Película Ciudad de Dios de Fernando Meirelles
Ciudad de Dios es una película de acción brasileña, basada en el libro homónimo de Paulo Lins (1997). Con un guion de Bráulio Mantovani y bajo la dirección de Fernando Meirelles y Kátia Lund, el filme se estrenó en Brasil en agosto de 2002.
La película, que tuvo un gran impacto internacional, se convirtió en un hito del cine brasileño cuando fue nominada al Oscar en las categorías de mejor director, mejor guion adaptado, mejor fotografía y mejor montaje.
El éxito no solo reside en los elementos visuales, técnicos y estéticos, sino también en el mensaje social que transmite. Ciudad de Dios muestra un Brasil que no conoce todo el mundo y que pocos quieren ver y, por eso, es un filme necesario.
Como dijo Zuenir Ventura, conocido periodista y escritor brasileño:
Ver Ciudad de Dios es un deber cívico.
Sinopsis
Entre el crimen organizado y la violencia policial, la vida en Ciudad de Dios es difícil y peligrosa. La película, narrada por Buscapé, cuenta la trágica historia de los habitantes de la comunidad y también la vida del protagonista que intenta cumplir su sueño: ser fotógrafo.
¡Atención a partir de aquí spoilers!
Resumen
Introducción
La película narra la vida de varios personajes que viven en Ciudad de Dios, una favela ubicada en Río de Janeiro. Buscapé, el narrador-protagonista, cuenta la historia de la comunidad según su perspectiva, desde su infancia.
Mientras el protagonista huía de la violencia, los chicos de su edad como Dadinho y Bené acompañaban a los delincuentes de la región a cometer crímenes. Dadinho se convirtió en Zé Pequeño, un peligroso bandido que tomó todos los "locales" de tráfico de droga y se convirtió en dueño de la región.
Desarrollo
Su violencia y su ansia de poder llegan al extremo con la muerte de su compañero Bené, que ayudaba a mantener la paz entre los criminales. Solitario y desesperado, Pequeño intenta seducir a una mujer, esposa de Manuel Galinha, pero ésta lo rechaza.
Zé Pequeño viola a una mujer en frente de Mané Galinha y, después, ametralla su casa. Galinha, que había sido tirador del ejército, inicia su venganza y mata a doce hombres de la banda enemiga. Para protegerse, acaba aliándose con Cenoura, traficante de la región. Así comienza la guerra entre facciones.
Durante más de un año, hombres, jóvenes y niños son armados y arrastrados hacia el enfrentamiento, muriendo por las calles de Ciudad de Dios. Buscapé, el protagonista, lucha para sobrevivir en mitad del caos y trabaja como repartidor de periódicos, mientras sueña con una carrera como fotógrafo.
Cuando Mané Galinha es arrestado y entrevistado en la televisión, Zé Pequeño también quiere hacerse famoso y llama a Buscapé para que fotografíe a su banda exhibiendo las armas. El protagonista lleva las fotos a revelar al periódico y acaban siendo publicadas en portada. El joven encuentra una oportunidad: si consigue más fotos del delincuente, será contratado para trabajar en el periódico.
Conclusión
El grupo de Pequeño disminuye con el tiempo y el traficante acaba reclutando a niños cada vez más jóvenes para que luchen con él. Sin dinero, roba a su traficante de armas, Tío Sam, que trabaja para un policía corrupto. Mané Galinha muere a consecuencia de un disparo que le proporciona un niño que estaba malherido en el suelo.
La policía entra en la comunidad en busca del dinero, Zé Pequeño paga su deuda y Buscapé consigue fotografiar el momento. El traficante acaba siendo asesinado por su propia banda, que ocupa la "boca de humo".
Mientras la historia de violencia continúa, Buscapé tiene dos opciones: exhibir la corrupción policial o vender la foto del delincuente muerto al periódico. Acaba escogiendo la segunda opción y consiguiendo una carrera como fotógrafo.
Personajes principales
Buscapé (Alexandre Rodrigues)
Buscapé creció en medio de la violencia con el deseo de tener una vida mejor y más pacífica. Habitante de Ciudad de Dios, encuentra en la guerra entre bandos una oportunidad para conseguir su sueño de ser fotógrafo.
Zé Pequeno (Leandro Firmino)
Dadinho era un niño sin familia, que admiraba a los delincuentes y aprendía de ellos, soñaba con ser el dueño de Ciudad de Dios. Cuando se hace adulto, Dadinho pasa a ser Zé Pequeño, un criminal violento que es capaz de todo para ganar.
Bené (Phellipe Haagensen)
Bené es el mejor amigo de Zé Pequeño y también su mano derecha, responsable de controlar la ira de su compañero y mantener la paz en la región. Aunque es el personaje más admirado de Ciudad de Dios, es víctima de una bala perdida y muere en su fiesta de despedida.
Sandro Cenoura (Matheus Nachtergaele)
Cenoura es el único traficante que consigue resistir al dominio de Zé Pequeño y mantener su "punto de venta". Aunque es menos cruel que su rival, también es un delincuente que se aprovecha de la situación de Mané Galinha para promover una guerra entre bandos.
Mané Galinha (Seu Jorge)
Mané Galinha es un habitante de Ciudad de Dios que trabaja como cobrador de autobuses. Antiguo tirador del ejército, vive una vida honesta hasta que Zé Pequeño se obsesiona con su pareja y la viola. Al ser testigo de la violación, Galinha comienza su venganza. Aunque no es un delincuente, la guerra lo convierte en un asesino.
Análisis de la Película
"Si huyes te pillan y si te quedas te comen"
La narrativa de Ciudad de Dios comienza in media res, expresión latina qu significa "en la mitad del asunto". La técnica literaria nos permite entrar en mitad de la historia, revelando acontecimientos que ocurrieron antes mediante recuerdos y flashbacks.
Los primeros segundos de la película muestran cuchillos afilados y una gallina que intenta escapar de la muerte cuando van a cocinarla.
El clima de fiesta es interrumpido repentinamente con la fuga del animal. Un grupo de niños empieza a correr detrás de la gallina disparando tiros al aire. Están bajo el mando de Zé Pequeño, que les ordena atraparla. La gallina que huye parece una metáfora de la desesperación de los residentes de Ciudad de Dios, que sienten la muerte de cerca e intentan escapar a toda costa.
En ese momento conocemos a Buscapé, el narrador-protagonista, frente a la gallina y al grupo de Zé Pequeño. El joven también vive en Ciudad de Dios, pero huye del mundo del crimen y teme por su vida. Con una cámara de fotos en el hombro y todas las armas apuntando hacia ella, tiene la esperanza de cambiar su destino.
Una foto podría cambiar mi vida pero, en Ciudad de Dios, si huyes te pillan y si te quedas te comen.
Historia de Ciudad de Dios
Buscapé hace una retrospectiva sobre la historia del lugar y recuerda cómo surgió la Ciudad de Dios. Todo comenzó en los años sesenta, cuando fue construido y muchas familias, que se habían quedado sin hogar a consecuencia de incendios e inundaciones, se trasladaron allí.
Según las palabras del narrador, los habitantes llegaron allí con la "esperanza de encontrar un paraíso" pero la realidad era muy diferente. El lugar no tenía las condiciones básicas como agua, electricidad y asfalto, pero el número de habitantes fue creciendo.
El gobierno no se preocupaba de la situación, ya que Ciudad de Dios quedaba "muy lejos de la postal de Río de Janeiro".
Según el gobierno, la construcción pretendía albergar funcionarios públicos pero fue ocupada, tras una gran inundación, por antiguos habitantes de comunidades de la zona sur.
Dos décadas después, durante los años ochenta, aumentó exponencialmente el crimen organizado y la comunidad se convirtió en uno de los lugares más peligrosos de la ciudad.
Creciendo en medio de la violencia
Buscapé es, entonces, heredero y producto de esa historia colectiva. Después de narrar la construcción y la llegada de los habitantes a Ciudad de Dios, recuerda su infancia y cómo creció rodeado de violencia. Vemos a varios niños jugar con la pelota, uno de ellos es el protagonista, que está acompañado por Dadinho y Bené, chicos que se convierten en traficantes en el futuro.
Durante el juego Buscapé y Dadinho se conocen. Aparecen varias veces a lo largo de la narrativa; el primero siempre encara al segundo con temor, pero es ignorado. Desde niños es evidente el contraste de personalidad entre ambos personajes, como si sus destinos ya estuvieran escritos: uno es la paz, el otro la guerra.
En ese momento, tres jóvenes delincuentes atacan en la zona: Cabeleira, Alicate y Marreco, que juntos forman el Trío Ternura. El grupo solía hacer pequeños asaltos en Ciudad de Dios, muchas veces acompañados por Bené y Dadinho.
Parece el inicio de una "escuela del crimen" que atrae cada vez más niños a lo largo de la narración. Bené es el hermano pequeño de Alicate y aprende de él; su mejor amigo, Dadinho, que era huérfano, los acompañaba y era el más entusiasmado de todos.
Por su parte Buscapé, hermano menor de Marreco, prefería distanciarse de ese tipo de acciones. Creció en mitad de las balas y, tratando de huir de la violencia, dijo que no quería ser "ni policía, ni ladrón". La agresividad de Dadinho se hace visible por primera vez cuando el trío decide robar un camión de gas. Como Robin Hood, robando a los ricos para dárselo a los pobres, se llevan el dinero y dejan que la gente de la comunidad recoja las bombonas de gas.
El conductor del camión no se opone y se tira al suelo durante el asalto. Dadinho aprovecha el momento de fragilidad para agredirlo con patadas. La violencia gratuita y su expresión de placer hacen evidente que está naciendo un depredador. Aunque es solo un niño, fuma marihuana, comete pequeños delitos, planea ataques y advierte: "yo soy un bicho suelto".
Es Dadinho el que sugiere el asalto al motel pero tiene que quedarse de vigilante porque todavía es un niño: "ya te llegará tu hora". Es el responsable de disparar en un cristal y avisar si viene la policía. Los delincuentes asaltan a los huéspedes del motel y huyen cuando escuchan el sonido. Cuando llega la policía encuentra el lugar lleno de cuerpos; todos los que estaban en el motel fueron asesinados.
A lo largo de la película descubrimos que quien mató a todos fue Dadinho, que dio una falsa alarma para engañar a sus compañeros y entró en el edificio tiroteando a todo el mundo. Las palabras del narrador-protagonista revelan que aquella noche el chicho "sació su hambre de matar", pero su historia no había hecho nada más que comenzar.
Después del asalto, Dadinho agarró el dinero y huyó de Ciudad de Dios. Estuvo desaparecido y trabajó como limpiador de zapatos en la calle, porque "sabía apañarse solo". Vuelve tiempo después, preparado para montar su propia banda con Bené como su mano derecha.
Para ser delincuente no basta con tener un arma en la mano, hay tener una idea en la cabeza y Dadinho la tenía.
El chicho creció, "entre un tiro y otro", y a los 18 años se convirtió en Zé Pequeño, uno de los criminales más peligrosos de Rio de Janeiro. La historia parece repetirse con Filé, un niño que trabaja como traficante para él.
Cuando se enfrenta a los críos de Caixa Baixa, un grupo de niños abandonados que comenten robos en Ciudad de Dios, Pequeño obliga a Filé a pegarle un tiro a uno de ellos.
Finalmente declara: estás "dentro del grupo". La escena, bastante violenta y chocante, evidencia el miedo y la inocencia de los niños que conviven con el peligro de muerte desde que nacen. Cuando Mané Galinha, rival de Pequeño, conoce a Filé, le anima a dejar el crimen, afirmando que todavía es un niño.
Su respuesta revela un mundo donde no existe la infancia y los niños están obligados a convertirse en adultos, y criminales, antes de tiempo.
¿Que soy un crío? Yo fumo, esnifo y ya he matado y he robado, ya soy todo un hombre.
Crimen organizado y la "carrera del tráfico"
La narrativa acompaña a los cambios que ocurren en Ciudad de Dios y la llegada del crimen organizado, especialmente el tráfico de drogas. El filme muestra cómo funcionaba el tráfico y explica que se trataba de un "negocio" muy rentable y atractivo para aquellos individuos. Tenía proveedor, línea de montaje e incluso "carrera".
Dadinho era asaltante hasta conocer que Cenoura, traficante de la zona, ganaba mucho más dinero. Consulta a Exu Sete Caldeiras, su guía espiritual, que le da una nueva identidad lo bautiza con el nombre de Zé Pequeño, profetizando que su éxito: "vas a ser grande". Extremadamente motivado y persistente, al día siguiente decide tomar todos los "puntos de venta" de la región.
Es entonces cuando su destino se cruza nuevamente con el de Buscapé. El protagonista había ido a comprar marihuana para Angélica, la chicha que le gustaba, al local de un antiguo compañero de la escuela. Es interesante observar la historia de Boca dos Apês y el modo como pasó de generación en generación. Fue fundada por una viuda que necesitaba mantener a sus hijas y la heredaron unos jóvenes delincuentes.
Esevidente también que la policía está involucrada en la estrategia, ya que acepta sobornos para hacer la vista gorda. El negocio creció tan rápido que el protagonista afirma que, si fuera legal, Pequeño "sería el hombre del año". Cada vez se producían menos tiroteos en la favela porque mataba a todos aquellos que lo desobedecían, así las personas de fuera se sentían seguras allí e iban a comprar cocaína.
De esta forma Bené se hace amigo de Tiago, un adolescente rico adicto a la cocaína que comienza a frecuentar Ciudad de Dios y acaba trabajando para Zé Pequeño. La amistad surge cuando el traficante va detrás del muchacho y le ofrece una gran suma de dinero para que le compre ropa como la suya.
Bené, mejor amigo y mano derecha de Zé Pequeño desde niños, era su punto de equilibrio, el único capaz de calmarlo y apartarlo de la agresividad. Durante mucho tiempo, fue quien evitó la guerra de bandos al impedir que su amigo invadiera el "local" de Cenoura.
Entre los amigos también existe una gran diferencia. Pequeño solo trabajaba, solo quería dinero y poder, mientras Bené era simpático, generoso, divertido, y el "delincuente más agradable" de Ciudad de Dios.
La historia revela que no le gustaba la violencia y solo utilizaba el tráfico para enriquecerse y poder salir de allí.
Amores trágicos y sufrimiento femenino
Incluso en medio de tanta muerte, también nace el amor en Ciudad de Dios. Después del asalto del Trío Ternura en el motel, los integrantes se separan durante la fuga, despidiéndose con "¡Fe en Dios!". Alicate vuelve a la vida religiosa, Marreco se va a trabajar con su padre y Cabeleira busca algún sitio para esconderse, un lugar de salvación. Es así como conoce a Berenice.
La muchacha lo rechaza porque sabe que es un criminal y le repite que él no es de confianza porque "un chulo no ama". Los dos terminan enrollándose y Berenice lo convence para que deje la mala vida. Todo parece tranquilo, suena Alvorada de Cartola como telón de fondo y la pareja está decidida a escapar.
Si embargo, intentan escapar cuando la policía invade la favela en busca del Trío Ternura. Roban un coche y Cabeleira tiene que empujar el vehículo para que arranque; en el interior del coche, Berenice ve cómo disparan a su novio hasta la muerte.
El destino trágico se repite con Angélica, la novia de Bené, que consigue convencerlo para dejar Ciudad de Dios para vivir juntos en una granja como hippies.
En la fiesta de despedida, cuando parece que todo va por buen camino y Bené va a ser feliz lejos de allí, acaba siendo víctima de un disparo y muere.
La ironía del destino resalta que ninguno de esos hombres tiene escapatoria, como si todos estuvieran condenados a la tragedia y sus parejas al sufrimiento.
La película también muestra el ambiente extremamente machista y opresivo en el que vivían las mujeres. Un ejemplo sorprendente es la relación de Paraíba, dueño del bar e informante de la policía, con su esposa. En primer lugar, vemos a la muchacha hablar sobre sexo con otra mujer mayor en la que revela que la intimidad con su marido no es satisfactoria, dice que es celoso y agresivo.
Cuando Paraíba sorprende a su esposa en la cama con Marreco, el hermano de Buscapé, la agrede y la entierra viva, después es arrestado por la policía. La siguiente víctima es la pareja de Mané Galinha, que rechaza a Zé Pequeño y este decide violarla.
Ese siniestro acontecimiento cambia el rumbo de la narrativa y provoca el inicio de la guerra en Ciudad de Dios, pero la mujer no vuelve a aparecer en la historia.
¿Ser "dueño de la favela" o tener "vida de idiota"?
Después del infame asalto al motel, el Trío Ternura cambió de conducta. Alicate y Marreco Tuvieron que pasar la noche escondiéndose de la policía subidos en un árbol. Por la mañana, Alicate parece haber tenido una epifanía y decide volver a la iglesia:
Esa vida de delincuente es para locos.
Marreco fue obligado a trabajar con su padre y Buscapé tuvo que ir con él,comprendiendo desde niño que tener "un hermano delincuente es la mayor jugada". El chico promete que nunca tocará un arma y cumple con su palabra. Cuando Cabeleira fue asesinado por la policía, el protagonista vio por primera vez una cámara y, entonces, descubrió su vocación.
En su adolescencia, el joven evita los conflictos de Ciudad de Dios y tiene un grupo de amigos, los "cocotas", que viven en la periferia. Entre ellos está Angélica, la chicha que le gusta; cuando la lleva a una fiesta, conoce a Bené y se enamoran a primera vista. Este es uno de los momentos en que el protagonista sale perdiendo frente a los delincuentes y se pregunta si estará en eterna desventaja.
Mientras que Zé Pequeño, que "siempre quiso ser el dueño de Ciudad de Dios", alcanzaba todos sus objetivos, Buscapé trabajaba en un supermercado para poder comprarse una cámara y hacerse fotógrafo.
Más tarde, el protagonista es despedido cuando los asaltantes de Caixa Baixa intentan asaltar el local donde trabaja. Por un momento, piensa en dejar la "vida de idiota" y entrar en el crimen, planeando posibles delitos.
¡Entérate, chaval, no compensa ser honesto!
Intenta asaltar en el autobús vacío, pero reconoce al cobrador. Se trata de Mané Galinha, habitante de Ciudad de Dios y antiguo tirador del ejército. En la fiesta de Bené, la novia de Mané rechaza a Zé Pequeño y decide humillarlo en público.
En ese momento, comienza la rivalidad que termina matándolos. Pequeño viola a la mujer de Galinha en su presencia y después manda a su equipo a matarlo a su casa, matando a su hermano y su tío. El antiguo tirador ataca al grupo y mata a doce hombres.
Al día siguiente, todos se enteran de la noticia y le dan la enhorabuena, diciendo que él "mató bien".
La Ciudad de Dios ha encontrado un héroe.
Guerra de bandos, corrupción policial y muerte
Mané Galinha quería vengarse y estaba decidido a matar al enemigo: "creía que iba a hacer la revolución pero Dios tenía otros planes". Después del ataque, se escondió en el "local" de Cenoura y se dio cuenta que necesitaba un ejército de delincuentes para protegerse.
Es en ese momento cuando la "venganza se transformó en una guerra". Mané aceptó asaltar con el grupo de Cenoura para ganar la batalla y, aunque al principio se resistió, pronto se adaptó a la vida como criminal.
La ciudad se dividió en dos: cada vez se unieron más personas a los bandos y la guerra se convirtió en una "excusa para todo". En medio de tanta violencia gratuita, la policía consideraba marginales a todos los habitantes.
Si la vida en la favela ya era un purgatorio, se convirtió en un infierno.
Durante toda la película, la conducta de los oficiales de policía es corrupta e inmoral. En la noche del asalto al motel, dos policías hablan y muestran sus verdaderas intenciones: uno quería quedarse con el dinero del robo y el otro solo quería matar a los criminales.
Cuando Pequeño se queda sin dinero para comprar armas decide robarle a su traficante, Tío Sam, que trabaja para un policía. Es decir, la misma autoridad que lucha contra la violencia en la comunidad es la que suministra las armas.
La policía retrocede casi al final de la narrativa, cuando se encuentra con Zé y su ejército de niños armados. Galinha aprovecha el momento y hace una emboscada, derribando a varios enemigos. Cuando ve a un niño herido en el suelo, intenta ayudarlo pero éste se da cuenta de que está ante el asesino de su padre y lo asesina por la espalda.
Buscapé fotografía escondido a la policía invadiendo Ciudad de Dios, sobornando a Pequeño y robándole el dinero.
Arruinado, el delincuente se arrepiente de la guerra y le dice a su grupo que tendrán que robar para sostener el "negocio".
El protagonista fotografía el cadáver de Pequeño, sabiendo que aquella imagen le garantizaría un empleo en el periódico.
Aunque tiene pruebas de la corrupción policial, decide esconderlas y entregar solo las fotografías que muestran al delincuente muerto. Ante un sistema perverso, que alimenta la violencia que supuestamente condena, Buscapé escoge un único camino posible: el que lo llevará fuera de Ciudad de Dios.
Significado
Ciudad de Dios es, sin duda, es un filme inolvidable. Para algunos residentes de la comunidad, la historia perpetúa la imagen de que todos son agresivos y están envueltos en el crimen organizado.
Sin embargo, cuando nos fijamos en la película, nos damos cuenta de que busca denunciar varios problemas sociales alarmantes, a los que muchos brasileños se enfrentan: la pobreza, la falta de recursos, de opciones y de oportunidades.
Fernando Meirelles y Kátia Lund consiguen mostrar al mundo este círculo de muerte y violencia del que es casi imposible escapar. Los directores nos explican el pasado de esos criminales y sus motivaciones, sin limitarse solo a presentar el mundo del crimen.
Todos comienzan como niños que no frecuentan la escuela ni tienen familia, están abandonados a su suerte. Hambrientos y sin perspectiva, conviven diariamente con la violencia y la normalizan.
Sus ídolos acaban siendo los delincuentes, aquellos que tienen dinero y que muchas veces son su única "salida". Así, el crimen y el tráfico empiezan a ser planteados como una posibilidad de "carrera", una forma de sobrevivir en la comunidad y ganar dinero.
Aunque solo son niños, son tratados como hombres, y se espera que maten y mueran en nombre de su banda, como pequeños soldados que están luchando sin saber por qué.
De una forma extremadamente sentible, Ciudad de Dios no se olvida de aquellos niños para los que el crimen fue su única salida. Esto se confirma en los últimos segundos de la película, cuando los chicos de Caxa Baxa dicen que quieren hacer una lista de sus enemigos pero no saben escribir.
Incluso Zé Pequeño, el mayor delincuente de la región, comenzó siendo Dadinho, un niño solitario y pobre que seguía al Trío Ternura y soñaba con dinero y poder.
Lo que Ciudad de Dios parece mostrar es a los cómplices de todo esto: la indiferencia del gobierno, la corrupción de la policía y el morbo de los medios de comunicación.
Basado en hechos reales
Aunque se trata de una ficción, la película habla de algunos personajes y acontecimientos reales. José Eduardo Barreto Conceiçao, más conocido como Zé Pequeño, era un delincuente que se hizo conocido en Río durante las décadas de los setenta y ochenta.
Su pelea con Mané Galinha y la guerra también son reales. Manoel Machado Rocha cometió algunos robos durante su juventud y entró en el ejército a los 18 años para servir a la infantería.
Volvió al crimen para financiar las armas y terminó siendo asesinado por el bando rival en su casa, delante de sus padres y de sus hermanos menores. Su familia denunció a los responsables de la película por la representación que hicieron de Manoel, pero perdieron el caso en 2010.
Bené también existió y fue muy amigo en la infancia de Pequeño. Trabajaba en una panadería y cometía asaltos con su compañero, después se unió a el tráfico de drogas. Las historias cuentan que era un hombre conocido por su generosidad y su simpatía ya que, a pesar de ser un criminal, no le gustaba la violencia y no iba armado.
El amigo de Pequeño murió durante una fiesta de carnaval por un tiro que iba dirigido a la comparsa. Quien confirma algunos de estos sucesos es Ailton Batata, el único sobreviviente de la historia. Retratado como Sandro Cenoura, descubrió la película mientras estaba en prisión y escribió un libro en 2017 titulado: Ciudade de Deus- A História de Ailton Batata, o sobreviviente.
Por último, el personaje protagonista fue inspirado en José Wilson dos Santos, un fotógrafo que vivía en Ciudad de Dios y vivió con los "dueños de la favela". Buscapé nació de la combinación entre la historia de su vida y la imaginación de Paulo Lins, autor del libro.
Tráiler
Sobre la producción
Fernando Meirelles consiguió el libro gracias al regalo de un amigo, Héctor Dhalia, que le propuso que hicieran una adaptación cinematográfica. Aunque se sintió bastante alejado de aquella realidad, el director se interesó en el proyecto y buscó a Paulo Lins para comprar los derechos de la película.
Por cuestión de representación, montó un taller de teatro para jóvenes en la periferia, ya que quería trabajar con personas que se identificaran y conocieran de cerca ese mundo. Entre los cientos de alumnos que estudiaron y realizaron pruebas, Meirelles y Lund eligieron el elenco de la película.
Ficha técnica y cartel
Dirección | Ferando Meirelles, Kátia Lund |
Duración | 130 minutos |
País de origen | Brasil |
Estreno | 2002 |
Género | Drama, Policial |
Clasificación | No recomendado para menores de 16 años |
Guion | Bráulio Mantovani |
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(Texto traducido y adaptado por Marián Ortiz).