12 pinturas para entender el misterio de René Magritte

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 14 min.

René Magritte (Bélgica, 1898 - 1967) fue un importante artista del siglo XX que en su obra buscó una nueva manera de aproximarse a la realidad.

De manera figurativa, trataba de pintar ideas, por lo que jugó con el misterio y lo fantástico. Así, sus cuadros se plantean como un desafío en que es el espectador quien debe dilucidar el sentido.

1. El hijo del hombre

El hijo del hombre cuadro de René Magritte 1964
Colección privada

Sin duda, este es el cuadro más famoso del pintor y corresponde a su obra más madura, ya que lo realizó en 1964, pocos años antes de morir.

Para Magritte, el concepto de misterio era muy importante dentro de su producción, ya que para él la realidad era una entidad múltiple que el ser humano debe desentrañar. Por ello, indaga en la relación entre las apariencias domésticas de las cosas y las sugestiones que provoca su ordenación inusitada. Tal como sucede en este cuadro en el que vemos a un hombre común y corriente con el rostro cubierto por una manzana.

El hombre corresponde a un individuo normal de aquellos años, la representación clásica del burgués con un abrigo, una corbata roja y un sombrero tipo bombín. Es un personaje característico en varios de sus cuadros y se entiende como un autorretrato de sí mismo, ya que el se vestía así.

Por otro lado, la manzana es un objeto cargado simbólicamente, ya que puede aludir tanto al pecado de Adán y Eva, como al conocimiento que ganó la humanidad.

De esta manera, es el espectador quien debe observar detenidamente y tratar de encontrar un significado a aquella imagen. Entre las interpretaciones más difundidas, se encuentra la falta de identidad que prolifera en el siglo XX con el surgimiento de la cultura de masas. Magritte muestra a un hombre más cuyo conocimiento no le sirve para destacarse de la multitud.

Por otro lado, si se analiza su título, El hijo del hombre, se puede buscar un significado más ligado a lo cristiano. En este sentido, el cuadro muestra al hombre del siglo XX (el hijo de Adán) condenado por la eterna tentación.

2. La traición de las imágenes

La traición de las imágenes - René MAgritte 1928
Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, Estados Unidos

La traición de las imágenes es otra de sus obras más reconocidas. Forma parte de una serie de composiciones simples, planas y sin profundidad que muestran objetos explícitos en los que se alude a la relación entre imagen y lenguaje.

El arte clásico debía cumplir con la función de representatividad. Es decir, se pintaba una pipa que asemejaba a una pipa real y esto es lo que Magritte busca cuestionar. El lenguaje tiene la capacidad de crear realidad, así como también las imágenes. Entonces, ¿qué es más importante? ¿una imagen o la palabra que la designa? De esta forma, ¿qué es realmente una pipa? ¿el objeto? ¿la palabra? ¿su imagen?

Con este cuadro de 1929, el pintor convirtió en un ícono la discusión abstracta que estaban realizando lingüistas alrededor de todo el mundo, al plantear el poder del lenguaje y su referencialidad.

3. Los amantes

Los amantes René Magritte
MOMA, Nueva York, Estados Unidos

Esta pintura es de 1928, época en la que Magritte estaba comenzando a jugar con la representación de la realidad. Así, no abandona del todo la plasmación fiel. Por ejemplo, en este cuadro vemos efectivamente cosas reconocibles como personas, paños, el cielo. Sin embargo, a través de la mezcla poco común de estos elementos, pretende confirmar su tesis de que el arte se trata de mostrar "lo visible que está escondido y lo visible que está presente".

De este modo, este beso apasionado de una pareja anónima, puede representar muchas cosas, todo va a depender de quién lo mire. Puede referirse a una relación prohibida, secreta o, incluso, aludir a la naturaleza del amor como una entrega ciega.

Además, es importante señalar que el velo adherido al rostro forma parte de su repertorio artístico, debido al suicidio de su madre. Cuando el pintor tenía 13 años, la mujer se arrojó al río. La imagen de sus ropas húmedas y pegadas al cuerpo se quedó para siempre con él.

4. Clarividencia (Autorretrato)

Clarividencia autorretrato René Magritte 1936
Colección privada

A partir del siglo XX, la concepción sobre el arte cambió por completo. Tras el surgimiento de la fotografía y el cine, su objetivo principal ya no tenía que ver con representar la realidad. Así, los artistas podían darse el lujo de expresar sus emociones o impresiones sobre lo que observaban.

Este es el caso de Magritte, quien a través de una pintura figurativa y sencilla, planteó nuevos modos de entender el mundo. Quería revelar lo desconocido a través de lo conocido.

Por ello, en este cuadro de 1936, se puede apreciar la labor del pintor. En él, se muestra a sí mismo durante el proceso creativo. Es conocido que Magritte mantenía una estricta rutina, en la que trabajaba en su casa ciertas horas diarias y siempre vestido de traje formal.

Se puede notar cómo el artista posee el poder de ver más allá de lo común, de allí el título "la clarividencia". Cuando una persona normal ve sólo un huevo, el creador transforma la realidad circundante a través de su imaginación.

5. La condición humana

La condición humana René Magritte 1935
Galería Isy Brachot, Bruselas, Bélgica

Esta obra pertenece a la época de su consolidación artística, cuando está explorando las herramientas del surrealismo, pero les otorga su propia mirada. En esta pintura de 1935, Magritte toma el tema clásico del "cuadro dentro del cuadro", que desde Las meninas de Velázquez ya es parte de la tradición artística.

Sin embargo, aunque nos muestra un lienzo que representa el mismo paisaje que se ve desde la puerta, le da un giro con su título. Al llamarlo La condición humana está haciendo referencia a teorías filosóficas sobre la existencia. Al ver el cuadro, el espectador se cuestiona ¿qué es lo real? ¿vale más lo que veo o su representación?

Por otro lado, también alude a la teoría platónica que divide la realidad entre el mundo de las ideas (el verdadero) y el mundo tangible (el que habitamos), por lo que el individuo habita en un pálido reflejo de sombras. ¿Puede ser que como seres humanos sólo podamos acceder a la copia de un paisaje mucho más maravilloso? La grandeza de este pintor reside en su capacidad de llevar al público a hacerse preguntas trascendentales con sus juegos de imágenes.

6. El tiempo perforado

El tiempo perforado René Magritte 1938
Instituto de Arte de Chicago, Estados Unidos

Se ha discutido mucho sobre las categorías a las que pertenece la obra de Magritte. Algunos afirman que se acercó al surrealismo, mientras que otros aseguran que es más bien realista.

La verdad es que al artista no le importaba ir a favor o en contra del sentido común, lo que buscaba era reunir "las figuras del mundo aparente en un orden dado por la inspiración". De este modo, sus referentes son completamente reales, pero la belleza se encuentra en la conjunción inesperada e incongruente de ciertos objetos.

En este cuadro de 1938 se muestra una locomotora apareciendo a toda velocidad desde la chimenea. Si bien, podría parecer una típica imagen surrealista que proviene del mundo de los sueños, en este caso hay varios elementos simbólicos.

En primera instancia, se encuentra el reloj sobre la repisa, indicando el paso inexorable del tiempo. Luego, se encuentra el espejo en el que sólo se refleja el reloj y el candelabro, haciendo alusión al pasado. Entonces, la locomotora podría entenderse como el ser humano, dirigiéndose con toda su energía a un futuro incierto.

7. Golconda

Golconda René Magritte 1953
La colección Menil, Houston, Estados Unidos

En este cuadro se retoma la figura anónima con su abrigo, corbata y sombrero tipo bombín, pero esta vez se multiplica. Se trata de una lluvia de hombres o quizás están levitando, es difícil precisarlo. El fondo representa el típico barrio burgués belga, muy parecido a lugar donde vivía el artista.

De esta forma, se puede ver la contraposición entre lo individual y lo colectivo. El cuadro fue pintado en 1953, por lo que ya es un periodo en el que se comienzan a discutir las consecuencias de la producción en masa o sobre las exigencias de una sociedad en la que se celebraba lo hegemónico. Es como si Magritte dejara una pregunta abierta al espectador, como si dijera, ¿quieres realmente ser uno más dentro de la multitud?

Uno de los misterios de esta obra es su título, pues hace referencia a una fortaleza y ciudad abandonada de la India. El nombre fue sugerido por su amigo Louis Scutenaire, poeta surrealista del periodo.

8. Intentando lo imposible

Intentando lo imposible René Magritte 1928
Colección privada

En este cuadro de 1928, el artista vuelve a hacer referencia al acto de pintar como la creación de una nueva realidad. Aunque Magritte nunca quiso apegarse a un estilo o categoría, sí se refirió a lo importante de la semejanza. Para él, sus cuadros usaban la similitud con el mundo real para hacer surgir el misterio que rodea a toda cosa, gracias al poder de la imaginación.

Así, se muestra a sí mismo dotando de vida a su cuadro, pues el momento en que plasma su idea, cobra fuerza y realidad por sí misma. En este aspecto, es importante mencionar que para el pintor, era muy importante el espectador, pues su obra se libera luego de terminada, para ser reinterpretada por el público.

9. El reino de las luces

El imperio de las luces René Magritte
Museo Magritte, Bruselas, Bélgica

Entre 1950 y 1958, Magritte realizó varias versiones de esta idea. Este es el cuadro más famoso (1954), en el que se puede ver un juego entre el día y la noche, que un espectador desatento puede tardarse en notar.

Para el artista, la luz y su ausencia son el origen del misterio, pues en aquellos espacios oscuros se instala la duda de que habite algo oculto. Así, en esta obra nos presenta dos estados contrarios, pero que a la vez resultan complementarios. En este caso, al mezclarse, logran aunar tanto la fantasía como el deseo poético de juntar dos mundos que jamás alcanzan a fundirse del todo.

10. El sobreviviente

El sobreviviente René Magritte 1950
Colección privada

Para Magritte, una de las cosas más importantes eran los títulos de sus cuadros, porque gracias a ellos se podía jugar con el significado de imágenes que podían asociarse de diferentes maneras. De hecho, luego de terminar una obra, reunía a sus amigos y barajaban posibilidades de nombres que pudieran darle una nueva vida a lo representado.

Aunque nunca tuvo una intención política, en esta pintura de 1950 se puede notar de forma bastante clara su opinión sobre los conflictos armados. Lo único que queda tras una guerra son las armas que habilitaron la destrucción. De esta manera, al presentar el objeto desnudo y como foco central, conduce a una reflexión profunda sobre el tema.

11. Prohibida la reproducción (Retrato de Edward James)

Prohibida la reproducción de René Magritte, 1937
Museo Boijmans Van Beuningen, Rotterdam, Holanda

En este cuadro se encuentra presente el engaño visual y la provocación hacia el espectador. Lo que Magritte buscaba con su arte era sacudir a una audiencia pasiva. Permitir que las personas pudieran acercarse al cuadro y divertirse. Mirar con atención y jugar a buscar el significado.

Esta obra de 1937, nos muestra el retrato de Edward James, escritor surrealista y amigo del pintor. De esta manera, viene a poner en cuestión las categorías de la representación. Cuando se hace referencia a un retrato, se espera la imagen casi fotográfica de un individuo.

En cambio, aquí sólo vemos su espalda, aunque el libro se muestra reflejado correctamente. En estos detalles se puede ver cómo fusiona realidad e imaginación.

Además, hace referencia a la construcción de identidad en el mundo moderno. Muestra al hombre enfrentado a la imagen de sí mismo, como si se preguntara ¿quién soy yo? ¿La versión que invento de mí mismo o lo que ven los demás?

12. El terapeuta

El terapeuta René Magritte
Colección privada

Este cuadro de 1937 ha suscitado bastantes interpretaciones. En él se puede ver la figura de un hombre cuya mitad superior del cuerpo no corresponde a un ser humano. Es una jaula cubierta por una manta con un sombrero.

De este modo, muestra de forma alegórica a un terapeuta. Un personaje que en el siglo XX cobró mucha importancia, debido al aumento de profesionales y de personas que buscaban consultas. De hecho, el psicoanálisis llevó a verlos como una especie de magos.

Por esto es que la imagen lo muestra como un ser sobrenatural que tiene el poder de ayudar a liberar o mantener atrapada a las palomas, que pueden entenderse como símbolo de las emociones que deben trabajar quienes se someten a tratamiento psicológico.

Sobre René Magritte

Retrato de René Magritte con su cuadro

El artista nació en 1898 en Bélgica. Desde pequeño se dedicó al dibujo y estudió dos años en la Academia de Bellas Artes de Bruselas.

Aunque al comienzo se dedicó a diseñar papeles pintados y carteles de anuncios, su contacto con miembros de la vanguardia surrealista del periodo lo llevaron a experimentar con la pintura. Su idea principal era revelar el misterio de la realidad a través de su imaginación. Magritte solía decir: “Mis cuadros son una manifestación visual de la poesía".

En 1927 se instaló durante un tiempo en París y entró en contacto con el movimiento surrealista. Si bien hasta hoy se le incluye en esta corriente, su obra dio un paso más allá de la exploración del inconsciente, ya que buscaba mostrar el mundo desde otra perspectiva. Utilizando figuras y temas de la vida cotidiana que mezclaba de forma extraña, intentaba llevar al espectador a reflexionar sobre la existencia.

En 1930 regresó definitivamente a su país y se dedicó a realizar trabajos publicitarios para poder subsistir. En el comedor de su casa, instaló su estudio, en el que realizó la mayoría de sus obras.

Si bien defendió la libertad en el arte y fue miembro de grupos vanguardistas, siempre mantuvo un perfil bajo y un estilo de vida muy sosegado. A los 24 años se casó con Georgette Berger, quien sería su compañera hasta la muerte. Trabajaba desde su casa y viajó pocas veces al extranjero, generalmente por exposiciones.

En 1965 el Museo de Arte Moderno de Nueva York realizó una retrospectiva sobre su obra, uno de los primeros grandes reconocimientos a nivel internacional. Lamentablemente murió dos años después, a los 69, por problemas de salud. Aunque realizó murales y esculturas, hoy es reconocido por sus pinturas que se presentan como una provocación y desafío hacia el espectador, proponiendo la idea de un público partícipe y co-creador.

Bibliografía

  • Holzwarth, Hans Werner y Taschen, Laszlo (Eds.). (2011). Arte Moderno. Una historia desde el impresionismo hasta nuestros días. Taschen.
  • Meuris, Jacques.(2007). Magritte. Taschen.

Ver también

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.