Pirámides de Teotihuacán

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural
Tiempo de lectura: 9 min.

Teotihuacán es una ciudad prehispánica situada en México, que es considerada patrimonio de la Humanidad gracias a sus fascinantes pirámides. Pero es también un misterio.

El misterio comienza desde el nombre: nadie sabe cómo se llamaba realmente el pueblo autor de las pirámides del Sol y la Luna, pues Teotihuacán fue el nombre que le pusieron los aztecas cuando descubrieron la majestuosa ciudad en el siglo XIV, ya en ruinas. Para los aztecas, la palabra Teotihuacán quería decir algo así como casa de los dioses o lugar donde se hacen los dioses.

De acuerdo con la cronología del especialista René Millon, la ciudad teotihuacana, situada al noroeste de Ciudad de México, habría comenzado unos 100 años a.C. y habría alcanzado su decadencia hacia el año 650 d.C. Así, sus dominios se habrían extendido por 700 años aproximadamente, pero cuando los aztecas descubrieron el asentamiento, solo quedaban aquellas magníficas estructuras.

teotihuacan
Vista general de Teotihuacán

La cultura responsable por la maravilla urbana y arquitectónica de Teotihuacán no dejó rastros de escritura. Por esta y otras razones, no se sabe mucho sobre quiénes eran, cuál era su lengua o su origen.

Se presume que los teotihuacanos provenían del valle de Anáhuac y de un grupo importante proveniente de Cuicuilco, una ciudad situada a 35 km de Teotihuacán.

Cuicuilco fue un centro religioso importante, pero tras la erupción de un volcán, sus pobladores se vieron forzados a desplazarse. Se cree que una parte de esos habitantes logró huir hacia Teotihuacán, símbolo de un nuevo pacto con los dioses.

Conozcamos qué se esconde detrás de los vestigios de las pirámides de la magnífica Teotihuacán.

Pirámide del Sol

piramide del sol
Pirámide del Sol. 213 metros de altura.

La pirámide del Sol representa el axis-mundi o eje del mundo, punto donde se conecta el cielo y la tierra. Tiene 20 pisos y una altura total de 213 metros.

Cada lado de la pirámide tiene 225 metros y, además, el edificio tiene cinco cuerpos troncocónicos. El túnel frente a la plataforma adosada tiene un total de 6,5 mt.

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Vista satelital de la pirámide del Sol.

Este monumento representa el lugar más sagrado de Teotihuacán, pues debajo de la pirámide hay una cueva de 100 metros desde su entrada hasta la base que simbolizaba el lugar del origen del mundo.

Los teotihuacanos creían que los seres humanos provenían de las cuevas o cavernas, razón por la cual veían a la Tierra como una matria.

Pirámide de la Luna

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Pirámide de la Luna. 45 metros de altura.

La pirámide de la Luna fue ampliada en varias ocasiones. Se construyó debajo de la pendiente de una montaña, considerada la casa del dios de las tormentas. Por lo tanto, la pirámide de la Luna se hizo en honor a ese dios.

Desde ella, se observaban los movimientos de las estrellas. Los teotihuacanos veían los cuerpos celestes como seres que viajaban al Averno y salían de él cada día, con el nacimiento del sol.

pirámide de la luna
Vista satelital de la pirámide de la Luna.

La pirámide de la Luna tiene cerca de 45 metros por lado y 45 metros de alto. Aunque es notoriamente más pequeña que la del Sol, está dispuesta sobre un terreno alto, que le da la misma altura que a esta. Al lado, la pirámide de la Luna tiene una estatua de la diosa de la agricultura de la época tolteca primitiva.

Pirámide de la Serpiente Emplumada

templo de la serpiente emplumada
Detalle del templo de la Serpiente Emplumada.

La pirámide de la Serpiente Emplumada es un edificio cívico-religioso que representa el corazón de la ciudad. Ubicada en una plaza cuadrangular de 400 metros por lado, está formada por siete cuerpos y decorada con serpientes en representación de Cipactli, que quiere decir 'cocodrilo', que a su vez representa el primer día del calendario lunar de 260 días.

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Vista satelital del templo de la Serpiente Emplumada.

La pirámide posee un túnel y tres cámaras donde podrían estar los cuerpos de personajes importantes de la época. Detrás de esta pirámide, hay dos conjuntos habitacionales.

Palacio de Quetzalpapálotl

Palacio de Quetzalpapálotl
Patio del palacio de Quetzalpapálotl.

Aunque este artículo es sobre las pirámides, podemos hacer breve mención del palacio de Quetzalpapálotl. Se trata de una vivienda de la élite sacerdotal. Tiene como acceso principal una escalinata custodiada por jaguares, decorados estos con penachos de plumas de quetzal.

Otros elementos decorativos son los caracoles marinos y corazones humanos frente a los jaguares. La decoración representa el culto a la divinidad del agua.

Construcción de la ciudad

vista aérea teotihuacán
Vista satelital de Teotihuacán. Tomada de Google Earh.

La ciudad de Teotihuacán fue concebida en base al orden y la regularidad. Se encuentra alineada con los movimientos de las estrellas en relación con las montañas cercanas. Así, se favorece la contemplación de los solsticios de verano e invierno.

Tomó cientos de años construir la ciudad de Teotihuacán. Todo el proyecto está atravesado por una gran vía pública, llamada por los aztecas "avenida de los muertos", pues estos creían que allí estaban las tumbas de los reyes.

No solamente fueron construidas pirámides, sino también viviendas, que albergaron alrededor de 200 mil teotihuacanos. Esta fue la cultura que invirtió más tiempo y recursos en la vivienda de sus pobladores.

La ciudad tiene dos ejes fundamentales: eje norte-sur, representado por la calzada de los muertos, y el eje este-oeste, antes constituido por el río San Juan, que fue desviado deliberadamente para coincidir con el sur del este.

En efecto, la pirámide del Sol y la ciudadela señalan la salida y puesta del sol respectivamente en ciertas épocas del año, lo que servía de orientación para las actividades agrícolas.

La ciudadela, que tiene un conjunto de 13 templos alrededor de una plaza donde está la pirámide de la Serpiente Emplumada, se puede resumir de la siguiente forma:

  • Templos, palacios y casas de alto rango.
  • Pirámides del Sol y de la Luna.
  • Casa del sacerdote.
  • Palacio de Quetzalpapálotl.
  • Palacio de los Jaguares
  • Estructura de caracolas emplumadas.
  • Templo de Quetzalcóatl.
  • Ciudadela y otros.

Los basamentos están erigidos sobre un núcleo hecho de adobe, revestidos de estuco y piedra. Los frisos, cuando se encuentran decorados, tienen relieves geométricos.

Historia y cultura teotihuacana

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Detalle decorativo de la ciudadela de Teotihuacán.

Aunque no es mucho lo que se sabe, a partir de los vestigios hallados por los arqueólogos, es posible comprender algunos rasgos de esta cultura.

Se sabe que, para los teotihuacanos, el grupo social prevalecía sobre el individuo. Era una cultura antiindividualista, lo que explica el carácter de su planificación urbana, que no solo contempla edificios de culto y de gobierno, sino zonas habitacionales, tanto para la élite sacerdotal como para los demás pobladores del lugar.

Dentro del grupo social, había un sector que gozaba de gran prestigio: los soldados. Este prestigio se debe al hecho de que los soldados expresaban claramente el valor comunitario de los teotihuacanos, ya que, en términos teóricos al menos, el soldado se sacrifica a sí mismo por la comunidad.

Un rasgo interesante de la sociedad teotihuacana se desprende de esto: el soldado era respetado y tenido en consideración a diferencia del gobernante, al que no se le rendía culto, ya que, para los teotihuacanos, los gobernantes no eran dioses ni seres especiales. De hecho, no dejaron registros de que hubiera algo así como un culto a la personalidad. Por el contrario, todo lo que se ha hallado, al menos hasta la fecha, subraya el carácter colectivista de esta cultura.

Algunos investigadores creen que esto es lo que explica su rechazo a la escritura. Se entiende que Teotihuacán rechazó la posibilidad de escribir pues, durante su dominio, tuvo que comerciar con los mayas, que sí tenían escritura. Por lo tanto, no era imposible de concebir esta posibilidad. Simplemente, no adoptaron el sistema.

Para los expertos, esto es explicable solo por un factor cultural. Posiblemente, querían diferenciarse de los vecinos que registraban la vida de sus líderes por escrito. Para la élite teotihuacana, existía solo una meta, más pragmática que trascendental: mejorar la calidad de vida de la gente corriente.

Pero, en contraste con esto, los teotihuacanos tenían una obsesión con los malos augurios, pues creían que la vida era robada a los dioses. De aquí surgió la creencia de que debían contentarlos, devolviéndoles los huesos que les habían sido robados. Ese sería el papel de los sacrificios practicados, teoría confirmada por el hallazgo de cadáveres bajo las pirámides.

Pero no solo eso. Los teotihuacanos creían que la madre naturaleza debía ser respetada, pues, en efecto, la consideraban una madre. Por eso, con el paso de los siglos, y ante los fenómenos naturales que les llegaron a afectar, atribuyeron sus males a la edificación de los monumentos, ya que, para hacerlos, debieron talarse grandes áreas boscosas.

La utopía de la ciudad perfecta implicaba sacrificar la naturaleza. Esta es la razón por la cual, hacia el final de su dominio, los mismos pobladores de Teotihuacán se rebelaron en contra de esto y quemaron los edificios, intentando destruirlos. Así de extraña, así de misteriosa, nos resulta hoy Teotihuacán.

Vea en el siguiente enlace un recorrido sobre la ciudad de Teotihuacán hecho con un drone:

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.