Poema 15 de Neruda: la polémica en torno al verso "Me gustas cuando callas"

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 11 min.

Poema 15 del escritor chileno Pablo Neruda es uno de los textos más emblemáticos de la poesía amorosa en lengua española. Su primera línea es célebre y ha sido ampliamente citada, musicalizada y parodiada: "Me gustas cuando callas porque estás como ausente".

A lo largo del tiempo, ha sido objeto tanto de adoración como de críticas, ya que algunos señalan una visión pasiva e idealizada de la mujer.

Poema 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Estructura

El poema está compuesto por cinco estrofas de cuatro versos cada una, lo que le da una estructura regular de quintillas, aunque con métrica y rima libre. Esta forma proporciona musicalidad sin ceñirse a patrones estrictos.

Se destacan repeticiones de ciertos versos, como el célebre “Me gustas cuando callas porque estás como ausente”, que aparece al inicio y al final del poema creando un efecto de circularidad.

Temas principales del Poema 15

Los principales temas que trabaja el poema son

El silencio como forma de amor

El poema explora el silencio como una forma intensa de presencia. Lejos de interpretarlo como desinterés o ausencia de afecto, el hablante encuentra en él un espacio sagrado que permite una comunión más profunda.

Así, la voz poética se silencia también a sí misma en una especie de equilibrio espiritual con la figura amada: “déjame que me calle con el silencio tuyo”. No hay necesidad de palabras cuando hay una conexión íntima que trasciende el lenguaje.

A nivel simbólico, este tema se conecta con una idea mística del amor, donde el lenguaje racional queda suspendido para dar paso a una experiencia espiritual.

La ausencia y la distancia

Aquí la mujer aparece como una figura lejana, casi fantasmal. Aparece como un ser que casi no pertenece al mundo material.

Esta distancia no angustia al hablante lírico, sino que alimenta su deseo y su idealización. La joven no necesita estar presente físicamente ni hablar para ser intensamente amada. Su lejanía y su aura misteriosa la vuelven aún más fascinante, casi como una visión divina. Entonces, la ausencia se transforma en una presencia aún más intensa.

También puede verse una contradicción sutil: cuanto más lejana está, más íntimamente la siente el yo poético. Esta tensión entre lo inalcanzable y lo profundamente sentido forma el núcleo emocional del poema.

La melancolía

A lo largo del poema se percibe un tono nostálgico, apacible, casi resignado. El amor se vive como una contemplación suave, pero cargada de una tristeza sutil:

De este modo, el hablante no reclama ni exige. Se conforma con lo que se le da: una sonrisa, una palabra, un silencio. La melancolía no nace del rechazo, sino del reconocimiento de la fragilidad de esa belleza silenciosa, que podría desvanecerse en cualquier momento.

Esta tristeza amorosa es más existencial que dramática. Refleja una aceptación madura del amor como un estado de contemplación vulnerable. No hay lucha, ni posesión, ni triunfo. Sólo reverencia ante algo bello y frágil, como la noche estrellada o una mariposa de sueño.

La contemplación pasiva de la amada

Una de las características más llamativas del poema es la postura pasiva y casi devocional del hablante. No hay pasión desbordada ni erotismo explícito, sino un mirar callado, un admirar sin intervenir.

Así, la amada se convierte en símbolo, en espejo del alma del hablante. Él no intenta poseerla ni alterar su estado: le basta con observarla, con dejarse afectar por su silencio y su belleza. Es un amor más espiritual que carnal, más platónico que pasional.

En contraste con otras poesías de amor más posesivas o apasionadas, aquí el sujeto se coloca en un lugar casi de devoción silenciosa, como si sólo mirar bastara.

Símbolos

  • El silencio: Es el símbolo central del poema. No se trata simplemente de la falta de palabras, sino que es una forma de comunicación espiritual. El hablante quiere “hablar con su silencio”, como si fuese un lenguaje propio.
  • La mariposa: Aparece en la metáfora “mariposa de sueño”, símbolo de fragilidad, belleza efímera y también de transformación. La mujer es como un ser de otro mundo, leve e intangible.
  • La noche y las estrellas: Cuando dice “Eres como la noche, callada y constelada”, se presenta a la mujer como un universo completo y misterioso. Además, la noche sugiere intimidad, misterio y recogimiento.
  • La muerte (aparente): En “distante y dolorosa como si hubieras muerto”, el hablante compara la ausencia de la amada con la muerte. Es necesario aclarar que no se trata de una pérdida real, es una forma extrema de lejanía. Por ello, con una sola sonrisa de ella “basta” para romper esa angustia.

Figuras retóricas

  • Anáfora: La repetición del verso “Me gustas cuando callas…” refuerza el tono meditativo y musical del poema. Cada vez que aparece, introduce una nueva reflexión.
  • Símil: El poema está lleno de comparaciones: “porque estás como ausente”, “como si hubieras muerto”, “como una lámpara”, “como un anillo”. Sugieren la imposibilidad de capturar plenamente a la amada.
  • Metáfora: “Mariposa de sueño” y “tu silencio es de estrella” son imágenes poéticas que dan a la mujer una cualidad etérea y casi irreal.
  • Paralelismo: Se repite la estructura gramatical en varios versos para generar ritmo: “Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza” / “Y estás como quejándote, mariposa en arrullo”.

Autor y contexto de escritura

Biografía

Neftalí Reyes nació en Temuco (Chile) el 12 de julio de 1904. Cuando comenzó su carrera como escritor adoptó el seudónimo de Pablo Neruda.

Con los años logró convertirse en una de las figuras fundamentales de la poesía hispanoamericana, por lo que fue reconocido con el Premio Nobel en 1971.

Existe un intento totalizador detrás de su creación, pues abordó temas tan variados como el tiempo, el amor, el erotismo, el compromiso político y la naturaleza. Como creador, se convirtió en una especie de intermediario del pueblo e intentó transmitir la historia y la belleza mítica del continente latinoamericano.

Trabajó muchos registros. En primera instancia, innovó a través del vanguardismo en los poemas de Residencia en la tierra y también utilizó la simpleza en sus Odas elementales, donde lo cotidiano se convirtió en tema poético.

Hasta hoy es recordado no sólo como escritor, sino que por su labor como diplomático y por su compromiso político hacia el partido comunista. Resulta de especial mención la organización del traslado de 2000 refugiados españoles en 1939 hacia Chile en el famoso barco Winnipeg.

Contexto de escritura

"Poema 15" fue escrito en los años de juventud del autor, cuando tenía apenas 19 años. Forma parte del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, una obra que refleja una visión melancólica del amor.

Estos poemas no están dirigidos a una sola mujer, sino que construyen un arquetipo femenino que representa el amor, el deseo, la pérdida y la contemplación.

Crítica contemporánea: debates sobre el carácter machista del poema

Aunque este poema ha sido considerado durante décadas como una expresión sublime del amor silencioso y contemplativo, en años recientes ha sido objeto de relecturas que lo acusan de contener una visión patriarcal del amor.

Estas críticas surgen especialmente desde los estudios de género y desde la literatura feminista, que cuestionan la forma en que el hablante lírico representa a la mujer.

Dentro de las acusaciones se señalan varios aspectos:

Pasividad de la figura femenina

En el poema la amada aparece como una figura silenciosa, ausente, pasiva, casi etérea. No tiene voz propia: su silencio es exaltado como virtud. No actúa, no responde y sólo a través del deseo y la contemplación del hablante adquiere sentido.

Esta representación ha sido interpretada como una forma de cosificación, donde la mujer deja de ser sujeto y se convierte en un objeto de adoración estética. Su individualidad queda anulada, reducida a la función de inspirar.

Silencio como deseo masculino

La frase “Me gustas cuando callas porque estás como ausente” ha sido duramente cuestionada, pues sugiere que la mujer es más deseable cuando no interviene y no incomoda con su presencia activa.

Desde esta óptica, el poema se lee como una manifestación de un deseo masculino de control o idealización de la mujer en su estado más inofensivo: silenciosa, lejana, decorativa.

Idealización que borra la identidad

La comparación con una mariposa, la noche o las estrellas contribuye a desmaterializar a la amada. Ya no es una persona concreta, sino una serie de metáforas delicadas que la alejan de la realidad.

Esta idealización es vista por algunas corrientes críticas como una forma sutil de anular la voz, la agencia y la identidad femenina, escondida tras un lenguaje aparentemente amoroso.

Matices y defensas

Es importante señalar que otros lectores defienden el poema como una expresión de amor contemplativo, donde el silencio no se impone, sino que se celebra como una forma de conexión espiritual. Según esta visión, el hablante no busca callar a la mujer, sino encontrar en su silencio una armonía mutua.

Asimismo, se argumenta que, al tratarse de una obra escrita en 1924, refleja los códigos estéticos y sociales de su época. Por tanto, el valor literario no debe medirse únicamente con criterios contemporáneos.

Impacto cultural y legado

"Poema 15" es uno de los poemas más conocidos y citados de Pablo Neruda y, por extensión, de la poesía en lengua española del siglo XX.

Su verso inicial se ha convertido en una de las frases más emblemáticas de la literatura amorosa hispanoamericana, pero también en una de las más debatidas y reinterpretadas desde ópticas contemporáneas.

Por ello, el poema ha trascendido el ámbito literario y ha penetrado en la cultura popular de múltiples maneras:

Música

Ha sido adaptado por distintos artistas a lo largo de las décadas, tanto en versiones más clásicas como en arreglos contemporáneos.

La popular cantante argentina Mercedes Sosa tiene una adaptación realizada en 1976 que ha trascendido el tiempo.

Por su parte, el cantautor español Paco Ibáñez grabó el disco Paco Ibáñez interpreta a Pablo Neruda en 1977, donde se incluye una de las versiones musicalizadas más famosas del poema.

Educación

El poema es parte del currículum escolar en muchos países de América Latina y España, siendo uno de los primeros contactos que muchos estudiantes tienen con la poesía amorosa.

Reapropiación cultural

En redes sociales, el poema ha sido objeto de parodias, memes y reinterpretaciones feministas. Algunos lo resignifican, lo invierten o lo reescriben desde la perspectiva de la mujer que “no quiere callar”. Esto demuestra que su alcance cultural sigue creciendo, incluso cuando es cuestionado.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.