Poema Caminante no hay camino de Antonio Machado (análisis)
Antonio Machado (1875 - 1939) fue un destacado escritor español, perteneciente a la generación del 98. Aunque fue narrador y dramaturgo, dentro de su producción destaca la poesía.
Entre sus influencias se encuentra la estética modernista de Rubén Darío, la filosofía y el folclor español que le inculcó su padre. Así, fue desarrollando una lírica intimista en la que reflexiona sobre la existencia humana.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Análisis
Este poema pertenece a la sección "Proverbios y cantares" del libro Campos de Castilla, publicado en 1912. En él meditó sobre la fugacidad de la vida a través de personajes y paisajes que recuerdan a su España natal.
Los versos del número XXIX se han popularizado con el título "Caminante no hay camino" que corresponde a su primera estrofa y es uno de los textos más conocidos del autor.
El viaje como tema central
Desde sus orígenes, la literatura se ha interesado por el viaje como alegoría de la vida y del proceso de autoconocimiento del individuo. A través del tiempo, varias obras lo han destacado como una experiencia transformadora que desafía a sus protagonistas y les permite crecer.
En diferentes épocas y contextos, libros como La Odisea de Homero, Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes o Moby Dick de Herman Melville, plantean la idea del ser humano como un pasajero en una travesía transitoria.
El escritor Robert Louis Stevenson en Viajes con una burra por los montes Cevennes (1879), declaró:
Lo grande del asunto es moverse, experimentar más de cerca las necesidades y complicaciones de la vida; salirse de ese colchón de plumas que es la civilización y encontrar bajo los pies el granito del globo, con cortantes esquirlas de sílex.
Así, se puede entender el viaje como un motivo de carácter universal que resulta necesario para el trayecto vital de toda persona que desee no sólo conocer el mundo, sino que también a sí misma.
Por ello, Machado lo escoge como tema central de su poema, en el que alude a un viajero desconocido que debe ir creando su camino paso a paso. De este modo, se convierte en una aventura que promete alegrías y descubrimientos, así como también encierra peligros y sucesos inesperados. Se trata de un recorrido que no puede planificarse, porque "se hace camino al andar".
Asimismo, es importante mencionar que los versos destacan la idea de vivir el presente de forma plena, sin preocuparse de lo que ocurrió antes. El autor declara:
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Con esta máxima, anima al lector a encarar la existencia como un regalo que debe apreciarse, sin necesidad de martirizarse por cosas que ya sucedieron. El pasado es imposible de cambiar, por lo que es necesario continuar la senda.
Tópico Vita Flumen
El tópico vita flumen es de origen latino y significa "la vida como río". Hace alusión a la existencia como un río que fluye sin jamás detenerse, siempre en constante movimiento y transformación.
En su poema, Machado se refiere a un camino que se va construyendo y que finaliza como "estelas en la mar". Es decir, hacia el final, las personas se suman a un todo. Este último verso puede entenderse como una referencia a las famosas Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique. En el verso número III dice:
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir
Con estas líneas, Manrique se refiere a ser humano como una especie de afluente individual que sigue su propio destino. Una vez terminada su tarea, se une a la inmensidad del mar, a donde llegan todos los demás ríos que componen el mundo.
Bibliografía:
- Barroso, Miguel Ángel. (2021). "El viaje como pulsión literaria". ABC Cultural, 28 de mayo.
- Medina-Bocos, Amparo. (2003)."Introducción" a Coplas de Jorge Manrique. Edaf.
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