16 pinturas geniales de Vincent van Gogh
Vincent van Gogh (1853-1890) es un pintor neerlandés que, junto con Gauguin, Cézanne y Matisse, es considerado una figura fundamental del postimpresionismo. Adelantado a su tiempo, durante su vida nunca conoció el éxito artístico.
Tras su muerte, una exposición retrospectiva en 1890 lo puso en la mirada del público. Desde entonces, se ha convertido en uno de los artistas más influyentes del arte contemporáneo.
Conozcamos algunas de sus obras más importantes y descubramos también la evolución de su trazo artístico.
Los comedores de patatas, 1885
Acostumbrados como estamos a los populares cuadros coloridos de Van Gogh, Los comedores de patatas nos sorprende. Con una paleta terrosa y casi barroca, Van Gogh representa la escena de una familia de campesinos compartiendo en la cena las papas que ellos mismos han cultivado. Ha hecho lo que no hicieron los artistas previos: ha “desmaquillado” a los personajes, los ha mostrado en su rudeza y en su diferencia.
Con esto le ha dicho que no a la mirada burguesa que se conforma en el pintoresquismo para no hacerse cargo de la brecha social. Este cuadro corresponde a la primera etapa del pintor, que algunos llaman etapa negra, que tuvo lugar durante su estancia en Nuenen.
Calavera con cigarrillo encendido, 1885-1886
Una clave de humor se esconde en este lienzo dentro de una atmósfera oscura y terrosa, con una paleta semejante al primer lienzo de esta lista. Un esqueleto lleva entre sus dientes un cigarrillo encendido en aire burlón. Las formas son logradas por medio de pinceladas gruesas y burdas que dan carácter expresivo a la representación.
Japonaiserie: Puente bajo la lluvia (después de Hiroshige), 1887
El arte japonés ejerció gran influencia en los movimientos artísticos finiseculares del XIX, tanto así que, en 1872, Jules Claretie acuñó el término japonismo en su libro L'Art Francais para identificar esta tendencia convertida en una auténtica fuente de creatividad.
Vincent van Gogh se dedicó a estudiar, copiar y versionar las obras más emblemáticas del arte nipón, al que consideraba provisto al mismo tiempo de sencillez compositiva y capacidad expresiva. Admirador de Utagawa Hiroshige, Van Gogh desarrolló esta versión de El puente Ohashi en Atake bajo una lluvia repentina.
El dormitorio, 1888-1889
En la obra El dormitorio Van Gogh comienza a mostrar el estilo por el cual lo conocemos mejor. Dejando atrás la etapa pictórica vivida en Nuenen e instalado en Arlés, el pintor comienza a replantear el color desde un enfoque simbólico. Lamentablemente, durante una inundación el cuadro original sufrió algunos daños, lo que motivó al pintor a realizar la segunda versión. Luego haría otra más pequeña para su madre y su hermana Wilhemina.
De acuerdo a sus propias palabras expresadas en una carta a su hermano Theo, Van Gogh quería expresar en su cuadro la tranquilidad y el reposo propios de una habitación austera. Combina la noción de la perspectiva occidental con la ausencia de volumen en los objetos del arte japonés.
El sembrador, 1888
El tema del sembrador es recurrente en la obra de Van Gogh, acaso por su sensibilidad ante la vida campesina, acaso por su sensibilidad cristiana (recuerda a la parábola del sembrador). Aunque no nos queda clara su intención, lo cierto es que en este cuadro Van Gogh vuelve a inspirarse, por un lado, en el pintor francés Millet; por el otro, en el arte japonés, especialmente en lo que toca a la vegetación.
Dentro del lienzo destaca el tratamiento del disco solar, en el que las pinceladas se presentan concéntricas, trazo único del pintor. Van Gogh pinta la escena de memoria bajo la motivación recibida por su entonces amigo, Gauguin.
El viñedo rojo, 1888
Van Gogh representa con gran realismo la escena de una vendimia. Su trazo es grueso y se deja al descubierto. Las figuras humanas son destacadas con contornos debidamente delimitados. La nerviosidad del trazo le brinda textura a los campos, que yacen bajo una luz otoñal rojiza. El sol, nuevamente, repite las pinceladas concéntricas.
Este fue el único cuadro vendido por Van Gogh en vida, que no fuera a su hermano Theo. Fue adquirido por Anne Boch, la hermana de Eugène Boch.
Retrato El cartero Joseph Roulin, 1888
El cartero Joseph Roulin conversaba frecuentemente con Van Gogh, quien intercambiaba correspondencia de forma asidua con su hermano Theo y Emile Bernard. El cuadro destaca por el uso de la técnica conocida como cloisonismo, en la que colores planos, como el azul del traje del cartero, se cierran con contornos delimitados y evidentes.
Distinta suerte corre el rostro y, en particular, la barba, que ha sido resuelta por medio de pequeñas pinceladas que crean un efecto casi boscoso. El resultado de piernas y manos al nivel de dibujo resulta ciertamente extraño.
Terraza del café en la noche, 1888
Van Gogh crea una atmósfera contrastante con dos ambientes: el amarillo y luminoso café, y la noche expectante que se abre al fondo de la calle. Así, el amarillo y el azul dominan la escena como complementos perfectos. En el cielo, las estrellas como lámparas artificiales anuncian lo que llegará a ser el estilo encontrado en La noche estrellada. El empedrado lo logra con líneas curvas que asemejan escamas. En el medio de la penumbra, este café vibrante y difuso reclama una cuota de alegría.
Girasoles, 1888-1889
Los girasoles fueron un motivo muy desarrollado en la pintura de Vincent van Gogh. Hizo muchas versiones. En cada una de ellas, Van Gogh logra transmitir una gran fuerza expresiva por medio de recursos como el color vibrante, el trazo nervioso, el caos de los pétalos y el uso de la luz. Hará grupos con tres, con cinco, con doce y hasta con quince flores.
La noche estrellada, 1889
Este es, sin duda, el cuadro más emblemático del autor. El cielo de aquella noche estrellada se fija en la memoria de quien lo ve. Es una fantasía luminosa, una realidad móvil, distorsionada, dinámica, que más que flotar, parece avanzar en líneas ondulantes sobre la verticalidad y geometría constructiva que habita la ciudad.
La verticalidad es subrayada también por un ciprés, pero este, elemento natural, emerge de la base como una llama vegetal que busca arder en ese fuego celeste. Al lado del firmamento encendido, la realidad construida por el hombre luce diminuta. El cuadro fue pintado durante su estancia en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence.
Vea también el análisis del Cuadro La noche estrellada de Vincent van Gogh.
Lirios, 1889
En este cuadro, que Van Gogh pintó durante su reclusión voluntaria en el sanatorio, el pintor representa los lirios del jardín en primer plano, dando uso a la técnica del cloisonismo, al menos en el plano principal. A medida que el foco se aleja, el pintor opta por una mayor indefinición de las formas, jugando con la psicología de la percepción del color.
La piedad, 1889
Van Gogh realiza una versión propia del cuadro La piedad de Eugene Delacroix a partir de una litografía impresa en diagonal opuesta al óleo original.
De allí que la versión de Van Gogh tenga otra orientación. La coloración será también hecha a partir de su propia imaginación, ya que la litografía de referencia era en blanco y negro. ¿Pero por qué acudir a este tema?
Algunos piensan que el artista holandés rivalizaba por entonces con Gauguin y Bernard, volcados ahora a las escenas místicas, a quienes acusaba de no poner “nada de verdad” en sus trabajos. Pero la religiosidad también es un tema presente en los pensamientos de Van Gogh. En ella, intermitentemente, el artista encuentra algún consuelo.
Van Gogh acudía con frecuencia a las litografías que su hermano Theo le enviaba. En una oportunidad, le escribe a su hermano:
Esta última vez, durante mi enfermedad, me sucedió un desafortunado incidente; la litografía de la Pietá de Delacroix y algunas otras hojas, se cayeron sobre aceite y pintura y se deterioraron. Me afligí, pero luego me ocupé en pintarla, y ya la verás algún día. Hice una copia de tamaño 5 ó 6, y creo que tiene sentimiento.
Almendro florido, 1890
En esta obra, Van Gogh deja ver, una vez más, los ecos de la influencia japonesa presentes en el trazo de las flores, que contrastan con el cloisonismo de las ramas delineadas. Este fue dedicado a su sobrino recién nacido, a quien pusieron el nombre de Vincent Willem en homenaje al pintor.
La iglesia de Auvers-sur-Oise, 1890
Agotado de Arlés, sus últimos meses los pasó Vincent van Gogh en Auvers-sur-Oise. Será ese el escenario de inspiración de este nuevo cuadro. Una vez más, surge un azul intenso y misterioso coronando la composición en el cielo.
El tema principal será la catedral que, a pesar de su volumetría vertical, rompe la rigidez de la línea por medio de un trazo nervioso, haciéndola lucir deformada, casi onírica. En la base, dos caminos se abren formando una especie de “v” que rodea la catedral. En el vano que se forma, yace la sombra del edificio sagrado.
Una mujer recorre el camino de la izquierda. Ella le da vida y sentido a un paisaje tan hermoso como perturbador. Su técnica mezclará el puntillismo impresionista con el cloisonismo de Gauguin y Bernard.
Vea también Impresionismo: características, obras y autores más representativos.
Retrato El doctor Paul Gachet, 1890
Van Gogh fue atendido por el doctor Paul Gachet, quien además era amante del arte y aprendiz de pintor. Gachet aceptó posar para Van Gogh, quien hizo de él dos retratos. El primero de ellos es el que presentamos aquí.
El artista lo representa con un traje azul y boina blanca, con el rostro apoyado sobre la mano y el codo hincado sobre la mesa. Un aire pensativo y melancólico invade el rostro. Sobre el mantel, se ven dos libros y un ramillete de planta digital, un tipo de planta de uso medicinal. Estos objetos completan los atributos del doctor, como si de un santo se tratase.
La técnica acude a la superposición de colores unos sobre otros, trazos separados, manchones, sombras logradas con tonos verdosos, trazos concéntricos alrededor de la cabeza del doctor, todo ello para construir una atmósfera nerviosa y viva, donde predomina el azul en contraste con la paleta de amarillos.
Trigal con cuervos, 1890
Este es el último lienzo que pintó Vincent van Gogh. El pintor representa un campo de trigo bajo un cielo inquieto, debido a la fuerza de las pinceladas de azules variados. Algo como unas luces celestes se vislumbran sin mayor claridad y se fusionan con la atmósfera.
En la franja inferior, el trigal está dividido por tres caminos de tierra. Estos caminos son ramificaciones de lo que parece un camino unificado, y se abren como una pata de gallina. Entre ellos, al igual que el cuadro anterior, se forman dos “v”. En esos vanos en forma de “v”, el trigal aparece en tonos amarillos vibrantes interceptados por manchas de castaños, negros y ocres que muestran un cierto caos y dinamismo. Parece que el viento sopla con fuerza.
De los trigales sale volando una bandada de pájaros asociados a los cuervos. Van Gogh ha esquematizado su representación al máximo: los cuervos son apenas sugeridos por trazos negros casi infantiles. Sobre su trabajo ha dominado la expresión simbólica por medio del color y los elementos plásticos llevados al mínimo indispensable.
Biografía de Vincent van Gogh
Vincent Willem Van Gogh nació en el año 1853 en los Países Bajos. Creció en el seno de una familia protestante. Su padre, de hecho, era ministro. Vincent recibió el mismo nombre que llevaría su hermano mayor, quien nació muerto un año antes. El pintor tuvo cinco hermanos: Theo, Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.
Abandonó los estudios a los 15 años y se marchó a trabajar con su tío en una compañía de comercio internacional de arte. Tras ser despedido y dar algunas otras vueltas, emprendió estudios de teología en Bélgica y trabajó como misionero en las minas de carbón, donde compartió con la gente más humilde.
Tras su fracaso como teólogo, se dedicó por entero a la pintura, pasión vieja que ya había adquirido de forma autodidacta. En 1880 decide estudiar en la Academia Real de Bellas artes de Bruselas en Bélgica. Su trabajo como artista, sin embargo, no fue bien recibido. Junto a esto, el artista salió herido en el amor en más de una oportunidad.
Soñó con crear un círculo de artistas, para lo cual alquiló la llamada Casa Amarilla, donde dispuso de una habitación para recibir a Paul Gauguin. Este accedió, pero al cabo de dos meses las relaciones entre ambos se hicieron complicadas. El asunto acabó en la mutilación de parte de la oreja de Vincent. Hasta hoy, no se sabe a ciencia cierta si fue él quien se autolesionó o si encubría a Gauguin.
El pintor acabó por recluirse voluntariamente en el sanatorio. Fue atendido por el Doctor Paul Gachet. En 1890, el pintor murió de un tiro de escopeta en el pecho, tras dos días de agonía. Van Gogh se inculpó a sí mismo. Sin embargo, algunos biógrafos creen que se trató de un homicidio accidental provocado por dos hermanos cazadores en el bosque donde Van Gogh solía pintar. Esta tesis aún no tiene consenso.
Van Gogh en la cultura popular
Vincent van Gogh ha marcado una huella tan importante en la cultura contemporánea que se ha convertido en una referencia obligada, ya por su arte, ya por su historia de genio incomprendido.
Sobre él se han hecho numerosas películas como El loco del pelo rojo (1956), Vincent: the life and death of Vincent van Gogh (1987), Vincent y yo (1990), Vicent y Theo (1990), Van Gogh (1991), Van Gogh: Painted with Words (2010). También ha sido referenciado en películas como Un lobo tras la puerta (1986) o La sonrisa de la Mona Lisa (2003).
Dos obras en particular han llamado nuestra atención. Una, la película Los sueños de Akira Korosawa (1990), que le dedica una escena completa al pintor en el contexto del mundo onírico. Puedes ver la escena completa en el siguiente enlace:
La otra película que atrapa nuestra atención es Loving Vincent (2016), la primera película totalmente animada al óleo, aplicando el estilo pictórico de Van Gogh. Esta película recorre las incógnitas que giran en torno a su muerte. ¿Fue acaso un suicidio o se trató, más bien, de un homicidio involuntario? A partir de un trabajo de investigación casi detectivesco llevado adelante por uno de los personajes, logra componerse un retrato psicológico y estético del pintor de los girasoles. Puedes ver el tráiler aquí:
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- Paul Gauguin: obras esenciales y sus características
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- Los girasoles de van Gogh: análisis y significado de las series de Arlés y París