Película 2001: Odisea en el espacio de Stanley Kubrick
2001: Odisea del espacio (1968) es una película la ciencia ficción dirigida por Stanley Kubrick.
Está inspirada en El centinela, cuento del escritor y también guionista de la cinta Arthur C. Clarke.
La película supone un "viaje" a través de diferentes periodos de la historia de la humanidad, desde su origen más primitivo hasta la proliferación de la inteligencia artificial.
En su momento, 2001: Odisea del espacio rompió todos los esquemas del género y se convirtió en un fenómeno cultural.
Sin embargo, esta fascinante película sigue generando opiniones enfrentadas; mientras que para unos es una de las cumbres de la historia del cine, otros la consideran una obra lenta y sobrevalorada. Acompáñanos en las siguientes líneas para descubrir por qué.
Resumen de la película
La película se puede dividir en cuatro partes:
- el amanecer del hombre,
- el viaje lunar,
- misión a júpiter y
- más allá del infinito.
¡Atención, a partir de ahora puede haber spoilers!
1. El amanecer del hombre
En los albores del homínido, todas las especies cohabitaban de forma pacífica. Después aparece otro grupo de homínidos que caminan de forma erguida y empiezan a comunicarse con el fin de ahuyentarlos.
Un día, al despertar, unos simios descubren un monolito negro y rectangular. Al tocarlo les lleva a un estado de inteligencia superior frente a otras especies.
Poco a poco los simios descubren cómo utilizar un hueso como arma de ataque y de control. Uno de los de los primates lanza un hueso al aire, como símbolo de victoria y conquista.
2. El viaje lunar
El hueso lanzado por el primate provoca una elipsis de más de cuatro millones de años y da paso a una nave que viaja por el espacio en 1999.
Dentro de la nave viaja el científico Heywood Floyd, que se ha quedado dormido mientras veía una película.
Después la nave se incrusta en un satélite circular. Dentro hay una estación espacial llamada Orbiter Hilton, que tienen gravedad artificial. Donde pasa un control y permanece durante unas horas antes de realizar su viaje a la luna. Allí mantiene una conversación con unos científicos soviéticos y con su hija a través de videoconferencia desde la Tierra.
Tras esta parada, Heywood continúa su viaje espacial hacia la luna con la misión de descubrir el misterio que hay detrás de un monolito negro que se encuentra allí. Las imágenes se intercalan al son del tema musical El Danubio azul.
Cuando aterrizan, Floyd se acerca al monolito y lo toca, como hicieron los homínidos en el pasado. Al amanecer y recibir la luz del sol, el monolito emite una ensordecedora señal acústica.
3. Misión a Júpiter
En el año 2001 una nave espacial con forma de esqueleto y de nombre Discovery 1 se dirige hacia Júpiter. Un total de cinco tripulantes están al mando de esta misión, entre ellos David Bowman y Frank Poole.
La nave está dotada de la mejor tecnología, una computadora de última generación, la HAL 9000, que posee ojos y oídos, lo que le permite la comunicación con los humanos.
El objetivo de la tripulación es llegar a Júpiter. Pero, poco antes de alcanzar su meta el ordenador le pregunta a David si no tiene dudas sobre la misión.
Después HAL 9000 avisa sobre un fallo en el sistema que impide la comunicación con la Tierra. Así, David sale de la nave para intentar reparar el error.
Dos tripulantes, Frank y Bowman planean desconectar la computadora, pero ésta les lee los labios y se entera de todo. Como venganza HAL 9000 provoca la muerte de algunos tripulantes.
Finalmente, David consigue desconectar a HAL y escucha una grabación del Dr. Floyd en la que le indica cuál es su verdadera misión: investigar la señal recibida por el monolito TMA-1 en 1999 desde Júpiter.
4. Júpiter y más allá del infinito
Cuando la nave está llegando a Júpiter aparece un monolito negro flotando en el espacio. David Bowman sale de la nave para investigarlo.
El monolito es como una puerta y a través de ella, el protagonista experimenta con sus ojos un viaje, un espectáculo visual, entre nebulosas y estrellas brillantes.
Después de esto todo vuelve a la normalidad y David aparece en una habitación blanca, en la que destaca el suelo a cuadros y unos sillones verdes.
Entretanto, recorre el lugar para investigarlo y llega a un baño, donde un espejo le revela su aspecto físico arrugado.
Finalmente, tira de forma accidental una copa de vino al suelo. Después aparece con aspecto envejecido en una cama y emerge un monolito. Bowman lo señala con el dedo y, de repente, se convierte en un feto que flota por el universo.
Análisis de la película
Como bien indica el título 2001: Odisea del espacio, la película es un viaje iniciático, pero no cualquiera, sino que se trata del periplo más impresionante de la historia del cine.
A lo largo de la historia han surgido innumerables cuestiones relacionadas con la humanidad y el sentido de la vida. Con el origen del hombre, su evolución, la relación con su entorno y con la tecnología.
Y, en torno a ellas, incalculables respuestas que acechan y ponen en tela de juicio teorías que se daban por supuestas.
Esta película no pretende ofrecer verdades absolutas sobre la evolución del hombre sino, más bien, quiere hacernos reflexionar y arrebatarnos de ese estado de quietud que nos hace “dar todo por supuesto”.
Del origen del hombre a la inteligencia artificial
Está claro que Kubrick quería hacer algo diferente con esta película y estableció un juego con el espectador. Un compromiso de visionado con todos los sentidos activos durante todo el grueso del filme. Pero, sobre todo, pretendía que el público reflexionara y sacara sus propias conclusiones.
Así, de esta cinta se pueden extraer diferentes interpretaciones relacionadas con la evolución del hombre, la revolución tecnológica y de la inteligencia artificial.
¿Qué significa el monolito negro?
¿Cuál es la causa de la evolución del ser humano desde el primate? ¿Existe una inteligencia superior que ha hecho evolucionar a la especie?
A lo largo de la película, aparece en diferentes ocasiones un ente abstracto y misterioso, un objeto rectangular de color negro, que provoca que el ser humano pase de ser un primate a un depredador controlador y superior al resto de especies con las que habita.
Existen muchas teorías relacionadas con la presencia de este monolito pero, lo único que se sabe con certeza es que, cada vez que aparece en escena, condiciona el transcurso de los acontecimientos y, por ende, el desarrollo de la humanidad.
Con este elemento se ponen en tela de juicio las teorías darwinistas y creacionistas sobre la especie. ¿Será que Kubrick quiso lanzar un mensaje crítico hacia estas hipótesis?
El sentimentalismo de la inteligencia artificial
HAL 9000 es un "superordenador" ficticio pero, más que eso, es un personaje.
En 1968 los ordenadores eran todo un misterio para el hombre. Entonces, la ficción podía imaginar un aparato con un pensamiento similar al del ser humano.
En aquella época dotar a las máquinas de sentimientos era algo futurista y, cuando menos, ficticio. Sin embargo, en la actualidad, el hombre aún insististe en su propósito de crear máquinas dotadas de emociones.
En un presente en el que impera la continua deshumanización del hombre deseamos humanizar a las máquinas. Pero, ¿existen las emociones y sentimientos artificiales?
Si en la película somos capaces de empatizar con la computadora HAL 9000, ¿empatizaremos algún día con “robots emocionales”?
Ruptura de la estructura narrativa tradicional
La estructura narrativa de la película rompe con la convención establecida anteriormente. Es precisamente, la no narrativa tradicional lo que hace original a esta película.
2001: Odisea del espacio es un ejemplo de ruptura de las reglas cinematográficas del cine hollywoodiense. Y es que, la cinta no pasa por los tres actos tradicionales: planteamiento, nudo y desenlace.
Tampoco sigue una historia que gira entorno a un personaje protagonista que trata de solventar sus problemas y tiene que enfrentarse a su antagonista, ni existe una relación clara entre causas y efectos.
Esta ambigüedad y la escasez de diálogos hacen que el espectador quede atento a cada una de las imágenes y extraiga sus propias interpretaciones.
La revolución de los efectos especiales
Sentí que era necesario hacer esta película de tal manera que cada escena de efectos especiales fuera completamente convincente, algo que nunca antes se había logrado en una película.
Con estas palabras Kubrick demostró que cuidó hasta el mínimo detalle de este filme.
Las películas de ciencia ficción filmadas hasta esa fecha quizá pecaban por la falta de un elemento fundamental en este género: la verosimilitud.
Y es que, hasta entonces, las cintas relativas a los mundos de fantasía presentaban unos efectos visuales “futuristas” pero nada verosímiles.
2001: Odisea del espacio fue producto de un trabajo meticuloso del director que se preocupó, durante los cinco años de rodaje, en convertir en creíble cada una de las imágenes que componen el filme. No solo en el año de su estreno, sino más de cincuenta años después, las naves espaciales de 2001 aún pueden resultar convincentes.
Así, de este largometraje no se puede dejar de mencionar set de rodaje memorables como, por ejemplo, el de la nave Discovery. Tampoco se pueden dejar a un lado sus efectos especiales.
Gracias a una centrifugadora real de doce metros de diámetro, Kubrick consiguió hacer efectos como este en el que simula que uno los astronautas hace "footing" y, en su recorrido, da un giro de 360 grados.
Esta otra secuencia notable en la que se alinean la luna, la Tierra y el sol a ritmo de la composición de Richard Strauss Así hablo Zarathustra.
Banda sonora de estilo clásico
Lejos de la preferencia por las composiciones musicales ex profeso para el filme, Kubrick decidió utilizar música preexistente. Así, contó con las obras de autores como György Ligenti, Richard Strauss o Khatchaturian.
La película tiene un carácter visual predominante, lo que hace que la función de piezas musicales compuestas durante los siglos XIX y XX juegue un papel privativo pues, no solo enriquecen la cinta sino que ayudan a liberar la imaginación para asimilar ese viaje emocional de 140 minutos de duración.
A modo de introducción y sobre un fotograma en negro, la película arranca con Atmospheres de György Ligenti, una pieza musical que va aumentando su intensidad y que despierta un ambiente de inquietud.
Después aparece Así habló Zaratustra de Richard Strauss que viene a presentar la alineación entre la luna, el sol y la Tierra.
Este tema aparece en más ocasiones a lo largo del filme. En la secuencia anterior, en concreto, viene a representar el origen de nuestra especie.
Pero, sin duda, uno de los momentos más impactantes a nivel musical es la aparición del vals El Danubio Azul de Johann Strauss.
El ser humano ha sido capaz de alcanzar el espacio gracias a la tecnología. Esta pieza simboliza la evolución de la especie y la transformación de la misma gracias al avance tecnológico.
En sintonía con la música las naves “bailan” por el espacio, lo que supone una yuxtaposición perfecta entre imagen y sonido.
Contexto sociopolítico: la proliferación de movimientos sociales
En el año en que se estrena la película, el mundo asistía a diferentes acontecimientos revolucionarios que marcarían un antes y un después en la historia.
En 1968 tuvo lugar la “primavera de Praga”, un movimiento de liberalización política y de protesta que pretendió acabar con el comunismo y cuyo ocaso llegó ese mismo año con la invasión soviética en la ciudad de Praga.
Este mismo año en Francia ocurrió lo que se conoce como “mayo de 1968”, atendiendo a una serie de protestas que acunaban diferentes causas: el ecologismo, la libertad sexual, la educación igualitaria o el feminismo.
Al otro lado del Atlántico acontecían sucesos como la muerte de Martin Luther King en abril y, en octubre, el conocido como “movimiento de 1968 en México” desembocado por la matanza de Tlatelolco.
Estos hechos nos hacen despertar la conciencia sobre el lado más cruel y deshumanizado del ser humano.
La película nos ofrece una reflexión sobre la evolución del hombre, pero también sobre nuestro origen primitivo. Ese instinto animal que despierta en nosotros la crueldad más absoluta y hace que nos planteemos si realmente ha existido progreso en ese sentido.
El viaje espacial, ¿un sueño inalcanzable?
La admiración del hombre hacia el satélite terrestre ha hecho que uno de sus sueños haya sido querer alcanzarlo.
Ya en el siglo II d. C., Luciano de Samosata imaginó en su novela La historia verdadera un viaje espacial, convirtiéndose ésta en la “primera obra de ciencia ficción”.
Siglos más tarde, el hombre siguió soñando con viajes espaciales. También lo hizo Julio Verne con sus novelas De la tierra a la luna y Alrededor de la luna, ambas publicadas durante la segunda mitad del siglo XIX.
En el séptimo arte, el ilusionista y cineasta francés George Méliès intentó hacer realidad ese anhelo y lo convirtió en imágenes dando lugar a uno de los grandes hitos de la historia del cine: Viaje a la Luna. Éste sería el primer ejemplo de cine de ciencia ficción.
La realidad es que en 1968 aún no se había alcanzado ese sueño, ni en la actualidad según los pensadores más escépticos. No obstante, la misión a la luna por el Apolo 11 en 1969 quedará para la posteridad como la primera vez que el hombre pisó la superficie lunar.
Un año antes Kubrick había ideado un trayecto muy similar haciendo del cine un medio emisario de lo fantástico y lo desconocido. Puso a disposición del espectador una visión más romántica del medio cinematográfico, un cine en el que lo más bello se encuentra en las imágenes.
Stanley Kubrick
Stanley Kubrick (1928-1999) fue un director y fotógrafo estadounidense. Comenzó su carrera como fotógrafo para la revista Look cuando tenía diecisiete años.
En 1951 se introdujo en el mundo del cine cuando realizó su primer cortometraje y dos años más tarde hizo su primer largometraje.
Su reconocimiento como director le llegó años después con el estreno de Senderos de gloria (1957).
Aunque su filmografía fue breve, Kubrick destacó por ser un cineasta original y ningún elemento de sus películas es casual, cada plano es filmado con mimo y de forma meticulosa.
Kubrick fue un director insatisfecho con los resultados y siempre trató de buscar la perfección.
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