Y sin embargo se mueve
Qué significa Y sin embargo se mueve:
“Y sin embargo se mueve” es una frase erróneamente atribuida al científico italiano Galileo Galilei, quien la habría pronunciado luego de ser obligado a retractarse del modelo heliocéntrico del universo que proponía, en contradicción con la visión del mundo aceptada por la Iglesia católica.
Galilei Galilei consideraba, gracias a sus observaciones sobre el movimiento de los astros, que la Tierra y los demás planetas giraban en torno al Sol, y no que los demás cuerpos celestes, incluido el Sol, giraban en torno a nuestro planeta.
De ahí que la afirmación “y sin embargo se mueve” sea enormemente significativa, pues ilustra el conflicto que, en torno a la verdad, había entre la religión y la ciencia. A continuación, te contamos la historia.
Historia detrás de la frase “Y sin embargo se mueve”
El trabajo científico de Galileo Galilei supuso, en su momento histórico (el Renacimiento), una ruptura con el modelo del universo y la visión del mundo aceptada por la Iglesia católica.
Cuestionamiento del modelo geocéntrico
Galilei, con sus observaciones, contradecía a Claudio Ptolomeo, quien, basado en las ideas de Aristóteles, sostenía que la Tierra era inmóvil y se encontraba en el centro del universo, y que los demás planetas y el Sol giraban en torno a ella, es decir, la teoría conocida como geocéntrica.
Era, pues, el modelo de Ptolomeo, que databa del año 130 d. de C., el aceptado y aprobado por la Iglesia católica en los tiempos de Galilei.
Galilei, sin embargo, estaba al tanto de las investigaciones del científico polaco Nicolás Copérnico, quien, en 1593, había publicado una obra titulada Sobre las revoluciones de las esferas celestes, en la cual concluía que la Tierra no era el centro del universo, sino que tanto ella como los demás planetas giraban alrededor del Sol, lo cual inauguraba la teoría heliocéntrica.
De modo que, basado en las teorías de Copérnico y apoyado en las observaciones que realiza con el telescopio (al cual le había hecho importantes mejorías), Galilei logra comprobar lo dicho por Copérnico.
En 1632, pues, Galilei publica su obra Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo: el ptolemaico y el copernicano, que provoca conmoción en la comunidad no solo científica, sino también en la religiosa.
El juicio a Galilei
La publicación de las teorías de Galileo Galilei fue considerada desafiante por la Iglesia católica y por el papa Urbano VIII, y por esa razón Galilei es emplazado a presentarse en Roma, ante el tribunal de la Santa Inquisición, de inmediato.
Galilei llega en 1633. No es encerrado ni torturado, pero le mostrarán, para disuadirlo, los instrumentos usados para la tortura.
Durante el juicio Galilei reconoce que se excedió en sus observaciones, pero afirma que no espera por ello un castigo demasiado severo. Sin embargo, es sentenciado a prisión incondicional.
Ante ese escenario, Galilei, viejo y enfermo, opta por retractarse y abjurar categóricamente de postulación de un modelo heliocéntrico del mundo. Y así obtiene, solamente, una pena que lo obliga a un confinamiento vitalicio.
“Y sin embargo se mueve”
Se cuenta que al final del juicio, antes de retirarse de la presencia de los jueces, Galilei no pudo reprimir decir, entre dientes: “y sin embargo se mueve” o, en latín, eppur si mouve.
La historia de esta frase, según se cree, es obra de un escritor y viajero llamado Giuseppe Baretti, quien habría imaginado que Galileo no pudo contenerse, tazudamente, ante el tribunal. Peso a todo, Baretti vivió mucho tiempo después que Galilei y publicó esto 124 años después del juicio.
Además, la evidencia histórica contradice la veracidad de que Galilei se hubiera atrevido a semejante desafío, teniendo en cuenta que su vida estaba en juego.
De modo que si la frase fue pronunciada efectivamente por Galilei, habrá sido posteriormente, durante su confinamiento, en la intimidad o con los amigos.
De cualquier manera, lo cierto es que esta frase no aparece ni siquiera mencionada en la biografía que sobre Galilei escribió su discípulo, Vincenzo Viviani.
No obstante, la frase es bastante significativa, porque permite ilustrar el enfrentamiento que en el momento existía entre la verdad de la Iglesia y la verdad científica
Justicia póstuma
Al final, sin embargo, Galilei triunfaría. En el año 1893, el papa León XIII adoptaría como ciertas las observaciones de astrónomo italiano, y en 1992, el papa Juan Pablo II invalidaría el juicio de 1633, ofreciéndole a Galilei la justicia que en vida mereció.
Sobre Galileo Galilei
Galileo Galilei (1564-1642) fue un filósofo, matemático, físico, astrónomo e ingeniero italiano y uno de las mentes más relevantes de la revolución científica ocurrida en el Renacimiento italiano. Se lo considera, además, el padre de la astronomía moderna. Sus teorías suponen una ruptura con el modelo aristotélico del universo, y lo llevaron a enfrentarse a la Iglesia católica y al tribunal de la Santa Inquisición.