7 poemas cortos de Pablo Neruda que te encantarán
Pablo Neruda (Chile, 1904 - 1973) es uno de los poetas más destacados del siglo XX. Su obra recoge varios registros, desde el desgarro amoroso hasta el compromiso social.
En la siguiente selección se pueden encontrar algunos de sus poemas cortos. Aunque no forman parte de su repertorio más famoso, son textos que develan sus inquietudes, reflexiones y muestran lo mejor de su estilo.
1. Punto
No hay espacio más ancho que el dolor,
no hay universo como aquel que sangra.
"Punto" es un poema que casi nadie asocia a Neruda. Forma parte de su libro Estravagario (1958), en donde se marcó un nuevo cambio en su obra, ya que quiso experimentar con la ironía y el humor.
A través de la simpleza, el hablante lírico plantea que el dolor es más vasto que cualquier espacio imaginable, pues puede expandirse y acapararlo todo.
De esta forma, resulta completamente subjetivo. En la individualidad de cada persona, el sufrimiento se puede sentir como un universo que consume. Por ello, se recurre al verbo "sangra", que alude a una herida abierta.
2. Océano
Cuerpo más puro que una ola,
sal que lava la línea,
y el ave lúcida
volando sin raíces.
El mar fue uno de los grandes motivos en la poética de Neruda. Era un lugar que le intrigaba no sólo por su belleza, sino por los secretos que escondía.
En estos versos alude al océano como un espacio de libertad, ya que su eterno movimiento se relaciona con la constante renovación. Así, el ave puede entenderse como una metáfora del individuo que el hablante lírico desea ser. Es "lúcida", es decir, actúa con racionalidad, pero mantiene la independencia en su actuar, sin atarse a nada.
3. América no invoco tu nombre en vano
América no invoco tu nombre en vano.
Cuando sujeto al corazón la espada,
cuando aguanto en el alma la gotera,
cuando por las ventanas
un nuevo día tuyo me penetra,
soy y estoy en la luz que me produce,
vivo en la sombra que me determina,
duermo y despierto en tu esencial aurora:
dulce como las uvas, y terrible,
conductor del azúcar y el castigo,
empapado en esperma de tu especie,
amamantado en sangre de tu herencia.
Este es uno de los poemas más populares de Canto General (1950). Aquí se puede ver el compromiso político con el continente.
Como poeta reconocido, Neruda decide aprovechar el espacio que tiene para convertirse en la voz de los oprimidos. De este modo, a través del poder de las palabras, busca rescatar la herencia ancestral que como latinoamericano posee.
4. La primavera
El pájaro ha venido
a dar la luz:
de cada trino suyo
nace el agua.Y entre agua y luz que el aire desarrollan
ya está la primavera inaugurada,
ya sabe la semilla que ha crecido,
la raíz se retrata en la corola,
se abren por fin los párpados del polen.Todo lo hizo un pájaro sencillo
desde una rama verde.
En 1962 Neruda publicó Plenos poderes, una obra que se enmarca en una etapa más reflexiva. Así, sus poemas se enfocaron en el análisis de los elementos y ciclos naturales, como puede verse en este poema en el que alaba el poder creador y casi mágico de la naturaleza.
5. Nada más
De la verdad fui solidario:
de instaurar luz en la tierra.Quise ser común como el pan
la lucha no me encontró ausente.Pero aquí estoy con lo que amé
con la soledad que perdí:
junto a esta piedra no reposo.Trabaja el mar en mi silencio.
Estos versos reflejan varias de las preocupaciones centrales del poeta a lo largo de su obra: el compromiso con la verdad, la solidaridad con los demás y la lucha por causas sociales.
En este sentido, las dos primeras estrofas aluden a una juventud en la que intentó ser uno más del pueblo y utilizar su poesía como arma contra las injusticias.
Luego, aparece la introspección, debido a que se encuentra en un momento cercano a la muerte. Así, el hablante lírico reflexiona sobre su legado, su vida y qué imagen de sí mismo quedará en el mundo.
6. Epitafio
Ésta fue la mujer herida:
en la noche de los caminos
tuvo por sueño una victoria,
tuvo por abrazo el dolor,
Tuvo por amante una espada.
En 1962 Neruda publicó La insepulta de Paita, elegía dedicada a la memoria de Manuela Sáenz, amante de Simón Bolívar. En estos versos imagina el mensaje que debería inscribirse en la lápida de aquella mujer que amó y acompañó al líder latinoamericano que tanto admiración causó en el poeta.
7. Orinoco
Orinoco, déjame en tus márgenes
de aquella hora sin hora:
déjame como entonces ir desnudo,
entrar en tus tinieblas bautismales.
Orinoco de agua escarlata,
déjame hundir las manos que regresan
a tu maternidad, a tu transcurso,
río de razas, patria de raíces,
tu ancho rumor, tu lámina salvaje
viene de donde vengo, de las pobres
y altivas soledades, de un secreto
como una sangre, de una silenciosa
madre de arcilla.
Neruda dedicó gran parte de su obra a describir y alabar las bellezas de la naturaleza, especialmente del continente americano. En Canto General (1950) se encuentran varios textos dedicados a lugares que le resultaban significativos.
Aquí decide enfocarse en el río Orinoco que pasa por Venezuela y Colombia. De esta manera, el agua se transforma en una especie de madre para el hablante lírico.
Ver también: