañas y los seres vivos. De su mente nacieron los primeros humanos y de su cuerpo surgieron las castas sociales:
- De su boca, los brahmanes (sacerdotes).
- De sus brazos, los kshatriyas (guerreros).
- De sus muslos, los vaishyas (comerciantes).
- De sus pies, los shudras (sirvientes).
Otra versión del mito es la del sacrificio de Púrusha, donde el gigante cósmico es desmembrado por los dioses y a partir de su cuerpo se crean el cielo, la tierra, los ríos y los hombres.
También existe la tradición de la tríada (Trimurti), donde:
- Brahma crea el mundo.
- Vishnu lo preserva.
- Shiva lo destruye para dar paso a una nueva creación.
Este ciclo de creación, preservación y destrucción es infinito, lo que refuerza la idea del tiempo cíclico en la filosofía hindú.
El mito de la creación hindú se distingue por su visión cíclica del tiempo, donde el universo es creado, destruido y recreado en un eterno proceso de transformación.
Su estructura tiene similitudes con muchas otras mitologías, especialmente en la presencia del huevo cósmico, el océano primordial y el sacrificio de un ser primigenio.
Sin embargo, su énfasis en los ciclos cósmicos y la importancia de la Trimurti lo hacen único y profundamente ligado a la filosofía del karma y la reencarnación
Características
En general, los mitos cosmogónicos comparten una serie de características en común, sin importar la diferencia de tiempo o espacio entre las culturas.
Explican el origen del mundo
- Relatan cómo el universo, la naturaleza y los seres humanos fueron creados.
- Presentan el orden del caos, estableciendo estructuras cósmicas (cielo, tierra, océanos).
Presencia de elementos primordiales
-
Los mitos comienzan con la idea de un vacío, caos, oceáno o huevo.
Intervención de seres divinos o sobrenaturales
- Dioses creadores, demiurgos o fuerzas primordiales dan forma al universo.
- En algunos relatos, los dioses emergen del caos y crean el mundo.
Uso de la palabra
- La creación puede darse a través del verbo divino o puede ocurrir mediante un acto divino, como el sacrificio de un ser primordial.
Creación del ser humano
-
En muchos mitos, la humanidad es creada como un acto especial de los dioses. El material de creación varía, pueden ser partes de un dios o ser primordial, así como elementos como madera, maíz o barro
Relación con la estructura del cosmos
- Explican la separación entre cielo, tierra e inframundo.
- Introducen conceptos como los cuatro elementos (agua, tierra, fuego y aire) o la jerarquía de los seres vivos.
Bibliografía:
- García Esperón, Amanda. (2020). Diccionario de Mitos de América. Ediciones El Naranjo.
- Ferrada, María José (ed). (2018). Cuentos japoneses. Montacerdos.
- Mitopedia. Una enciclopedia de seres míticos y sus mágicas historias. (2020). Edición de Leah Willey y Katherine Pitt. Blume.
- Ovidio. (2012). La metamorfosis. Gredos.
- Ramírez, Castañeda, Elisa. (2021). Mitos y cuentos indígenas de México. Fondo de Cultura Económica.
Ver también: