16 poemas cortos dedicados a mamá para niños
Los poemas son un recurso ideal para que los niños puedan expresar el amor que sienten hacia sus madres.
A continuación, te proponemos una lista de 16 poemas cortos dedicados a mamá para niños. En esta selección, perfecta para regalar en el Día de la Madre o en cualquier momento, encontrarás poesías de autores conocidos.
1. Caricia, de Gabriela Mistral
Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...
Los besos y el regazo de una madre son el lugar más seguro para un hijo. La poeta chilena dedicó parte de su poesía al tema de la maternidad. Esta composición, del poemario Ternura (1924), es una hermosa declaración de amor hacia una madre.
2. Rima XXIII, de Gustavo Adolfo Bécquer
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.
El amor es uno de los temas principales de la creación poética de Gustavo Adolfo Bécquer. No hay nada como estos versos para describir ese sentimiento tan puro y profundo que sentimos hacia nuestras madres, a las que nos encanta colmar de besos.
3. Canción Tonta, de Federico García Lorca
Mamá,
yo quiero ser de plata.
Hijo,
tendrás mucho frío.Mamá.
Yo quiero ser de agua.
Hijo,
tendrás mucho frío.Mamá.
Bórdame en tu almohada.
¡Eso sí!
¡Ahora mismo!
Entre 1921 y 1924, el poeta granadino escribió una serie de composiciones que aludían a la infancia, incluidas en el poemario Canciones. En este poema se establece una especie de diálogo entre el hablante lírico niño y su madre, una figura que se muestra protectora ante los deseos de su pequeño.
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4. Mamá, llévame a la cama, de Unamuno
Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquel.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquel?
No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.
En muchas ocasiones, las madres acompañan a sus hijos mientras estos concilian el sueño. Es una tierna imagen que suele estar presente a lo largo de nuestra vida, por eso se merecen nuestro agradecimiento.
En este poema, el hablante lírico, desde los ojos de un niño, le pide a su progenitora que lo lleve a dormir.
5. Renacimiento, de Antonio Machado
Galerías del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
El recuerdo de una madre permanece para siempre, a pesar del paso de los años. En este poema de Machado, el hablante lírico evoca un recuerdo del pasado, donde su madre lo acompañaba. Se trata de una reminiscencia casi paradisíaca.
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6. Puentes, de Elsa Bornemann
Yo dibujo puentes
para que me encuentres.
Un puente de tela,
con mis acuarelas…
Un puente colgante,
con tiza brillante…
Puentes de madera,
con lápiz de cera…
Puentes levadizos,
plateados, cobrizos…Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles…
Y tú... ¡Quién creyera!
¡No los ves siquiera!
Hago cien, diez, uno...
¡No cruzas ninguno!
Mas... como te quiero...
dibujo y espero.
¡Bellos, bellos puentes
para que me encuentres!
La escritora argentina Elsa Bornemann escribió este poema en su libro El libro de los enamorados (1987). Se trata de una compilación de poemas que acerca el amor a los más pequeños.
No hay nada como el amor maternal, por eso, esta divertida composición en la que el hablante lírico establece una especie de “juego infantil” con la persona amada, es ideal para dedicar a las mamás.
7. Versos de la madre, de Gloria Fuertes
Cierra los ojitos,
mi niño de nieve.
Si tú no los cierras,
el sueño no viene.Arriba, en las nubes,
las estrellas duermen;
y abajo, en el mar,
ya sueñan los peces.Mi niño travieso,
mi niño no duerme.
Pájaros dormidos,
el viento los mece.Con sueño, tu sueño
sobre ti se extiende.
Ángel de su guarda,
dime lo que tiene.Que venga la luna
que a la estrella mece:
que este niño tuyo
lucero parece.
En la obra poética de Gloria Fuertes, poeta que marcó la infancia de diferentes generaciones de niños, encontramos este poema ideal para dedicar a las mamás. Estos versos evocan la dulce imagen de una mamá tratando de dormir a su pequeño.
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8. Dulzura, de Gabriela Mistral
Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo.Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
y en tus brazos locos
tenme suspendido.Madrecita mía,
todito mi mundo,
déjame decirte
los cariños sumos.
En el poemario Ternura (1924) se encuentra este poema ideal para dedicar a las madres. En él, el hablante lírico expresa todo el amor y el cariño que siente hacia su progenitora. Se trata de una composición que sirve para que los niños expongan con palabras el amor más puro que existe.
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9. Cuéntame un cuento Madre, de Marilina Rébora
Cuéntame un cuento, madre...
Madre: cuéntame un cuento de esos que se relatan
de un curioso enanito o de una audaz sirena;
tantos que de los genios maravillosos tratan.
Esas lindas historias que conoces. ¡Sé buena!
dime de caballeros que a princesas rescatan
del dominio de monstruos dragón, buitre, ballena;
donde nadie se muere y los hombres no matan,
historias en países que no saben de pena.
Cuéntame un cuento, madre, que me quiero dormir
escuchando tu voz, asido de tu mano;
como hansel y gretel, seré en sueños tu hermano,
aunque en sombra andaremos tras de la misma senda
y escribiremos juntos nuestra propia leyenda,
y, tal vez, como chicos, dejarás de sufrir.
No hay una imagen más tierna que la de una madre narrando un cuento a sus pequeños. En este poema, de la pintora y poeta argentina Marilina Rébora, el hablante lírico le pide a su madre que le cuente una historia para dormir.
10. Mis ojos sin tus ojos, no son ojos, de Miguel Hernández
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos…No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.
En el día a día de un niño, la figura materna es uno de sus principales referentes. En este poema de Miguel Hernández, el hablante lírico expresa su amor a la persona que más ama, sin la cual su existencia parece no tener sentido. Por eso, este soneto es ideal para que los niños muestren a sus mamás la importancia que ellas tienen en su vida.
11. La reina, de Pablo Neruda
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce.
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo
que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas
suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo.
Solo tú y Yo,
solo tú y yo, amor mío,
lo escuchamos.
Para cada niño, su madre es la mejor del mundo entero. En el poemario Los versos del Capitán (1951), de Neruda, el hablante lírico destaca a su amada de entre todas las mujeres, elevándola a la categoría de “reina”. Porque cada madre es única, este poema es ideal para dedicar a las mamas.
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12. Contigo, de Luis Cernuda
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.¿Mi gente?
Mi gente eres tú.El destierro y la muerte
para mí están adonde
no estés tú.¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Las madres juegan un rol fundamental en nuestra trayectoria vital. Con estos versos de Cernuda, los más pequeños pueden expresar el amor que sienten hacia su mamá, la mujer que da sentido a sus vidas.
13. Amor filial, de Amado Nervo
Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.Si duermo, ellos velan mi sueño;
si lloro, están tristes los dos;
si río, su rostro es risueño;
mi risa es para ellos el sol.Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser bueno y feliz.
Mi padre por mi lucha y piensa,
mi madre ora siempre por mí.
Siempre es un buen momento para agradecer a nuestros progenitores por todo lo que han hecho por nosotros. Con este poema de Amado Nervo, el hablante lírico expresa el amor que siente hacia sus padres, destacando la labor de cada uno de ellos y su apoyo incondicional.
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14. Palabras a mi madre, de Alfonsina Storni
No las grandes verdades yo te pregunto, que
No las contestarías; solamente investigo
Sí, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.Y sí, cuando en tu seno de fervores latinos,
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
Te adormeció las noches, y miraste en el oro
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.Porque mi alma es toda fantástica, viajera
Y la envuelve una nube de locura ligera
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.Y gusta si el mar abre sus fuertes pebeteros.
Arrullada en un claro cantar de marineros
Mirar las grandes aves que pasan sin destino.
En la creación poética de la escritora argentina Alfonsina Storni, encontramos estos versos dedicados a su madre. Este poema, en el que la maternidad se expresa a través de los elementos de la naturaleza, es ideal para niños más mayores.
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15. La ventana, de Silvina Ocampo
En tu cuarto asomada a la ventana
antes que yo naciera te adivino
entre felices cantos, más cercana
de los follajes vagos del camino
que de tu casa y de tu fiel belleza.
No te daba mi ausencia esa tristeza
que me dejaste en el jazmín fragante
o en la voz del verano exuberante.
Lentas eran las horas. Me esperabas
y yo he desesperado. Suavemente,
en tus recuerdos, sola, me buscabas
con dicha al alejarte de la gente
y de la pena antigua de aquel coche
que dejaba las quintas en la noche.
En este poema de la escritora y poeta argentina Silvina Ocampo, el hablante lírico imagina cómo era la vida de su madre mientras esperaba su llegada al mundo. Unos versos ideales para que los más mayores de la casa compartan con su mamá.
16. Hay ojos que miran, de Unamuno
Hay ojos que miran, —hay ojos que sueñan,
hay ojos que llaman, —hay ojos que esperan,
hay ojos que ríen —risa placentera,
hay ojos que lloran —con llanto de pena,
unos hacia adentro —otros hacia fuera.Son como las flores —que cría la tierra.
Mas tus ojos verdes, —mi eterna Teresa,
los que están haciendo —tu mano de hierba,
me miran, me sueñan, —me llaman, me esperan,
me ríen rientes —risa placentera,
me lloran llorosos —con llanto de pena,
desde tierra adentro, —desde tierra afuera.En tus ojos nazco, —tus ojos me crean,
vivo yo en tus ojos —el sol de mi esfera,
en tus ojos muero, —mi casa y vereda,
tus ojos mi tumba, —tus ojos mi tierra.
No hay ojos que nos miren mejor que los de nuestras madres. El escritor y filosofo español Miguel de Unamuno dedicó un poema a los ojos. En estos versos, el hablante lírico manifiesta sus sentimientos a su amada, Teresa, centrándose en los ojos de esta.
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